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¡Honor a quien honor merece!, ¿ves la ola que se mece?
Hoy es Día de la Marina Armada flota divina, junio primero la fecha, escuchen bien esta endecha:
El Lago muestra su imperio, antiguo Puerto de Aterio actual Muelle General, de manera literal.
En esta poesía hay concierto, ¡Honor a Capitanía de Puerto!, éste es mi mayor aserto: ¡Honor a Capitanía de Puerto!
En Pátzcuaro, hermosa sede, hace más de lo que debe Delegado Capitán Gustavo Luna Corral.
Profesional, Licenciado, que vigila, entusiasmado, comercio por agua y pesca, tal gestión . . . no desfallezca.
Por la Marina Mercante no rendirse ni un instante, al contrario, ser constante con uniforme galante.
Jurisdicción Federal dignidad, honra, moral, pilotos de embarcaciones rezar bien sus oraciones.
Respetar señalamientos, seguir los ordenamientos, navegar con directrices, reglas, normas, son raíces.
Implica acciones vitales regular vías generales de comunicación por agua, la navegación no es vaga.
Solo traslados confiables, puntos, direcciones viables, destinos muy bien trazados con fines determinados.
Embarcación diseñada canoa, lancha desplazada, para navegar la vía por el agua noche y día.
Marítimo es el comercio que no merece desprecio, transportar cosas, personas, rumbo a diferentes zonas.
A esmerarse en la labor el lanchero y pescador, mantener buenos oficios prestadores de servicios.
El orden es importante, la Capitanía expectante de infracciones a la ley, el turismo es digno rey.
De él viven las familias, que nunca tengan vigilias, lleven buenas relaciones, pues, son malas las fricciones.
La autoridad se respeta, oigo un clarín de corneta, el Sector está sentido, triste, por estanque herido.
No obstante, en vía navegable el agua aún tranquila, amable, ¡que renazca nuestro lago! no merece tan mal pago.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Antiguo Puerto de Aterio, actual Muelle General del Lago de Pátzcuaro, Michoacán de Ocampo, México, a 01 de junio del 2012 Reg. SEP Indautor 03-2012-083012362100-14
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Poeta
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“A Pátzcuaro y Santa Fe consagró su santa fe.”
Te evoco a ti, Don Vasco de Quiroga, grandioso de obra que la ignorancia ahoga, quisiera recordar tu tierna esencia, luego abundar . . . en la benevolencia.
Querer al prójimo, ahorrarle lo sufrido, del nuevo mundo anhelo esclarecido; un cuento de hadas aquella fiel nacencia en magra España de plena efervescencia.
Allende Madrigal de las Altas Torres prendió la tersa cuna de tus fulgores, sobre el Reino de Castilla la Vieja magistral presagio de tal grandeza.
En años de mil cuatrocientos setenta, de cierta oscuridad, siempre irredenta, nacieron contigo los deseos de bondad, de fe, de austeridad, de abrigo y caridad.
De dos seres hermosos, tú, brotaste, cariño en la niñez así encontraste, más, Dios bien te dotó de algo inmanente abriendo el cielo a tu corazón latente.
¿Quién cinceló ese ser maravilloso sensible, desprendido, generoso?, ¿quién esparció en tu mente de soñador la semilla de la humildad, leal candor?
Te marcan Erasmo, Vives, Santo Tomás, les captas lo bueno, te instruyes sin más, das honra a Petrarca, al gran Pedro Mártir, con México sueñas, piensas compartir.
Sacros ideales de perfección cristiana con la raza p’urhépecha michoacana, al indio tendiste muy franco la mano, por ese detalle fue más que tu hermano.
Azas, estudiaste derecho canónico, leyes, fuiste Juez de corte platónico, Oidor, Sacerdote, Obispo muy sano, todo lo que hiciste nunca fue en vano.
Noble castellano, castizo hombre hidalgo, entregaste todo sin quedar con algo, tierna simpatía por tus semejantes, de los buenos tratos todos demandantes:
“Poder de juicio acertado, todo individuo tu aliado, forjando psique espiritual educas su ser corporal.
Santa Fe de la Laguna sociedad como ninguna, Hospital-Pueblo anhelado un deseo cristalizado.
Trabajo, alma, amor, decoro, la “Utopía” de Tomás Moro la hiciste una realidad, tolerancia, humanidad.
Virtudes tuyas sinceras con abnegación de veras, pacifista religioso forjaste núcleo enjundioso.”
En Pátzcuaro, se te valora y admira, habría que desechar crueldad, violencia, ira, gracias a esa enseñanza reconciliadora apegarnos los seres humanos a tu aurora.
Mira, que bella está la Basílica en la que moran osamenta y súplica, tus ánimos, que velados por la Virgen de la Salud, nos reflejan tu origen.
Déjame decirte, Ilustre Tata Vasco, la mezquindad hace de la miseria un asco, ¡viva tu modestia, ideario, fidelidad, que, en este suelo jamás impere maldad!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Pátzcuaro, Estado de Michoacán de Ocampo, México, a 14 de marzo del 2012 Reg. SEP Indautor No. 03-2012-030612580800-14
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Poeta
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