Diluvio armado
En la tempestad de párpados tiranos
El pozo escucha frente a frente
En la pequeñez del instante inmenso
El reclinarse sereno fresno
En la cotidiana médula dispersa
En la tempestad el pozo
En la pequeñez el reclinarse
Un espejo tiembla tímido
Un encuentro niega abismos
En un sonámbulo molusco.
Con el fúnebre sosiego en conchas
Exterminan despedazada cada esperanza
Los paupérrimos concéntricos perímetros
Las trisílabas brújulas coníferas
Con el imposible agudizado del cincel
Entre los entusiasmos fugitivos
Entre sístoles algodonosas
Cruzan los dinásticos fracasos
Cruzan los acústicos colores
¡Entrecruzan vidrios bosques!
Las infancias enresinadas navegan
Congeladas barcas de silencios rojos
El brutal tumulto de metálicos sonidos
Los obsidiánicos fragores homicidas
¡Del hombre desalmada tempestad!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez