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Amanece y no quiero levantarme, Ardió tanto la noche, De besos y caricias atizada, Que hasta la cama amaneció mojada.
A mi lado, tú, plácidamente descansabas, Con esa sonrisa inocente, Que aparece al día siguiente, Después de disfrutar la madrugada.
Hermoso fue encontrarte, Divino acariciar, la tersura de tu talle Cuando sin pensarlo y en la calle, Te abracé y me besaste.
Quedas para siempre en mis recuerdos, Así como tu piel y tus amantes besos. Noche inolvidable ésta, que me diste, Locuras, en nombre del amor.
DELALMA 28/03/23
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Poeta
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EN EL AGUA EMPOZADA TE APARECES... Autora: Julia Prilutzky. Ucrania 1912-2002.
Nació en Kiev, Ucrania, en 1912 y adoptó la ciudadanía argentina desde temprana edad. Cursó derecho en la Universidad de Buenos Aires y música en el Conservatorio Nacional. En 1936 fundó el grupo "Veinte Poemas Jóvenes". En 1937 comenzó a trabajar en el diario La Nación. También se desempeñó en las revistas "El hogar", "El mundo" y "Para tí". Fue directora de la revista cultural "Vértice". Entre sus libros más reconocidos figuran «Antología del amor», «Sonetos» y «Sólo estará la rosa»1941. Obtuvo El Premio Municipal de Poesía. Faja de honor de la SADE por "Antología del amor". Formó parte de la "Real Academia Sevillana de las Letras" y del "Pen Club" Interesante referencia es: https://www.youtube.com/watch?v=YSRH8ZEgMH0
En el agua empozada te apareces...
En el agua empozada te apareces. Tu imagen se empecina y el viento la sacude sin borrarla y el rumor de las hojas vuelve a clamar tu nombre, mientras tu rostro surge como máscara sobre todos los rostros de la tierra y tu caricia brota en toda mano. Perfiles desgarrados en el agua tiritan: ¿cómo llamarte ahora, con qué nombre -muerto de toda muerte, sonrisa desterrada, inviolado temblor que se desliza-, si ya no queda nada más que arena? Y nada más que cielo sobre el dormido estanque donde voy rastreando qué queda de tu vida. Y de la mía. ¿Cómo clamar tu réplica perdida, tu lapidado corazón en llamas, tu aventada ceniza, tu amor que no fue entero ni entregado, la no ardida pasión, no devorada, la piel que ya no existe, el detenido impulso de la sangre y la petrificada melodía de tu voz sin matices?
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Poeta
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A ti, que crees que existo... Autor: Edmond Jabés Egipto-Francia 1912-1991
Poeta nacido en El Cairo. Hijo de una familia italiana, recibió una esmerada educación clásica francesa.. Adoptó en 1967, la nacionalidad francesa, convirtiéndose en uno de los poetas más influyentes de la posguerra. Recibió el Premio de la Crítica en 1972 y fue nombrado miembro de Legión de Honor en 1986. Entre 1943 y 1985 publicó "Libro de las preguntas", "Libro de Yukel", "Libro de las semejanzas", "Libro de los límites", "Libro de los márgenes" y "Libro de la hospitalidad". Del "Libro de las preguntas", el texto incluido aquí, corresponde a la traducción de: Julia Escobar.
1. A ti, que crees que existo...
(«A ti, que crees que existo, ¿cómo decir lo que sé con palabras cuyo significado es múltiple; palabras, como yo, que cambian cuando se las mira, cuya voz es ajena? ¿Cómo decir que no soy pero que, en cada palabra, me veo, me oigo, me comprendo, a ti, cuya realidad renovada es la de la luz a través de la cual el mundo cobra conciencia del mundo perdiéndote pero que respondes a un nombre prestado? ¿Cómo mostrar lo que he creado fuera de mí, hoja tras hoja, donde todo rastro de mi paso está borrado por la duda? ¿A quién se le han aparecido esas imágenes que ofrezco? Reivindico, en último extremo, lo que me es debido. Cómo demostrar mi inocencia cuando el águila ha volado de mis manos para conquistar el cielo que me atenaza? Muero de orgullo en el límite de mis fuerzas. Lo que espero está siempre más lejos.(...)
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Poeta
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EN UNA NOCHE Autor: Gottfried Benn Alemania 1886-1956. Poeta y ensayista estudió filosofía, poesía y metodología literaria,terminó medicina en la Universidad de Marburg fue médico militar en la I Guerra Mundial. Sus publicaciones representaron fielmente el expresionismo alemán, con obras como "Hijos" en 1913 y "Carne" en 1917. En 1946 publicó "Poemas estáticos", siendo reconocido entonces como el más importante poeta vivo de Alemania. Con la publicación de sus últimas obras, "Destillationen" en 1951, "Fragmente" en 1953 y "Aprèslude" en 1955. Esta obra es versión de Eustaquio Barjau
En una noche
En una noche que nadie conoce, sustancia de niebla, humedad y lluvia, en un lugar casi sin nombre, tan ignoto, pequeño y alejado,
vi la locura de sufrir y amar, lo transido de afán y de finales, lo teatral de todos lados, lo que Dios nunca apoya de las manos que te acarician cálidas y sucias, que quieren retenerte, mas no saben cómo hay que retener al otro,
en qué mallas hay que zurcir que no se rasguen - ay esta niebla, estos fríos, esta ruina de todo lo que dura, de todo enlace y de toda fe, de todo apoyo y toda intimidad, ay Dios -¡los dioses! ¡Humedad y espanto!
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Poeta
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Asilenciado...
Por esa ausencia habitada que observa de reojo el alma del eco acostumbrado a no hacerle demasiado caso intentando profundizar un poco en el misterio que seguramente iría suavizándose cuando tomó asiento en el automóvil... Acordándose de su aventura matinal en aquel lugar solitario dónde ni siquiera manifestó curiosidad por saber su nombre.
Se detuvo frente al árbol y siguió con la mirada la sombra de las hojas en la noche iluminada en la luna herida con una expresión de perplejidad fuera de su alcance en la copa del rumor enarbolado.
Y las imágenes de un sueño terrible vinieron a ocupar la memoria en la casa cubierta de madreselvas y de bugambilias en un alud de murmullos y telarañas que dos años antes tuvo... Empezó a retroceder transformándose entre escamas que se agigantan y cobran vida aladas en su espalda, en un túnel cada vez más húmedo del miedo puro con su cintura en las mandíbulas de lagartos y las muñecas agusanadas. Luego, desplegó sus enormes alas sin poder escapar.
Entre tanto, nunca inventó la historia de reptil que llevaba y fingiendo asombro en la fábrica de venenos, caminaba y todo su nerviosismo se esfumó al llegar al mercado, montado en un caballo...
Estuvo a punto de salir nadando, soñándose calamar pero no le importaba por el sonido de las suelas y el sabor de unas bolas de arroz sabía que debía descubrir la forma de eliminar la confrontación amistosa sin sostener un diálogo efectivo consigo mismo en las otras realidades.
Aquella fue una primavera reseca y deslumbrante seguro de tener el poder de purificar el aire escondido donde resbalaban las interrogantes inútiles por las respuestas imposibles... Imposibles y encendiendole el aliento, y cambiándole en otoño gris el cuerpo escamoso.
Representaba cuarenta y siete años aunque en realidad solo tenía sesenta y cinco en su avejentamiento de siete años en las hendiduras resanadas del grabado en la madera carcomida.
Suspendido en las leyes naturales de cuatro patas pasaba de cazador a presa hundido el rostro y de lado opuesto una ventana reflejaba baja estatura el cuello abultado en el cielo que permitía ver brillar su piel escamosa en la obscuridad del paraje.
Estos detalles son conocidos por las nítidas descripciones en una narración privada de un amigo de la infancia después de sorprenderlo trepando desde el fondo de una pequeña laguna, hasta el tronco en que flotaba... Las marcas de este retorcimiento viscoso y veloz nunca fueron bien vistas entre las correcciones satisfactoriamente realizadas en la historieta...
Cerró la revista... Ésta cayó desapareciendo en la obscuridad y sin intentar buscarla siguió la marcha... Quedando solo el recuerdo del eco al perderse en el aire...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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Poeta
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INVOCACION _____ HAKIM ABO'L-MAJID MAJDUD IBN ADAM SANA'I
Nacido en Irán. El primer gran poeta Sufí. Murió alrededor de 1150.
INVOCACIÓN
Nuevo halconero Enséñale al corazón La caza del pensamiento Enseña Al ruiseñor de la lengua A invocar el nombre; La lengua (Ese pez En la fuente de la boca) Saboreará el gusto De la divina Rememoración. El teriacal del Corazón: Repetir y repetir "No hay otro Dios que Él" -pero el corazón debe permanecer despierto- de lo contario no es otra cosa que alboroto. Nutre el espíritu Con la rememoranza- Sólo entonces el corazón encuentra paz en el Nombre, Su Nombre Escrito en el Libro de la Unidad, La eterna Alquimia De la Felicidad.
CUARTETO Si venir hubiese sido de mi elección, no hubiese venido. Si irme fuese de mi elección, ¿me iría acaso? Mejor si esta ruinosa morada nunca me hubiese visto, no venir, no permanecer, no irse.
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Poeta
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Tétrico dicterio
En la desnuda luz encubre un pliegue la impaciente obscuridad descubierta en la espalda del espejo que observa y calla.
¡Tétrico, tétrico!.
La franja de arena sangraba húmeda, de sueños aniquilados tiernamente,
entre las miles de absurdas razones, del mismo nombre informe repetido, millones de veces causando desde terremotos, manchas solares, eclipses, el dolor de las pandillas de las hormigas, acribilladas con el amor fatuo y necio, el incendio de las cuevas de caracoles,
y la extorsión de los marcianos al resistirse al robo de sus platillos... ¡Ah!. Es el tétrico dicterio.
Entre la mojada piel de una caricia, pasó cojeando una camioneta estrujada, en la mano de los secretos indiscretos, por varios cascos verditerrosos en las ubres, al descuido escamoso de las grutas sillas, de sedientas ametralladoras mortificadas, en el espacio limitado de los gusanos retrógrados, clavando las guitarras en las puertas de las casas,
entre las fauces de una inmensa lágrima salada, arrasada por el derecho del índice tiránico, cetónico con la mutua transferencia lactogénica, entretejida,
del pulgar suelto, y firme al succionarse burlón, a las muñecas esposadas, vibrantes inocencias, por el robo de cualquier aliento fermentado, al despertar los tobillos la plata fría... ¡Ah!. Es el tétrico dicterio.
¡Todo, todo, menos yo, gritaba el gigante microbio, en las venas de la basura que bordaba su lengua día a día, a cualquier hora, fenómeno demencial de letanía!. Al galope inaplazable apetecible. ¡Qué en la higuera colosal parecía un eco seco!. En la concavidad, crispada marcha, del pasado diluvio sanguinolento,
en el tacto febril de la mirada, por los nuevos ríos, y cataratas, alfombradas de mil palabras, absurdas y asalariadas. ¡Ah!. Es el tétrico dicterio.
Después de haber sido derrotado, infinitas veces, seguía causando toda serie de atrocidades, menos, el divino bien, que proviene del escritorio alado,
con todos los arpones en miniatura, maldición, en los ataúdes de manantiales vigorosos, entre todos los mensajes, y palabras, noticieras bien asalariadas, y esqueléticas, desvergüenzas, al decir del prostíbulo, disfrazado del canal vidrioso, y sordo hasta el final, del grueso intestino, de letanías del bolsillo infame.
¡Ah!. Es el tétrico dicterio.
En el encéfalo chasqueado invaginadoramente, en la prostática mirada estremecida, falsa, en los analfabetos rincones húmedos,
y las familias de los huesos inútiles, y los hogares de los afanes vanos, enganchados al acantilado, víctimas de la fúnebre catástrofe, de las carpetas, focos y cabras voladoras de plástico volátil.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ABISMALAVENTURA
Cuando. El rostro de las lágrimas dialoga. Con el mar. En calma, muerto, en sal, en las notas perdidas de la penumbra, en la huella de la memoria frágil. ¡Golpete glutinoso!. De caricias, temblorosas en la mesa, de los meses, muslos en las ramas. ¡Abismales!. ¡Aventuras revestidas con las ausencias!.
Son Los Arpegios, ardientes en las cigarras, incurables en los otoños, bañando ágiles los tallos. ¡Del cortejo ansiosos!. En. ¡La raíz de los epílogos!. Venturabismala.
Luz marchita, sombrabandonada, sobriaridez, implacable, tormentosamente deleznable,
Como Lloviendo, abrumadora, lava. Del... ¡Semblante desgajado del instante!. Del amargo nombre, dondequiera, del recuerdo del nuncamás. Malaventurabismal___ Fingiendo precursoras. ¡Ternuras enervantes!.
En Las trémulas campanas, están inevitables las paredes. De Las cumbres que se agazapan. ¡Al fondo del susurrar filoso!. Abismalaventura. Es. ¡La sumisión tremenda!. Que. ¡Desgarra una caricia! Desbaratando, descolgando, descolorida, al costado de la mirada circundante. En. Los vitrales de la multitud, abigarradas.
¡Que escuchan el pelambre, de los naufragios!. Con. ¡Las aristas del sollozo en la locura!. Y Juzgan. ¡Menos crueles!. A los hombres que a las fieras.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Instantes congelados
Instantes. Congelados, instantes, congelados. Instantes. El instante congelado en el aire. Se encuentra inmóvil en el lago. Pasando la luna qué muere de vida. Prendida en su frágil figura de vida.
¡Helados--- Insípidos--- Helados!.
Instante de las primeras albas. Albas de la cara el sol y una vaga sonrisa. Del bosque, alfombra de sombra dormida. Tendidos los brazos, cubierto de sueños.
¡Helados--- Inexpresivos--- Helados!.
El instante abriendo las velas al viento. Se encuentra recogiendo estrellas al cielo. Pasando la máscara qué muere de rostros. Prendida en su nombre ninguno de rostros.
¡Helados--- Insignificantes--- Helados!.
Instante de las últimas preguntas. Preguntas de la niebla el agua y una flor saluda. Del amanecer, rumor de orillas sorpresa. Tendidos los rincones, cubierto de polvos.
¡Helados--- Inanimados--- Helados!.
¡Oh, instante demasiado recuerdo!. ¡Oh, instante demasiado distante!. ¡Cuánto después no se olvida!. ¡Cuánto siempre no se queda!.
¡Helados--- Insensibles--- Helados!.
¡Ah, profundo mensaje fugaz!. ¡Ah, silencio pupitre solitario!. ¿Cómo las cosas pasan en filos!. ¿Cómo los casos quedan en filas!.
Instantes. Congelados, instantes, congelados. Instantes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Enarenada pocilga
Enarenada Pocilga...Efímera arena... Efímera arena colgada del viento. Extiende su nido donde la piedra se advierte. En las carnes de la llanura sin fuerza. En los campos desolados de paja. Extiende su aliento, donde las almas han ido. Efímera danza de instantes desiertos. Enarenada Pocilga... Efímera arena...
Arena caída gota a gota, del azul silencio. Hay un lívido espejo vacío. Hay un sonámbulo inmóvil. Ante los hombres sin nombre. Ante los hombres sin nombre. Hay Campanas. En dagas en campanas hay... ¡Hombres sin nombres!. Enarenada Pocilga... Efímera arena... Arena que arena, los párpados violines. Saltan los alientos y esconden los rincones. ¡Hojas cortas, cortan vidas, cruzan huesos!. Arena que arena, los alfileres tiemblan.Arena que arena, los alfileres tiemblan. Hay Fracaso En Almíbar en fracaso hay... ¡Párpados en los rincones!.
Enarenada Pocilga... Efímera arena.
Arena con la risa. Arena qué acuchilla. En amargo lago, los pueblos de lamentos, y en los labios luto. Los pueblos de lamentos y en los labios luto. Hay Dolores En Los muertos olvidados, hay dolores, hay.
Enarenada...Pocilga... Efímera... Arena.
Arena el desaliento cada día. En cada cuerpo que agoniza. En cada vientre que fallece.
¡Cada cuerpo, cada vientre...Donde el desaliento fallece!. Cuerpo. Vientre. ¡Donde el desaliento fallece!...Fallece y agoniza día con día.
Arena en la cabeza un bosque hostil. Una telaraña entre sus venas. Una muchedumbre hecha pedazos.
¡Una telaraña, una muchedumbre... Hecha pedazos! Vena. Hostil. Bosques de nuevos huesos... Y aún sonríe.
Arena luego el sobrehumano llanto. ¡Costal de huecos en la porosa lengua!. ¡Cuerpo de huecos en su arenal sonrisa!.
Pocilga de arena, pocilga del siglo nuevo. Milenio de arenas, milenio de fracasos. El hombre. Hambriento... ¡Los dedos en sangre bebe!.
Todo se ve y se vive, y el que no esté de acuerdo, y el que no esté de acuerdo, es él, él,... ¡El perverso culpable!Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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