Hijo Derrotada ante la sin razón de tu partida ¡Aquí está tu madre!
Incapaz de hallar tu luz en ninguna estrella De rodillas vencida ante todas mis batallas
Hijo ¡Aquí está tu madre¡ Renegando del sol Del azul impertinente del cielo De la insólita algarabía de la playa que, atrevida insolente¡ ante tu ausencia insiste irreverente en su rutina de olas.
¡Aquí está tu madre! encerrando entre sus lágrimas la gema de tu sonrisa
Puliendo el filigrana de tu recuerdo por los rincones los centros los arriba los abajo impregnados de tus pasos saltarines perfumados por tu niñez inocente
¿Todo está igual? ¿Son las mismas mañanas? Sólo tú y yo Sabemos la respuesta
Hoy la muerte enmudece mi universo
Y aunque quiero creer que en cualquier instante va a volver a mis brazos el trino mágico de tu alegría Derrotada inclino el alma ante tu partida
Hoy respeto tu silencio ángel dormido
Reprimo mi angustia
Contengo la ira
Clausuro un agudo grito dentro de mis lágrimas
Desangro espinas ante el horror de tu muerte
Ansio creer que entre las sombras me extenderás tus brazos para solo con tus besos y tu exclusiva ternura justificar el aire que por hoy me asfixia
¿Todo está igual? ¿Es la misma mañana?
Hijo mío Sólo Tú y yo sabemos la respuesta
No encontraré en el firmamento tu corazón de estrella
Ningún sol volverá a entibiar mi alma
Ningún lucero opacará tu risa
Ningún sorbo de agua volverá a ser fresco
Hijo Amor por siempre mio,
¡Aquí esta tú madre! ¡Aquí esta tú madre!
¡Aquí esta tú madre!
Postrada frente al frío sueño de la nada
Tiritando tu dulzura!
Calando el dolor más allá del silencio
Extraviada ante tus cenizas
¡Mutilada¡
Desterrada sin fin ante la vida
Hijo ¡Aquí está tu madre¡
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Poeta
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