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CONMOVEDOR
Hay un sendero, de espinas y piedras donde, se respira acidez y amargura. Hay un lago negro que solo espera. Hay un suelo sangrante en cada puerta. ¡Qué angelicales verdugos!.
En la esquina de la memoria, mil huérfanos escriben al otoño secos. Sus escalofriantes historias recorren el abismo, y su vida deforme y grotesca no espera justicia.
En su retorno al infinito, unos ángeles encontraron los despojos, y el horrendo suelo que pisan.
Ni sombra somos del olvido perdido. La complicidad de alguna divinidad, anima y alimenta, el agua que se bebe.
En sus almas el pasado asesinó al presente. La ira y la impotencia visten el futuro. Existe una obscuridad que anidó el espíritu.
En el crepúsculo encontré ortigas, recubriendo lechos y ropas y hogares, y polvo arrogante, y casas desnudas. En las nubes, alfileres y cuchillos, de dioses muertos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ENTRE LA TIERRA
Se escribió la letra, con el vuelo de la pluma, con el duelo de la letra, en el suelo se escribió.
Largas palabras de estrofas, olvidadas al otro lado, del rostro del espejo, del rastro del reflejo.
Que no hable el mar, del azúcar de la miel, no, que no hable, no, entre la sal azul ahora.
Por la copa que al árbol bebe. Por la ropa que al hilo viste. Por la cerca que al humo calla. Por la nieve que al fuego ama.
Sí, sí... Por los rumores de aceite, en el tiempo amarillo del viento, en el rojo rugido del canto, en el ojo ordinario del llanto.
Una vez caballo entre peces, otra vez cabello entre rocas, tal vez cabeza entre huecos, tal vez cabaña entre cuevas.
Se escribió con el polvo, en el agua en el aire, con la sangre en el cielo, con la voz en el zapato.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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RESBALADIZO ESPEJISMO (Neosurrealista)
El vidrio ha roto su rostro, en la neblina que ha vivido, áspera indiferente, que grita por un segundo.
¡Qué parece el primero!. ¡Qué solo es el último minuto!.
Este importante descubrimiento necesita, uno o dos años de análisis por el aumento, de los latidos del baño, que usa la voluntad, para someter los llamados deseos bajos, que no se evaden, y juegan a las escondidas.
Al hacer ésto, la historia se pierde y se acorta, en el futuro más alejado del mañana, en la curva, de la frente, donde los palos y piedras son las armas nucleares, con puntiagudas estacas de bambú, encargadas de extender las líneas del tren, reuniendo las ropas, y las pertenencias, de los que fueron tiernamente asesinados, con la mirada de los labios difuntos, entre los muslos.
¡Oh, resbaladizo espejismo!. Allá donde naufraga la exótica candela del sol en camiseta, y la luna no permanece insepulta, como la blanca vela triangular de un bote que dice adiós, con la mirada en las olas. Parece ser, que la omnipotencia de los zapatos, sigue siendo la lealtad de los caminos empedrados, donde las pinturas de cocodrilos y avestruces decoran los cuadernos, que fueron multados con unos cuantos renglones, y los lápices trazan su descendencia.
Con este anhelo, del que feliz es quién, junto a ti suspira por ti, tosco, punzante y sin razón, es la voz de la miel arrepentida de las avispas.
Con ello, empero, no se logran éxitos duraderos. Y la piedra angular resulta ser una esfera de humo. De hecho, el que ambos impulsos solo por excepción se presenten separados, simultáneamente testifica que la ballena desciende de un antepasado de cuatro patas, aunque alguno que otro pato no lo sepa, al igual que la mano humana tiene adicción por la pelvis, los billetes y las monedas, al verse sorprendida con el mismo diseño corporal de los sueños, como la rima frágil de una carabela.
Dos grandes ideas, no solo diez, están meditando en las esquinas de rodillas, durante la cual solo una especie se transforma conforme al clima, que describen las aves cuando nadan, alumbrando los misterios de los peces. De tal manera que, respirar adecuadamente evita los indecibles actos de violencia bajo las cobijas, tanto como practicar ejercicio con los dedos en agua tibia, permitiendo tener a un tiburón del otro lado de la piscina, por las pésimas condiciones de las carreteras que las mariposas destruyen, y confirman la transición entre las alturas nevadas del ojo del altiplano, y los cubos de hielo en jugo de limón.
Todos estos elementos, contribuyen a decir mucho, con las noticias más absurdas, que divierten a los vegetales sin oficio ni beneficio. ¡Con los espejismos más reales resbalando !.
Autor: Joel Fortunato Ryes Pérez
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Poeta
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EL ECO VERDOSO
Con una desesperación de caracoles en la penumbra quebrada el eco sueña, sueña, sueña.
Los filos de verde torso del frenesí vestido por todas partes ardientes está el eclipse ansioso con el rabo del ojo en las esquinas del alfabeto en el fango montando peces de hojalata de turbias manadas desecando cándidas lenguas sin descanso entre la nieve con muletas.
¡Sublimes escorpiones!. Hechos miedo puro pobre, elusión inopinable, entre las cejas lapsus apuñalando las rodillas del hacha sin fondo.
Es tal vez aquél silencio en las raíces o este herido polvo de cuero celeste o aquel gusano gris suavemente sobre el hilo sacudiendo el volcán que se derrama concentrado en los racimos de las jaulas aullando desnudos los suspiros de la lluvia que sube y quema encadenando al cielo agujas.
Tildado de muelle con el ahínco atemperado por el techo desnudo por la cama enlutada por el solitario plato por la ropa resbalosa enroscado el árbol a una manzana moribunda persiguiendo al viento, que se cubre las verdes carnes carnes, carnes, carnes, con las hojas movedizas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EMBOTELLADO.
El mar de fuego sueña ceniza. Entre relojes que van volando. En las nubes dentro de un frasco.
Y las mejillas de una mariposa. Tejen luciérnagas. Decorando sombras. Al corazón del arcoiris.
Las nubes liberadas nievan olas. En la espuma solemne del gato. Un leopardo clava burbujas.
Al cocodrilo de fresas. En los pétalos sin ropa. ¡Desnudando al orangután borracho!.
Sueña ceniza en los dientes. Del barril de la tortuga. El mar dentro de un frasco.
Un tiburón imaginando. Esa noche. En el mínimo Caos. Y el orden excesivo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Intangible Palpable
Apaga El Lujo Donde la sed se agota. ¡Más allá de los contornos del tiempo!. En la vegetación de incertidumbre. En el ámbito del origen. En la efímera luz de la retina. Donde el olmo arrastra el velo. Del retrato. Recuerdo lento. ¡Con la sensación a bordo!.
Palpable... Intangible.
En los años del esfuerzo inútil. En el ruido transparente. ¡Dónde la razón se ha hecho mito!. En el ánfora empeñada bajo la ropa. ¡Dónde la miel decora el mar!. En el faro del estandarte...Un truco. Del olor erróneo escribe...Perfumado. De las lágrimas qué bañan los fantasmas. Por la luz precipitada del camino. Por la flor del hielo ardiente. ¡En la virginal obscuridad brillando!.
Intangible... Palpable.
¡Así llegó...Así se esconde ya!. Del cálido paraíso de las tinieblas. Del temperamento aroma frágil. Del cuadro que huye renovado. Con la moneda qué gritan grietas. En las nubes al peldaño de la partida. Escalera bajo le herida del eco. Entre la asfixia indiferente... ¡Oxigenado!. Del movimiento que invade preso aliento. ¡Con la atmósfera matinal pálida!. En lo recóndito el fugaz luto. Palpable.
Intangible...Palpable...Intangible.
Ya llegará la evocación del suspiro. Del silencio en la memoria del cielo. La obsesiva adhesión al deber beber. ¡Qué en la persuasión amarga el viento!. Y arranca la muerte decadente ya. En el carácter del zapato roto bajo el sueño. Un futuro de vela endurecida cierto naufraga. Con la desnudez qué habita en pesadillas. En las noches íntimas de los suelos miles. Por el piso qué se escurren los olvidos. ¡Las figuras de rigores reblandecidos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SOCOLOR
Por Eso Entre las palabras que se pierden. Visibles los sueños vuelan, con los versos en ropa interior, con los tabacos en paños menores. ¡Sin pensar qué habrá tañido!. Lo que ninguna bufanda teje tibia. En el plato enamorar del hambre. la mesa escribe a una silla vacía.
Socolor, sólo, socolor.
Por Eso Del contemplar al ver mismo, fraternal entraña cada frase, del vivir punzante la esperanza, en el sonoro límite arbitrario, una rama las hojas pinta. El espacio y la presencia. De la espalda y adioses extendidos. ¡En lo granítico del pulso a cuestas!.
Solo, socolor, sólo.
Por Eso De lo mineral el fuego duele acuoso. Al fiel confín del simulacro grácil. Donde un aliento luce compacto viaje. Amenazando de calor al precipicio. Qur vende una tempestad de golondrinas. Al remordimiento confidente temerario. ¡Del reloj dónde se baña el tiempo tenso!. ¡Del relámpago dónde despierta el viento!.
Socolor solo, socolor sólo.
Por Eso Está el cuadro que paréntesis recorren. Porqué tañerá hueso a hueso injusto. Entre las campanas misiones nocturnas. Y dicen, por eso, y eso. ¡Aspera alterna anida!. ¡Qué tañan solo castañas!. Teñidas como están. Hogaño. ¡Que tañan año tras año ya hoy mañana!. Por atadura tierna aguda e insinuante colorida. La carnalidad concisa del mundo destruido y decolorado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Deseos secretos
Rebosantes de fragancias. Son de tus piernas. Mis pupilas. ¡Qué palpitan jugosas!. Se Asoman y zambullen. Doradas de orillas.
Plateadas, alas de perfume. Ropa, desnuda, de rubí. Eres. Tibia. ¡En el otoño!. De la vida. ¡Qué en mis pupilas tienes!. Como dos secretos. Como dos auroras. En la pasión, ¡Unidos brillantes!. Topacios blandos de colores. En la desnuda ropa. ¡Del primer latido!. De la luna.
Que Nos ve. ¡Sin denunciarnos!. Collar de islas. Lactando ríos. Y aromáticos. ¡Imanes!.
¡Joya pura!... Brisa de ternuras Concédeme, unirte, luminosa. ¡Amándote capullo!. Rebosantes. Mis Pupilas.
De las jugosas fragancias. De las perlas piernas. Que deseo se asomen. ¡Manantiales!. Purificando. ¡Mis océanos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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NOCTURNAS ESCRITURAS
Escribía los mañanas con las hojas. De los ayeres papeles de barro y arena. Saludando el durazno con ropa de olivo. Por la espuma de un grandioso canasto. Por la página vegetal y menuda isla. Solo, escuchando. ¡Sabores y olores!. En las rutas sombrías del silencio.
Tuve media hora de muerte cordial. Treinta y cinco esculturas de libros. Con un archivo de anhelos y manuales. ¡Nada extraño al público de hormigas!. Y en la esquina incompleta. ¡Sin lápiz!. Una obscuridad propia y escondida. Anotando enternecido. ¡Milagros adheridos!.
Implacables asomaron los secretos. Y los fríos destellos de un placer lejano. Con su pompa de intemperie y empolvada. Cada cambio de madera y palpitando espinas. Entre un bosque de alfileres y de ausencias. Con el perfume desafiante del cajón. En el cuerpo dramático. ¡De cada realidad!.
Fui un inmenso mural de subterráneo. Túnel pintado entre inocencia y olvido. Constructor de sueños, problemas y cárcel. De finales espontáneos y remotos ídolos. Imágenes desnudas.¡Seductoras maravillas!. Amor inagotable. ¡Confianza aventurera!. ¡Ahora, que me sé, creador de mis quimeras!.
Solo sé que sueño----Al despertar. Solo sé que soy------Al compartir. Siento el dolor------De cruda crueldad. Siento el morir------De cada vida.
En el rincón de mis noches. ¡De mis noches!. Nocturnas escrituras.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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