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Tiempo de muerte
En la hora de mi muerte Quiero oler el perfume de tu pelo la elevación de la piel Al tocar mi piel fría y azulada yo quiero sentirte mi amada
Quiero disfrutar de este regalo Al igual que el sonido de una oración A pesar de que ya no está presente En este último soplo de vida resta vai y se aleja de mi corazón
En la hora de mi muerte En el caos que ha sido un problema esta lógica absurda En la ansiedad extrema
Pero ahora era mi muerte Yo ya no siento dolor así te das cuenta de esta complejidad Voy a decir adiós a los barrotes de la prisión Voy a decir adiós amor
Alexandre Montalvan
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Poeta
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UN POEMA
Soñaba en ese entonces en forjar un poema, de arte nervioso y nuevo, obra audaz y suprema.
Escogí entre un asunto grotesco y otro trágico, llamé a todos los ritmos con un conjuro mágico,
y los ritmos indóciles vinieron acercándose, juntándose en las sombras, huyéndose y buscándose.
ritmos sonoros, ritmos potentes, ritmos graves, unos cual choque de armas, otros cual canto de aves;
de Oriente hasta Occidente, desde el Sur hasta el Norte de metros y de formas se presentó la corte.
Tascando frenos áureos bajo las riendas frágiles cruzaron los tercetos, como corceles ágiles;
abriéndose ancho paso por entre aquélla grey, vestido de oro y púrpura llegó el soneto rey.
allí cantaron todos...Entre la algarabía me fascinó el espíritu por su coquetería, alguna estrofa aguda, que excitó mi deseo, con el retintin claro de un campanilleo.
Y la escogí entre todas. Por regalo nupcial le dí una rima rica, de plata y de cristal.
En ella conté un cuento, que huyendo lo servil, tomó un carácter trágico, fantástico y sutil;
era la historia triste, desprestigiada y cierta de una mujer hermosa, idolatrada y muerta;
y para que sintiera la amargura, exprofeso, junté sílabas dulces, como el sabor de un beso.
bordé las frases de oro, les dí música extraña, como de mandolinas que un laúd acompaña;
dejé en una luz vaga las hondas lejanías llenas de nieblas húmedas y de melancolías,
y por el fondo oscuro, como en mundana fiesta cruzan ágiles máscaras al compás de la orquesta,
envueltas en palabras que ocultan como un velo, y con caretas negras de raso y terciopelo;
cruzar hice en el fondo las vagas sugestiones... de sentimiento místicos y humanas tentaciones.
Complacido en mis versos, con orgullo de artista, le dí olor de heliotropos y color de amatista...
Le mostré mi poema a un crítico estupendo... Lo leyó cuatro veces, y me dijo... ¡No entiendo!
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Poeta
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INFINITESIMAL
Como en las escultóricas fronteras del infinito. Mas Hablan las espirales con soltura. Claro En la emoción del regalo. Que En los tigres susceptibles. Nunca Imagen tres veces receptiva. Más claro En la paradójica presencia. Que nunca En los fotográficos halagos.
******** Desnudas. Accesorias nubes de una gota. Desolada. Abundante rebelión del gato. Desordenado. Animando plásticas orugas. Desnudas. Desoladas. Desordenadas.
In Fini Tesimal Mentenamorado
En los himnos, de las fragancias. Fronteras de las ortigas. En las circundantes. Preguntas caminos. Como hay ahora. ¡Fábricas de los criterios!. En los cánticos estériles. In Fini Tesi Malmente. Repetidas mil bondades.
Como Museos de las novedades. Como Muestras de los invisibles. Caminos Salpicados de martillos.
De pianos enanos. Guitarras miniaturas. Infinitesimal camino. De Legendarias partituras. ¡Sinfonías!. Al contacto de los años. Impensables. Pinturas de vértigos y abismos. Entre. Los. Amores. Inmediatos. ¡De los fósiles recuerdos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Algo sobre ti que me recuerda, que me tiene loco, no dejo de pensar en ti, no puedo sacarte de mi mente. En lo profundo, dentro de mi interior, la vida esta arrastrándome, desperdiciando mis días. Busco en cada rincón, no hay donde ocultar, lo que llevo en mi corazón, lo que siento realmente por ti, no se compara con nada. Muy profundo, dentro de mi, escondo ese corazón, para dártelo como mi único regalo, para hacerte feliz y cuidarte, siento esa sensación latiendo, en lo profundo de mi alma solitaria. Algunos días es más difícil, enfrentémoslo, todo esto es acerca de mí, profundamente en tu posesión. Quiero que sepas que te amo, aun si no te vuelvo a ver, aun si mi corazón deje de latir, yo estaré en tu interior, cuidándote y amándote. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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FOGARADA MOCEDAD
Extraña Miel Hay En el rincón de tierra Pacífico El follaje de la selva ¡Tranquila! Del Bosque ¡Amor de música! Más El Rega...Lo. Penetrante... Inolvidable, del ciruelo anhelo.
Fogarada ¡Al bambú, buscando, al búho! Historia, idílica Del Sueño...Sobre la tierra Del sol sobre la luna Extraña Y sobria mocedad...Despierta, la noche una estrella, el suspiro del viento, al aliento.
¡Fogarada mocedad! Fo Ga...Arada...Cultivando orquídeas noble...
Fo Ga...Arada...Al crisantemo tranquilo. La blanca margarita. ¡Amarillando, al girasol, llamando!. Amando, amando, amando. ¡La luna, teje, montañas!. Leyendo, los escritos, en los latidos. ¡De leyendas, vivientes!. Con tan tierna habilidad. ¡Consejera entre destreza!. Mo Ce...Dad...Fogarada.
Los líquenes, gozan, profundos. Los pétalos dentro, primaverales. Al movimiento. ¡Ermitaño!, del sol, del día, del siglo. En el invierno...¡Qué lejano huye!. ¡Copo de nieve ardiendo, lento!. Un viaje surge al centro. ¡Navegando la riqueza, ausente, del humo dulce!. En La chispa humilde. __Compañera del incontable jade. ¡Extraña miel!. Anida en el pecho del alma, alma núbil.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Fe en la amistad En la fe tenaz, ¡Nada se extingue!. Y en el fondo del corazón, vive. El amor que se derrama por el mundo. Mundo humano entero.
La misma soledad se transfigura. En la infinita figura del cielo. Suprema figura. ¡Y bondad!!. Honor, integridad genuina. ¡Silencia…Silencia!.
Sube los espejos, los amores. Los sueños amparan. ¡Y destellan!. Los génesis, misterios y enigmas. Escaleras sagradas del interior.
Dame la mano hermano. Y por mi pecho sufre. Bebiendo hielo el fuego. Hermano en el mundo.
¡Toma ésta fe, como regalo!.
Si los dioses nos olvidan. Tu presencia en mi memoria. ¡Es marfil eterno!.
Mientras vivas en los tiempos. Si mi amistad aceptas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EN UN PEDAZO DE PAPEL
En un pedazo de papel se abarata la vida. Cerezo el pecho mil ventanas quiebra. Enterrando el hambre de otro consuelo. Miel inviernos terrazas e infiernos. Con cada noche que teme su carrera. Recién nacidos paisajes, alfileres vendiendo. Años de suelo, llorando vulgares ensueños. ¡Tarántulas jinetes de cobres cabras!. ¡Ocurra lo que ocurra!. ¡Ocurra lo que ocurra, en un pedazo de papel!.
Lugares vacíos, sin brillo la mirada. Tiemblan espejos a lo lejos, pardos. Odios hipnóticos, bestias sin mezcla. Tocando apagados faroles. ¡Comedidos!. Sorprendidos. Entre diestros. Siniestros. Entre cortinas. Sombras. Entre cristales.
Diques intactos del eco, queja sin ayuda. Blancas estremecidas, las faldas, volcánicas. Un regalo de frente arrugada. Entierran de plata cada polvo. En el gozo de lo terrible, quitando la vida. Verde campana, roja cien veces. En el altar quedaron los sueños enredados. Azul eco, de tonos erizados peces. ¡Mudos desvelos con ojos ansiosos!. ¡Donde relucientes muerden sus colas!.
En un pedazo de papel, en un pedazo de papel. ¡Donde panderos fruncen la gaita!. Negros destinos, canción del olvido. ¡Qué larga fatiga, susurran las paredes!. Nidos de breves instantes. Palabras de puerta en puerta. ¡Del uno tras otro, cara a cara!. Horizonte sin vida, rígida espera. ¡Donde pasan las horas punzantes!. Y los jardines doblan las sombras.
En un pedazo de papel se abarata la vida. En el nuevo mundo del miedo, de túnica blanca. Y ufano degüella palomas, claros lirios. ¡Sobre holocausto que se repite!. Pétalos de acacia. Un adiós para siempre.. ¡Ave del gran osario!. En un pedazo que al ser abrasa. En la madrugada de labios rojos. En el hambre, lacerada fértil. ¡Alimento de estúpidas cifras!. En un pedazo de papel se abarata la vida.
Óleos. Jardines encarnados. Terciopelos. ¡Deslumbran sin piedad!. Vespertinos. ¡Al inerme plasma!. Infames. Crepúsculos cactus. Virus. ¡Descarnadas agonías!.
Se abarata la vida. Se enriquece la muerte. En un pedazo de papel. Al arbusto labial, de todos los murmullos. ¡Más allá de monosílabos, brillan los insectos!. Amorosa conciliación de vegetales alambres. ¡Aglutinantes, erosiones, algebraicas!. ¡Perceptible conmoción apenas!. En un pedazo de papel. ¡Se abarata la vida, se enriquece la muerte!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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