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EN LA CALAMIDAD CONVEXA
Hace un poco de tiempo, en las cuerdas del aire, al volcán escucha, fragancias el recuerdo, donde el bosque desacorde, busca un sueño.
Así que compré un reloj, confiando en su arena, no cualquiera, solo el que susurró suave, adaptado a las necesidades rugosas.
Escondido en un simulacro convulso, confesor de langostas egoístas, de suma importancia para el viento.
En las estrellas del patio, se ha perdido un centímetro inquieto, por los redondos brazos del buque.
Desnudando al triángulo espeso, del drama las primeras cataratas, del olvido del agua en la cocina.
Por lo menos, el ímpetu aborígen lo sabría. práctico, pero muy simple, en la ostentación, del venado tocando la flauta en fábulas.
Con las orejas tapadas, taimadas, tardías, con lágrimas de dulce eco, seco, con cangrejos arrugados y escopetas extintas.
Ya decoran salones de miel en cristales. al pobre reloj, esclavo del tiempo, esclavo de la eternidad, esclava de sí.
La cadena herida del agua. Espera espuelas, espadas y espumas, y panes con muslos y mandarinas.
Con la miseria y mentiras de fusiles, aunque giman y lloren los escritorios perdidos, agitan las setas las sombras del humo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EUFEMISMO DIVERGENTE
El espacio está pensando despacio, en el trasluz castaño del año, añejando primaveras sobre aviso. Aunque traiga tumbas desiertas, y emborrache alegres mariposas.
Ya no muerde como la leche, en la pompa arrancando huracanes. Crueldad que asombra sombreros, de robles tutelares dormidos, en el patio sumisos reflejos.
Se cultiva en la luna lagunas, de un olvido adolorido. La noche sin cuerpo extraño, es furibundo eléctrico drama. Y el espacio espeso está callado.
En la desnudez de una oruga, la inscripción de una lágrima, eriza trenes y una gota de sangre, en una perla de nuez y queso. Averno de barata perfidia.
Una gorra gris hace piruetas, donde las piedras son alas, pues su oculta naturaleza, alarga la brisa orgullosa, y baila bajo su primera raíz.
Así, el beso cariñoso labra, cuando caninas las piedras corren, rugen, nadan y se rascan, las uñas, los moños, las muñecas, y brotan las raíces altas.
Enemiga prisionera del tiempo, permanece escarlata la espiga, porque tiene ojeras y orejas, para comer al año algunas semanas, en el fondo peregrino escalofrío.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ARDOR PARALELO (Dadaismo)
Va entre los zapatos caminando con hambre, aquel sol de azúcar marina, la escarcha rala escucha el sanitario pasando de la puerta, al rodar el plato de la pared enamorado, por decirlo de alguna manera entendible, al cabello que aparta el reflejo del agua goteando las sonrisas, de prisa por el techo, donde el abanico dejó al calor pensativo.
Y ni que decir del patio que nada sabe, ni explica de donde salió la montaña riendo, porque el árbol, ya no quiere preguntarle.
Pues la sombra teme del ratón al queso verde. Ayunando al día siguiente con frío descalzo. Porque vende al último hielo tibio y triste, nada más que tan caro, que ya no cenarán la mayor de las carpetas olvidadas al salir con las notas de las frutas del tigre rosa, azulado por todos los rincones, corriendo bajo la sal arrepentida del rojo que dejó.
Ardor... Bueno, no tanto, ni en la escalera ha quedado la campana leyendo al destino las cartas que la manzana ha secado lejos de la cocina desempleando tenedores, por el escritorio que esconde en una caja de los más raros, al estar barriendo rápido con la sábana del mantel agrio del óleo, de los amores recortados de la última novela que llora al plátano, con su leche de miel, entre las piernas de la cama arrodillada, en la decencia de los papeles del bote con basura nueva, y la claridad legal del huevo.
Paralelo, es quien recogía la pesada peluca con la importancia capital de las provincias, extendiendo sus alas sobre él, tan lejano entre las profundas especulaciones, en el rango de la lengua, con la catarata de los vocablos en la cocina, fecundante, de la fusión relegada al culto funerario clandestino, del círculo, con la divinidad abajo, evidentemente pobre al entrar erecta la palabra por el cuello, y el dolor en la cabeza del panteón primordial, en el sarcófago tardío de la lujuria ligera, con la fe de una leona salvaje, vendiendo cuchillos al pantano de los cocodrilos mentirosos, que vendieron el placer de las tortugas purificado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Tiranía del Anhelo
Dices digo que un anhelo es tiranía. El que comprende sin conocer. Bien que sí, lo pienso y digo. Al que mora en todo su interior. ¡Cuando no se alcanza nunca!. Del...Anhelo tiranía. Cuando Nada es primero antes. En el vaivén venerable que a la vida, importa un tanto, donde las cejas giran, perfilando las mejillas, anhelos, anhelos. Solo escriben los vientos. Solo escuchan los alientos. ¡Tiranía del anhelo!. Es, es... Porqué... El anhelo es ígnea señal que engendra, la esperanza doblegar al desánimo, impecable monumento a la nostalgia. Porqué... ¡Levanta, dulcifica y languidece, también!. Entre, las dudas. Disuelto al ver... Mondar dragando... ¡Solo!. Sin las retinas. ¡Un destello emerge!. Al que comprende, solo, aún sin entenderlo. Donde Elocuentes las campanas tañen. Donde Absortas del arrebato timbran. Porqué Sombreada la mañana incumple. Del...Anhelo...Tiranía. ¡Oh, sí qué sí!... ¡Y más...!. Al sudar la jabalina robusto el aire. Tiranía del anhelo.
Péndulo al parpadear penetrante. Más allá, muchas veces muchas. Pues el anhelo___No perdería aunque lo hubiere. Porqué... El interior es imperecedero. En la noble verdad al marchar. ¡Más aún si ya lo había dicho el futuro!. En...La...Tiranía...Del...Anhelo. Por el evento desbordante que sueña un dormirse. ¡Tiranía!___Al unísono silenciar entre latidos. Hileras___Interminables___Intermitentes.
El anhelo. Involuciona. Fulgurante. Habitante.
¡Del atronador vacío!. Bajo la piel. La piel enmarañada, clama, candorosa. ¡Clama audiencias en toneladas al cielo!. Al contorno borroso del mausoleo. Al remoto corredor del molino. Con todo. Río de montañas, avenida, sucesión. Con todo... ¡Animado el patio de solar esperanza!. Anhelo___Del sabor del comprender. Tiranía__¡Color sin conocer!. Del____¡Dolor interior sabiéndolo!. Anhelo___¡Qué dices, digo, tiranía, tiranía!. Tiranía... ¡Sí, sí, del atronador vacío!. En El Solo ¡Anhelo!. El recinto de la aurora.
¡Qué no llega!___ Dices, digo: Bien qué si, lo pienso, tal vez diga:
¡La tiranía es del anhelo!.
Sí, solo de él, y nada mas del anhelo que no fue.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DESMIGAJADO CARMESÍ
En la eternidad obscura de un aljibe. Frei, livre, libero. Estaba la tarde enredando arañas. ¡Desolada encrucijada!. Gebet, preghiera, priére, prayer. En el paulatino firmamento. Que dice y dice... ¡Qué fuere amado en la morada!. En el encino lleno de patio franco. ¡Dónde la vigilia misma duerme!. Carmesí. Desmigajado. Originale, ursprünglich. Acostumbrado. En las luciérnagas insomnes pantalones, expertos en el suelo de las horas tímidas, sentadas en la roca bajo la cama.
Desmigajado. En la materia del tumulto despreocupado. Staub, poeira, dust, poussiére. En la eternidad desesperada. ¡Dónde fueren amadas las espadas!. ¡Dónde las playas calmas muerden!. Carmesí. Lo que hubiere sido un desnudo eco. Horloger, orologiaio, Uhrmacher. En el recuerdo ávido acallado. ¡Desmigajado carmesí!.
En la obscura eternidad del vano espejo. Insulso despilfarrar derrumbes. Al neurótico juguete amordazado. Claudicar del atrio alcantarilla. Eyecup, Augenspülglas, occhiera, oeillére. Entre una vieja almohada. Como... Si hubiésemos sido soñados. Por el tapete con rabia. Como... Si hubiesen sido nacidos. Entre los lirios a plazos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Lluviosa brevedad
Y La Lluvia Encontró Vacía, el jardín.
Tejiendo Flores En Las Casas Un pañuelo al viento Un anhelo gris Sombrilla Fresca y saludable la tarde.
La Lluvia Milenaria. ¡Del patio bajo vientre al atrio!.
Como A Lo Mejor Son Las Cosas En su brevedad, en la lúcida abulia superpuesta. ¡De cuatro libros angustiados!. Después de flotar húmeda, la ronca voz de la distancia. El delgado mar sacudido, En la horfandad enervante. ¡Edredón!. Enredado al carmesí insinuante.
Alfombra Pobre Al Dueño. ¡Acostumbrado al desembarco!. ¡Arrastrando al fondo!. Tímido y agrietado, el jardín lloviendo casas. ¡Pañuelos saludables de la tarde!. Un. Anhelo. Bajo. ¡Lúcida brevedad, vacío asombrado!. Lluviosa al desesperanzarse. Lluviosa, a ser, momentánea. ¡Parte!... Parte de la vida. ¡Enlutado atuendo, diario, de años!. ¡Breve y terreno!. Pasajera porción somos, y seremos, transitorio lote, lo que a veces se puede destorcer, lo que no se menosprecia, lo que desgarra enmarañado... ¡Breve y terreno!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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DESPUÉS DEL UMBRAL
La figura, recordada casa, con el patio y la fuente, antes del umbral, el humo del tiempo, refugio del año, mes, día, entre minutos y segundos, tu viejo yo, que ya no es, tiempos del vapor apetecido, felices, valles tan lejanos, honestidad serena, de gente amable, cordial, que ya no vive.
Granates, rubí sospechosa certidumbre, dulces ciruelas, amargos aires, de los pinos, álamos, cedros, delicias de mesas y masas debilitadas, arrancadas con paciencia, y tiernos funerales, justo lenguaje del monstruoso yugo. Al volver de la escuela, del sufrir, y del vivir, las muertas pestañas, los párpados del cielo.
Una hamaca de cuchillos y alfileres, para dos eternidades, bajo el árbol seco, y eco del bosque, de granadas balas y corderos, risas, osificadas francas, carcajadas recuerdo, inexpugnable, y terrenal. Que hoy va con vos... Silencio.
Umbral de la emoción, el hogar, de partes frío, apetecido, sin habitarse, esos otros, tiempos del pasado, tan muerto como cualquier otro muerto, queridos recuerdos de las memorias insomnes, por siempre del jamás llenos, corazón del padre de los olvidos, sin tiempo...
Y Después Del Umbral... Umbrales del después que ya se fue.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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