El 17 de diciembre de 2010, el joven tunecino Mohamed Bouazizi, un anónimo vendedor ambulante de fruta y verdura, desfogó su ira inmolándose con fuego ante la sede de la Gobernación de Sidi Bouzid (ubicado en pleno corazón del Túnez profundo), tras sufrir su carrito y su dignidad un atropello humillante por parte de las autoridades municipales. Las llamas que devoraban su cuerpo prendieron instantáneamente en el corazón de todos los tunecinos hasta convertirse en un volcán iracundo cuya lava acabó sepultando la dictadura en nuestro país.
EL CARRITO DEL VENDEDOR AMBULANTE
A Mohamed Bouazizi,
la chispa de la Revolución Tunecina
y tal vez de todo el Mundo árabe
Cobardes de mala estirpe
te volcaron el carrito,
ignorando que un rugiente
volcán los devoraría.
Impotente tú veías
rodar tu pan por el suelo;
no lo recogiste por
no doblar el espinazo.
Y tus altivas rodillas
no quisieron tocar tierra,
sino que, de pie y con honra,
a lo bonzo te inmolaste.
Pero si en vez de volcarlo,
te lo hubiesen embargado,
tú aún no te habrías ido
y ellos aquí seguirían.
Los tiranos ignoraban
que un pueblo digno tal vez
se resigne al castigo,
mas nunca a ser humillado.
Mohamed DOGGUI
Febrero de 2011