Parajes oscuros y sombras siniestras que rondan las mentes con muecas y gritos y siembran conjuros y dudas muy diestras
Palabras dementes que evocan los ritos de mil religiones curtidas de llantos con sus precedentes de lúgubres mitos.
Perversas tensiones con hondos quebrantos infectan el alma sembrando rencores por tantas traiciones, por tantos espantos.
Se acaba la calma, regresan temores la vida se cubre con fina mortaja la vida desalma sus grises colores.
Y luego descubre su vieja baraja el mismo dilema, de nuevo el calvario regresa y se encubre con algo que ultraja.
El mismo teorema, de vuelta al sudario, volver a nacer, vivir nuevamente y el ansia suprema de un nuevo escenario.
Tener que crecer sin nada en la mente, ni vaga memoria de aquella condena y luego el creer que nadie te miente...
La vida ilusoria que corre y se frena persigue a la suerte en tétrica danza da vueltas la noria, ¡qué pena, qué pena!
La vida se vierte sin luz ni esperanza y vuelve la mente tejiendo lamentos tampoco la muerte detiene su andanza: la rueda inclemente de renacimientos
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Poeta
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