Poemas :  Térmica mutación
TÉRMICA MUTACIÓN

Era el invierno en el techo,
y en el verano era el lecho,
primaveral y otoñal hecho,
al reloj el fuego turbado.

¡Porqué vuelca al volcán volando!.

Y enrojecían brisa y piel,
inclinada la pared mecía,
reclinada la sonrisa flor,
haciendo pétalos y carnes.

¡Aquéllo que habrías volcado pudiendo!.

Entre los perfumes los ardores.
Dejan en la época opaca luces.
Recogiendo del silencio perlas.
Y del abismo mentiras que muerden.

¡Eso que más que volcaría volaría!.

Al papel de las sombras las sobras.
En sobres sobrios agrios.
Un rizo que así hizo a la risa.
Cobre lágrima grave ajena.

¡Dónde vuelcan plumas en hojas palabra!.

La esperanza temblorosa del instante.
Del eco tapizado ciervo cierto curvo.
Por esas estrellas que sirven en vasos.
Amores en piedras tristezas naranjas.

¡Dónde volcarían tintas letras pronto!.

En la corteza del pozo cereza mañana.
En el techo que era el hecho.
Un lecho de fuego hecho.
Un hecho invernal veraniego.

¡Cuándo volcáremos la razón en acciones!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Miriadas de ramos
MIRIADAS DE RAMOS

No, no, no, por las muertes miles imposibles.

Viven los corales en los funerales de frenesí,
manchando el perfil de las cenizas de rojos.

De sacrificar los inviernos en un otoño gris,
de luchas de luces de dientes de agua y arena.
A los heridos que hieren las corolas y luceros.

Con la fragua de los limbos y los lobos ligeros.
En la mirada hecha ojo ramo raro esqueletoso.
En la identidad sin pedir permiso sospechoso.
En el perfume que seca flores al eco fervoroso.

Miriadas, miriadas, de ausencias olvidadas.
Que acuden diariamente inclinando la razón.
En la muerte muriendo por no morirse igual.
En la vida viviendo sepultadas las vivencias.
En la desorbitada expropiación vanagloria.

Miriadas de ramos en la muerte multiforme.
Que se cuela arriba del rincón hecho vacío.
Que se observa bajo el cementerio exitoso.
Que se impregna del magma inquieto leve.
Del abuso desgastado y agotado arrogante.
Dónde se vende la misma piel del alma hoy.

Y cualquier día negociando mentiras reales.
Verdaderos atracos a sentimientos tatuados.
Sobre las plumas de los platos y escaleras.
Que sirven a la sangre de atónitas farmacias.
Que siembran las monedas modas menudas.
Agonizantes tumbas rojas de ceras calientes.
Estando gozando el siglo está gateando lento.

Por lo amores que raptan que reptan rodando.
¡Qué ruedan que ruegan que arruinan andando!.
Por los cuentos cubiertos de cuentas infames.
Con el rombo rumbo fijo estando raudo el hueso.
Más que tangible encaramando ausencias al cielo.
Evidentemente de ácidos dúos, frías multitudes.
Ramos hechos desnudez en la mirada miriadas.
¡Qué mueren por no morirse, viviendo ausentes!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Marcha fúnebre de una Marionnette
Marcha fúnebre de una Marionnette
__José María Eguren Poeta del Perú
(1874-1942)


Fué también fotógrafo y acuarelista. Publicó algunos libros como: Simbólicas (1911) Sombras (1929) Canción de Figuras (1916).

Marcha fúnebre de una Marionnette

Suena trompa del infante con aguda melodía...
La farándula ha llegado a la reina Fantasía;
Y en las luces otoñales se levanta plañidera
La carroza plañidera.

Pasan luego, a la sordina, peregrinos y lacayos
Y con sus caparazones los acéfalos caballos;
Van azul melancolía
La muñeca. ¡No hagáis ruido!;
Se diría, se diría
Que la pobre se ha dormido.

Vienen túmidos y erguidos palaciegos borgoñones
Y los siguen arlequines con estrechos pantalones.
Ya monótona en litera
Va la reina de madera;
Y Paquita siente anhelo de reír y de bailar,
Flotó breve la cadencia de la murria y la añoranza;
Suena el pífano campestre con los aires de la danza.

¡Pobre, pobre marionnette que la van a sepultar!
Con silente poesía
Va un grotesco Rey de Hungría
Y los siguen los alanos;
Así toda la jauría
Con los viejos cortesanos.
Y en tristor a la distancia
Vuelan goces de la infancia,
Los amores incipientes, los que nunca han de durar.

¡Pobrecita la muñeca que la van a sepultar!
Melancólico el zorcico se prolonga en la mañana,
La penumbra se difunde por el monte y la llanura,
Marionnette deliciosa va a llegar a la temprana sepultura.

En la trocha aúlla el lobo
Cuando gime el melodioso paro bobo.
Tembló el cuerno de la infancia con aguda melodía
Y la dicha tempranera a la tumba llega ahora
Con funesta poesía
Y Paquita danza y llora.
Poeta