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Como cuando...
Del árbol de la pena, la sirena pende. Al péndulo desasirse de la ausencia, llama de ojos claros, sobre soledades, mudas y arrepentida, las hojas desempleadas, en los libros del otoño, del cielo temporal arena, suave licor del alma, esquiva, flama, animosa, vapor altivo, paciente, rama, recelosa, frase trivial, perdón, eterno, culpable, valiente veneno, del alma ausente. Del infierno inmerecido, del armadillo tierno... Donde la noche se deshoja en una estrella, en el sol que sangra, vidrios, vinagres, del mar sin sal, blanco metal, en la mejilla, la tarde se desmaya, donde un día el coral cantó despacio.
Entre Un Cuando lleno de comos Entre Un Como de muchos cuandos. Cuando el sueño despliega, las alas de la noche, buscando el sentido, de los meteoros preocupados, sutil interrogante, del cangrejo acomplejado,
en la estrecha, suerte de los mapas, en la digna, esquina de los ritmos, en el breve, género de las arañas, en el extenso, instante de las tumbas.
Cuando el quizá perdió la trama, para salvarse de la peste, donde los siglos proliferan, y los relatos quedan sin rasgos. Como la métrica en cuarentena... Y los entonces enrollan, los cuales desarrollados,
entre las corrientes finas, las enjoyadas miserias. Cuando la estrategia se calcina... Y los telares fingen, los impostores de los tinteros, entre las costumbres futuras, las imaginarias pasiones. ¡Como cuando, el hambre desayuna sola!. Y Como El cuando. ¡No encuentra como!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MORDAZ MOTÍN
El recuerdo, se abrió por la mejilla, amotinada, temblorosa, poco a poco, bajo la mesa templado fortín forzoso panoplia del trasoír y traspapelar en capas lisas empuñando el borde de los caminos donde se divorcian los trayectos de la manos de las lágrimas, briznas de pestañas de las numerosas emociones cansadas donde. ¡Quedó el motín amordazado!.
A Mor Da Zado. ¡Textual de tez tifón!.
Don De Se desprenden avenidas sonoras, por el rumor del verano, y la costa seca, del ilustre retiro, montaraz, y arena con blusa de pregonero, robusto dejando ver las retinas de frágiles, ataduras de una piel nueva. Matraz.
En El retorno, redondo, majestuoso de grises indolencias, fracturada fragua fragante, En el enjambre de torbellinos, llevando las rimas de gomas, lentas y disimuladas, sobre todo.
Sin fantasmas, indiscretos, sin brumas, en la piel tostada del sol, que han dejado los amores soñando, en la ventana del silencio, que ha dejado de inquietar. Sin fantasmas, indiscretos, sin brumas. Tempranal. Tenaz. ¡Del borbotón bordado!. Afable y afanoso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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