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NOSTALGIA MINERAL
La triste montaña mira al cielo. Frío. Azul. Infinito. Frío. En la selva de las nubes. Roja es la esperanza. Sin tiempo. En el corazón del caracol. Sin sol. En la noche cansada. Sin luna.
Nostalgia. Gris. De metal. Por las costillas. Del camino. Por las alas. Del campo. Entre el martirio. De un instante. Entre el martillo. De un lirio. Noche y día. De sol y luna.
Mineral. Memoria. Del humo. Con la tristeza del caramelo. Con la sed del corazón. Sangre de luz y de sombra. Muerto el honor y el recuerdo. Frío. Amarillo. Finito. Frío.
Nostalgia. Mineral. Solo agua. Lágrimas. Joyas. Secas. Despreciadas. Arte invisible. Del aire petrificado. Porque el cielo ha quedado ciego y sordo. En la triste montaña. Mira y mira. Mudo el suelo... Inundado de sangre seca.
Arriba y abajo. La consciencia hecha polvo. La memoria está perdida. En las nubes de la selva. En las noches solitarias. La montaña es de fantasmas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ANÉCDOTA INEFABLE
Esto pasó cuando menos lo esperaba. La piedra me soñó petrificado. Nada sabía el aire ni el agua. El cincel, el martillo, la campana, la tarde, el tiempo... Todos dormían. Menos yo.
Y en ese sueño era piedra. Frontera de nube y almohada. Desperté de noche sobre la luna. Siendo piedra, siendo sueño, sin saberlo. Dormí en el fondo del mar... Sin color. Frontera de roca y esponja.
¿Para qué decirlo?. Nadie lo creería. Y menos cuando se enteran que uno, es un sueño de una piedra.
Y sin embargo, se puede. Aunque solo enamorado, de los ídolos, del amor. Y de las flores de acero. Se puede sentir. Se puede imaginar. Se puede soñar, incluida a la piedra que sueña.
Pues ésto pasa en los sueños. De otras piedras. Cuando nos sueñan. Sin saberlo. Y el aire se humedece de alegría. Y lo que parece deja de serlo. Y al final no puedes contarlo. Completamente... ¡Solo lo inefable, como aquí!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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POR LO PRONTO...
Por Lo Pronto Y Por que demasiado pronto conservó engañosos velos mostrando lo que de lo mortal conoció la tristeza resguardando en vano los últimos finales dos extremos desiguales con la brevedad de un solo intento.
Con la arrogancia imprudente de los caprichos, banderolas de cigarras ordeñadoras martillos de tinieblas estructuras diademas de frutas secas podridos del trágico y grotesco dolor de la pobreza, del cuerpo al alma humana del presente que no cambia aunque se oculte.
Yo dice la nieve al fuego, homicida, he dormido, dipsómanos kilómetros, en los meses de años del siglo, magnetófonos exóticos y lácticos, un...un... un parque abandonado por la siesta de la paz.
Y con la flor de voz nueva, de toda la vacuidad andante, que aprende que la vida es demasiado dura, cuando hay que conquistarla honorable, en constantes espadas, agujas, espinas, hienas, hierros, hielos, frágiles, hipérboles de libérrimas libélulas de contemporáneos cráteres.
El Firmamento Destellos en el pecho noble. Está... venciendo a la miseria del aire, del vivo remedo del humano, del vivo la faz doliente, un día y otro día. ¡Cualquier día sigue igual!.
Yo fui tronco, dices, roble vecino del muro vano, un niño, del campo tinto enfermizo, ahora, pálido y mendicante, el arado preso, sin otro trono bufando cuernos, sin otro baúl azul sangre, sin bañar a los pantanos, que algún cadáver trashumante del arroyo, espera llegar, olvidado, en la memoria. En la eterna, negra desolación, que se posa en las ventanas. Y ¡Ojalá!. Debajo de las estatuas. Escuchen Los Gránulos las lápidas. Y ¡Oh! embalsamados mil mensajes. Con La Manumisión devoran las débiles consciencias inocentes. Terrible pausa pelirroja trébol. Por Lo Pronto, anclas áridas, casas quebradas. Por lo pronto trozos de constelaciones óseas.
Por Lo Pronto Solo Vientres Del vacío hay en el hule torvo morbo.
¡Qué por lo pronto solo cavila, cavila, para ver solo si todo cabe, en lo qué cava!.
El por lo pronto. Del temprano polvo lleno. Ceremonial expresa solo falso mármol.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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