|
CARBONÍFERO FARO
¿Qué remedio tiene el mal, si con el bien es confundido?. El mismísimo oro ora ahora, hora tras hora, como si fuera, cada segundo el primero.
Helo, helo, míralo como va, diciendo cuando viene, cuando ya se fue.
No, no era traición al bien, cuando éste ya había perdido, y en la pérdida los peces andan, en el anzuelo la noche como rayo, y la tarde quiere cazar, la madrugada en su madriguera.
No hagas caso del ruego. Éste, ni en el amainar encuentra fe. Ésta, ya perdió sin fervor el olor. Porque al dolor tanto ignoró, de tanto pan bajo el brazo, a la rodilla hizo halcón, confundiendo serpiente con paloma, como el caballero a la cabra con cabello, dígase lo que se diga de ellos, así ha sido con otros muchos.
Si la noche no duerme sin estrellas. ¿Es acaso menos noche?.
La condenada luz excesiva, a los ciegos no hará ver, ni a las estrellas las fosas iluminan, con el dolor al que enviaron, arrojando rojo rojo más que rojo.
Ni la sangre en el alma, saca y seca la memoria, aún con mil perdones inclementes, las carnes cuando vivas luz tenían.
Ya la luz me mata mucho, mucho de nosotros, mucho ha muerto, vuela y vuela el carbón, hecho diamante solo impuro.
Autor: JoelFortunato Reyes Përez
|
Poeta
|
|
DISECÁNDOSE
Entre las olas el viento se baña, sus lágrimas de flecha y fechas, en las gotas del pasado cargando, la pura voluntad pasajera del otoño, amarillo en la pradera tempestuosa, negra la paloma desempleada sufre, verde al cielo ardiente confidente, enrojecido enmudecido envanecido, por el agua del metal del campanario.
¡No!. El remedio amargo es el destello, en la vitrina dibujando en hielo flores, medallas temblorosas en dulces días, caminos polvorientos en noches frías.
¡Sí!. Asustando al bosque con gotas, de aserrín de hachas de fuego de sequía. ¡Qué incuba huevos en la lengua larga!. Arrugas del tintero entre las uvas flamas. Veladoras boquiabiertas como estacas, anudando al zapato escalofríos ligeros. Entre los dolores redondos en la frente. E iracundas las paredes hechas hueso. Silencio. Las tumbas sepultan las noches, del humo que muere gritando, en pedazos de historias del polvo, en recuerdos que muerden presentes. Silencio. ¡El viento, disecado, disecado, ha sido bañado en lágrimas secas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Atronador atormentado
Va El cielo en un vagón atestado de estrellas Va Del presente principio sin pasado de nubes Va Haciendo huecos azules cada vez más sobrios Entre Los siniestros puertos de las sirenas Sin mañanas, sin ayeres, sin estar, con toda la imposible fe enferma, en los cuerpos húmedos de los rincones... ¡Desmesuradamente mundanales! Atronador Entre las masas grises y expresiones tenaces Atormentado Entre los párpados prudentes del silencio ¡Con todo! El pringue tropel exuberante El abundante vestíbulo malsano El oropel poluto y balumba
Atronador En la mirada blanca de las agujas Atormentado En la inmensa grieta de los campos ¡Aquí...! Opacos proliferan los fantasmas Asustados por el cielo extintos
¡Van viéndose! Los inmóviles colores en estupores Dónde están Los desconocidos alientos erizados Por el sillón sordo encorbatado Del albañal rayano Por dónde Las masacres amortajando latigueaban Los deseos emergiendo sinuosos
¡De la tabarra qué barrena! Las mantas de las sombras arrastradas Los encurtidos lenguajes del endriago
El cielo atronador Está En la urbanidad de las túnicas efímeras Está En la dignidad triturada cercenada vana Está En busca de más muertos bravucones céreos Está El cielo atormentado
¡ Vá de nuevo imparable! Por el cisma del reconcomio Celestial...¡Del trueno a la tormenta! Entre los magueyes tambaleantes
Con lo desventajoso voltizo Con el después diezmando la ceniza ¡Adorable petulancia despaciosa! Atada a los difuntos persistentes ¡Con el alma inteligible diseminada! En la cloaca mitigante pigricia Del remedio infalible monstruo amorfo Del oro sin decoro, vomitivo y revulsivo.
¡Así ha quedado por los cadáveres celestes! Agreste garrapatear de escarapela nublada La vida callejera levadiza barcarola funesta ¡Por el cuerpo adormecedor de las plegarias! Truena y truena. Entre los crueles méritos ¡Tormenta! Entre los perdones implacables El cielo... ¡En ruinas al amar las cadavéricas esencias!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
DESVIVIRSE ENCANCIONADO
Goteando La Paz Muerta Vive dormida En Cada canción, con el orgullo de su desnudez, se ha quitado sus pieles somnolientas para tener solo letras trituradas. Porque ellas estorban, la unión, del manantial inclinado del tiempo y su campanilleo de intranquilos frutos ahogaría la vestidura de los suspiros.
-Pfad, sentiero, sentier, path, senda- Sendero sólo a las súplicas precioso.
-Heilmittel, rimedio, remédio, reméde, remedy- ¡Perdidamente perspicuo, vacuo pertinaz!.
La vanidad de probeta vive de vergüenza ante toda infancia sacudida, soñar, pobre benignidad impía. Aquí endebles tienes a los gazmoños sentados a tus nefandos pies. Deja solo hacer al insensible audaz la recta vida y sencilla, como una calavera de caña, para que la llenes de los huérfanos vacíos, y mil plásticas consciencias.
Dicen que dijeron: Los relámpagos arrinconados. Embalsamando vitrinas. Desviviéndose frenéticos. Cantos que muerden ráfagas. Del viento en guantes. Del rojo cielo frío.
Encancionado El Corazón quemado dejó al camello inútiles corbatas, desequilibrada confusión hogar deshabitado veraz, minucia mezquina ignominia maligna carencia, contumaz intolerante libidinosa cadavérica, consciencia lenguaje reptil, amenazante. ¡Desvivirse!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|