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“¿Para dónde se va el ruido . . .?”
¿Qué pasa con el sonido después de ser emitido viaja por el infinito?, saber esto necesito.
¿Qué espacio estará ocupando o anda por ahí vagando en el limbo de las ondas se la pasa haciendo rondas?
¿Qué pasa con el sonido?, ¿para dónde se va el ruido que débil, fuerte o profundo, generamos en el mundo?
¿Su paradero es la nada silenciosa, acallada?; ¿tantas voces repetidas fenecen al ser oídas?
¿Dónde dejaste los ruegos tan ardientes, como fuegos, que expresé en forma amorosa de manera clamorosa?
Los que te dije en voz baja y escuchaste como maja, susurros de mi pasión delirante de emoción.
Versos que en tu alma hacían eco, ¡qué inocente!, de eso peco, pensé que en tu corazón, pero, no tenía razón.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 14 de febrero del 2023 Reg. SEP. Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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El viento, el viento alto Autor: Fernando Pessoa Portugal : 1888=1935
El viento, alto en su elemento Me hace más solo -no me estoy Lamentando, él se tiene que lamentar.
Es un sonido abstracto, insondable venido del elusivo fin del mundo. Profundo es su significado.
Me habla el todo inexistente en él, Cómo la virtud no es un escudo, y Cómo la mejor es estar en silencio
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Poeta
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CONCURRENCIA SOÑADORA
Donde el humo enciende un cigarrillo, con el escándalo mecánico, en la penumbra artificial de los ratones, con la voz de la distancia, en el lívido límite de la cárcel tierna, con la dulce incertidumbre, del incendio fósil dictando conferencias, al clavel de la primera vez constante, del sonido perseguido del ruido requisado, por la sospecha despreciada despiadada.
Por ser la concurrencia soñadora empedernida, y que no solo pensase al leer en lo que lee, ni en la repugnancia de repetir lo ya dicho. ¡Sin la dicha de sentirlo!. Encadenado al río, que corre boca arriba naciendo navegante ligero, de lo conseguido en cierto modo incierto espeso, al encontrar otro camino rabioso ramaje rapaz, en que cada parte del principio supone un fin, un pronóstico sin ropa sin ritmo sin horno postal. En La Concurrencia Soñadora... ¡Por ése anhelo que no ha tenido!. Ni antecesor, ni sucesor, sectario secuaz sedoso. Ni tímidos resortes rectos, ímprobos. incandescentes. En las dulces curvas... ¡Dónde la sal entra!. Con el velo del preciosismo azulado ambulante. Y la vanidad dorada en salmuera. ¡Por hablar del sentir, de lo que nada se sabe, ni se puede saber, pregonándolo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Soplos de viento, es sonido que viene... Arena cambios de color, playa de quién...
Voces entonan pasiones, es sonido de quién va... Las sirenas volven al mar, la noche cae...
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Poeta
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Egregio congeniar
Mudas las sombras dicen: O sigues igual ¡Qué esa luz! ciega al grito ¡Qué no ve! deslumbrado Sin voz Sin pez Tal vez Mudo De escamas Acolchonadas ¡Nudo! De albas ennegrecidas intimidades intimidadas interfoliadas interjección... Intermitente.
¡Oh, vaya! Egregio Congeniar Tornasolado engendro... ¡De la nueva luz!.
Mudo nudo Desnudo Al callar O cambio Al desnudo ruido Al mudarse en voz ¡Palabreando, ladrando, nadeando! Por El nudo de lengua y silencio.
¿Mudo o sigo igual? Sordo, dices que te preguntas. Hablando del silencio a otros peores sordos, ciegos y mudos. ¡Camarero sin cámara ni recámara! En El acuario... ¡Camarones!. De Los Camaleones Sin sábanas Sin almohadas Sin rones Sin leones ¡Callados, aún con callos! Del Caos Provocado Bajo Una Claridad De estrellas destilando cadavéricas letras ¡Sin sonido! ¡He ahí hermandad hipócrita! Hilo homicida Honorable horror Hoy Huésped.
Y mañana ¡Mudo! ¿O sigo igual? Dices : ¡Qué me pregunto! Si te preguntas. ¡Nada sé!... Y si lo sé... ¿Mudo acaso mi silencio en palabra? ¿Cómo, cómo, cómo? Letra... ¡Ni alfa, ni omega! Soy analfabeto... Como una letra Sin sonido... Herido hoy, he hervido hielos, humeando, hostiles.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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En la hipnoblepsia La noche llegaba suavemente todos los días, acariciando el sillón y el cristal pintado en la ventana, en la paciencia de una flor congelada bajo la puerta; afuera, el viento agitaba el polvo arenoso y hacía ruidos con las ramas, y alambres por los techos esa primavera de vivo verde.
Él bebía su libertad tras una mirada trágica y serena, que parece movida por hilos que alguna divinidad invisible, y tal vez insensible, se entretiene en situar en la más incom- prensible realidad con su acerbo amargor, y melodía baladí. El visitante hace un gesto con el brazo extendido, y la mano péndula, reteniendo la impaciencia de colores, y sonidos del dueño del sueño, de cama y cobija en tanto dice: El final es lento y progresivamente sorprendente, y las imágenes tenues de nítidos recuerdos, emotivos ciertamente, difíciles de entender en el polvo infalible acumulado por los años, donde se desgranan los crepúsculos bajo la frente espaciosa, entre los labios rígidos de las palabras yertas.
Se había cansado, y lo había abandonado, eso era todo. Aparentemente alrededor de cuarenta años, a lo largo de arbustos sintéticos, y en el sigilo del astrobus molecular helicoidal, de alta velocidad, cercana a los diez años luz por hora terrestre.
Deseando a veces jardines cubiertos de plateadas fantasías de rosales dorados entre las brumas brillantes, y vivir en el agua de los proyectos logrados, fabricando acrílicas burbujas de armonía.
Y pensaba en aquéllos años, que no son dueños de sus cuerpos ni siquiera un porcentaje razonable de su mente, mientras que de amplias libertades gozo yo, en el silencio profundo se escuchaba. ¡Sí, claro, y frecuente!. Al dejar atrás las obstrucciones de la razón lógica y donde la meta verdadera es carecer de ella.
Dejar libre la mente creativa en manos de la fantasía, y confiar en que seguirá su propia naturaleza en la vertiente expresiva. Como la cigüeña que toma un campanario, llevando un cirio en el pico, con el mar en sus alas, y las nieves cálidas en las alturas, escribiendo sobre los cielos con las estrellas submarinas.
Así continuaba el monólogo deslizándose por los breves espacios neosinápticos, y se codificaba sin rozarse cualitativamente con el juicio autocrítico, y de no intervenir los procesos en la cercanía, donde sus rasgos propiciarían una asociación distorsionada, o un comentario artificial aleatorio.
En el espejo, él observó su asombro. A veces herramienta indispensable para reducir el estrés mediante una respuesta emocional como la risa de expectativas, relaciones y todo aquéllo que puede hacernos sentir en parte satisfechos y comprometidos. Tal vez con la capacidad de motivarse y guiarse uno mismo. En los ambientes donde la violencia asusta y la tecnología aísla.
En éste episodio toda la realidad estaba a la defensiva, inclinó un poco la imaginación bajo un rostro ligeramente arrugado, y vistió su lenguaje para disipar ese temor con palabras.
Así, con el aliento suspendido, y con un prolongado latido intrigante, encontró el cadáver de su propio ser en la octava dimensión, en la mente sintetizadora que permite elegir piezas desconectadas de información, darle sentido a las nuevas capacidades, como en los cerebros cuánticos en la indeterminación de los fenómenos de propagación de la luz espiritual de la historia digerida, tan demasiado bien que al alma pule.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EN UNA ARISTA
Un día nació redondo en el calendario más cuadrado con el deseo de triangular un momento separado de cualquier instante. Y marchó por el bosque submarino para buscar esa gota, pues solo eso podía ser una gota sin el tiempo atrapada. Pero el desierto estaba absorto en cada nuevo espejismo.
Y muy cerca el sonido penetraba coronado de silencios con sus cuerdas púrpuras en las manos de una estatua veloz. Colocó el dolor que nunca muere al lado del placer enrojecido y sudoroso. Dentro y fuera perlas espinosas, líquidas antorchas en los labios de una oruga, el vestíbulo pintado en jade y en las tumbas flores de fuego.
El mismo vestía un traje de relojes en llamativos colores en las aguas que brotaban del espejo reflejado y muchos espacios se abrieron donde una mirada termina en los pedazos que devuelven las pasiones en las graníticas caravanas del desierto y la seda. Pero el día no terminaba con el cielo despejado y recortaba las negras hojas al viento.
Hora tras hora cabalgando el desdén fabricando su aliento entre los aserraderos montañosos donde guardaba los tiempos de viejos amores secretos de la realidad que se aleja y los cultiva en la fantasía que cuelga de los techos. Y el día, solo era el mismo, un día simple y sencillo, pero en sí diferente en las paredes andando junto al corazón que palpita, y grita a los fantasmas taciturnos que nunca existieron.
¡Ah!___Semana a semana corría tras los meses, los años, los siglos, y en su esencia pintando pajaritos al alpiste encendiendo al alba noches y tardes. En el fondo, su camino a la sombra del tiempo circular con frecuencia tomaba espirales escarpadas del polvo sonoro al color del relámpago dejando en el cristal de su memoria minutos henchidos de dogmas en la mitad de una orgía por la indignación de la guerra hecha negocio de pocos en la propia degradación de su borrasca indiferente alfombrando el piso de muertes y engaño. ¡Sólo el pasado vive en el efímero presente qué nunca termina de hacer el futuro cierto equitativo y bondadoso en todo humano!. Vaya carne de Cronos del infinito fracaso permanente...
Aunque tres veces heredó la misma arista que ahora sentía más suya que nunca, se dijo a sí mismo en cada segundo, en cada minuto de sus veinticuatro horas bien que mal pasadas en la eternidad que a lo lejos indiferente sabía que nada era fuera de ella. No obstante, ahora. ¡Ah!__Su corazón de día íntegro, esencial y transitorio, no toleraba el después de la noche grotesca ni los gestos haciendo cabriolas.
Al fin, se arrodilló y arrojó su deseo por la ventana, entrando como siempre se había hecho antes de ser el día un día como cualquier otro fuera del tiempo o el espacio imaginado antes de todo antes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Hablo de ti ___Henrik Nordbrandt ( Dinamarca ) 1945.
Es poeta, novelista y ensayista. Considerado el máximo representante de la poesía danesa actual. El año 2000 recibió el premio de la Academia Sueca para escritores escandinavos, conocido como el pequeño Nobel. Por su libro: Puentes de Sueños. Este es versión de Francisco Uriz. Editorial Lumen S.A. 2003.
Hablo de ti
y me es difícil hacerlo. Así es que hablo de que hablo de ti
cuando hablo del otoño, de telarañas tan delicadas como perdidas en los surcos por novias olvidadizas de las pesadas gotas del rocío bajo el tardío sol vespertino
y más tarde de las largas sombras sobre la explanada de la tormenta que sacude las copas de los tilos ya antes de que yo empiece a hablar de las estrellas
y del resplandor de las estrellas en los cristales rajados de la casa que tintinean cuando ataca la helada de la noche y todos los sonidos devienen penetrantes, cuando hablo
de todo esto, de todo esto que habla de ti y de lo que es tan difícil hablar.
Así hablo de ti.
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Poeta
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NATURALMENTE
Una. Abeja sin cesar gotea. El panal mil. Lluvias cada estrella. En las plumas de las olas. En las noches. En las lunas de las dunas. En las noches. ¡Una gota de abeja!. ¡Vuela y nada!. Del viento más lento. El bambú esmeraldas. Fulgor dentro. Ardorosa la toronja rosa. Las nubes. En los pies, camina, callada, de montaña mañana olor. ¡Flor de los enjambres!. Ceras mil. ¡Uno gota oveja abejas!. Los gansos a lo lejos. Duermen la siesta. Los abanicos cálidos. Mueven al cielo violetas nubes. Regando los reflejos. Rayos fríos. Del lago. Hilos. Hielo.
El sol de mieles, lunas. ¡Gotea sus abejas!. Amarillas. Sobre vuelos verduras variaciones sinfonías. En la tierra azul, capullos de lunas en el viento. ¡Qué bajo las huestes forman flores del sonido!. Asamblea de los perfumes, emociones en muchedumbre. Iluminan la reluciente cuerda. Del reloj espada, espuma fuego. Tras hervir del pasado semilla raíz. Tres gotas en la dirección vagan. ¡Gotas mieles!. Elegantes al olfato. ¡Intimas ovejas de cera!. Contraste que la distancia acorta. Sin el aire. ¡Decorando lo añadidos. Emisarios del granizo!.
Gota A Gota Una abeja, sin cesar gotea, mil estrellas azuladas. De las olas. En las plumas. En los pies. Camina la toronja rosa. Los gansos que duermen más cálidos abanicos.
Gota A Gota Entre los juncos original provecho. ¡Asteriscos de turbamulta nacidos!. Laten impetuosos, arden entramados. La pureza sin saberlo. Arruga la ingente apariencia. ¡Goteando abejas!.
Del Rigor Las Circunstancias. Del fervor al desprecio, sirviente. ¡Oyente, fulminante de la sensatez del óleo, naturalmente, de mente a mente solo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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ACUOSIDAD
Por el sonido mojado que duerme. Se encuentra la brisa. Con el relámpago. ¡Turbado!. En él. Al arroyo. Verde bambú. Bajo la escarcha. Falsa temblando noche. En la sacralidad capullos. Al pestañeo del jardín. El sonido también. Duerme la brisa. Ornamentando. Grácil. Especiosa. Con relámpagos. La escarcha recordando. Ceñido al talle el valle. Suspiros alados intermedios. ¡Goteando sus ternuras!. En trompa izada lejos. Un elefante sueña. Flores apiladas. Ambos alientos. Humedades. Tibias tardes. Bajo el suspiro. Donde se funde y refina. ¡Mojando la brisa aguas distintas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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