Soñando estaba despierto como esperando tu llegada; Alucinaba mientras entre tanta gente tu asomabas. Tu belleza infinita, tu mirada picaresca y con ternura exagerada. ¡Pero estabas tan hermosa! o tal vez enamorada.
Ese fue el día que sin saber tu nombre supe que te amaba. ¡El día de las papeletas!, ese día; el día que yo esperaba. Aquel día pronuncié tu nombre; tú me lo dijiste pero no me hablaste; solo me mirabas.
Recuerdo ese día como el primer día. Recuerdo que me saludaste. ¡Qué ingenuo!, ese día tu me odiaste. Pero yo sin saberlo ya te amaba.
Juan Carlos
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Poeta
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