Los insurgentes Los insurgentes son la voz de aquellos sin voz, los defensores de los derechos pisoteados, los abogados de la injusticia y de la arbitrariedad, luchan con valor, siempre aguerridos nunca con miedos.
En las oscuras noches de dolor y opresión se levantan como estrellas en el cielo, llenando de esperanza cada corazón, que agoniza en su tristeza lleno de dolor.
Insurgentes marchas por senderos prohibidos, esquivando peligros, en pos de nobles ideales, con pasos de convicción decidida, reclamando que la libertad es innegable.
Insurgentes valientes de noble espíritu y alma, que levantas tu voz en la lucha constante, con firmeza y fortaleza luchas en cada batalla, en busca de justicia y libertad permanente.
Vuestra lucha incansable forja un camino, donde antes había cadenas y tiranía, hoy, gracias a vuestra lucha hay alegría, libertad, paz y sueños en nuestro destino.
Insurgentes valientes, guardianes de la esperanza, estarás por siempre en nuestras mentes, para seguir vuestro ejemplo de luchar con fortaleza y no rendirnos ante la opresión y la injusticia del tirano.
Con honor y orgullo hoy te cantamos, por ser la luz en la noche de la opresión, por luchar sin descanso para darnos independencia, y por convertir nuestra historia en una bendición.
Con este canto expresamos gratitud, rendimos homenaje a vuestra valentía, que nos da libertad paz y armonía, y nos llena de valentía en contra de la tiranía.
¡Viva la lucha de los insurgentes! ¡Viva su nobleza y coraje! Porque gracias a ellos, somos conscientes, que la lucha por la libertad es permanente. Enrique Canchola 17 de septiembre de 2023
Me embarcaba noche y día, navegaba por una calle peatonal, en mi rostro, un semblante cordial, en mis venas, mi espíritu salado plañía.
Siempre me asolaba la misma tormenta, la niebla, encapotaba el catalejo, me iba a la deriva junto a un ron añejo, me moría, descarga a descarga lenta.
Por proa, venía el viento al contrario, por popa, colgaban boyas de fiambres, a babor, me abordaban olas en enjambres, a estribor, abretonaba mal los cañones del calvario.
Siempre codicié una fragata, rápida, me haría temible como Barbanegra, pero no lo conseguí, aunque me alegra, me enamoré de un Bergantín cual capitán pirata.
Dos palos, velas cuadradas, como salido de la canción de Espronceda, era casi como Benito Soto en esta vereda, pero sin ser gallego y con compañías abolladas.
Amaba mi velero baldío, amaba mi libertad fingida, no me preocupaba mi constante abatida o mi sueño de coraje bravío.
Hasta que me abarloé en este mar de cemento, hasta que fondeé y miré con calma, pues era un esclavo sin nada en la palma, cambié mi tesoro por unas cadenas sin descuento.
Mi amado bergantín resistía, surcaba a toda vela con la quilla rota, soñando con comandar mi propia flota, pero en vez de abordar se escoraba y huía.
De mascarón llevaba una máscara, me dejaba caer hacia mi derrotero marcado, oculto en ella, un cobarde atrincherado, reprimiendo la única dirección clara.
No se si fue por sotavento, si por barlovento, no se si las estrellas ardían, si el sol crecía, no se si el verano florecía, si el invierno trinaría, solo se que lo tiré todo al garete y escapé en un momento.
Ahora, mi bergantín temible, mi tricornio sombrero, mi sable de acero, mi parche inflexible.
Ahora, mi loro locuaz, mis tragos abundantes, mis blasfemias tajantes, mi gula voraz.
Ahora gritan, saltan, festejan, pues su señor es libre de ataduras, pues vuela con el viento a grandes alturas, pues hoy la ansiedad, el dolor y la represión se alejan.
Hoy soy todo lo que quiero, todo lo que ansío, hoy mi dios viaja conmigo, en mi patria, la mar, donde no hay castigo, en mi bergantín de nombre “Mi albedrío”.
Este poema está inspirado en La Canción del Pirata de José de Espronceda, composición que me encanta por su ritmo y tema, como se puede apreciar en esta poesía hay ciertas referencias a esa obra y el tema de base de esta es la libertad, un tema también importante en la obra de Espronceda, sin embargo yo lo adapto a la sociedad actual y de forma abstracta intento definir el miedo que tienen las personas en nuestra sociedad a ser libres, debido sobretodo al estado de bienestar tan alabado, cuando en realidad nos ciega y aprisiona.
“Iguala, cuna de bandera tricolor símbolo en tela.”
En el Cerro de Acatempan dos militares se encuentran, se dan abrazo fraterno con la venia del Eterno.
Acuerdos, planes, delante, Ejército Trigarante, católica religión, la independencia, la unión.
Meridianas garantías de ese tiempo apologías; ya sin guerra, sin violencia, hecha a un lado la indolencia.
Convencidos que Guerrero e Iturbide eran de fierro libertad sin tiranía sacrosanta letanía.
Iguala candente edén de este país leal sostén nuestra historia y la leyenda se van quedando en tu senda.
Ante la sombra me rindo del frondoso tamarindo; jugo de agua todavía fresca madura sandía.
Rebanada bien partida simbología compartida verde, muy blanca, tan roja, semilla negra se antoja.
Escupir . . . la esclavitud, recuperar la virtud de seres humanos plebes por la miseria asaz breves.
Fiel a su arte con encanto el sensible sastre Ocampo bordó de hilo la Nación, le imprimió su corazón.
Cosida por tres colores bandera de mis amores insignia, fuerte cimiento, emblema del pensamiento.
¡Ondea lábaro patrio! en mi alma está tu atrio recuerda a próceres muertos sus principios, sus aciertos.
Los mexicanos tenemos sentimientos nobles, buenos, por tu lienzo, por tu escudo, vamos henchidos de orgullo.
Honorable patria santa tu enseña que me levanta se mueve cual hoja al viento la paz llega . . . ya la siento.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 19 de marzo del 2011 Dedicado a Don Teofaz Pineda (QEPD) Reg. SEP Indautor No. 03-2011-041513462700-01
Sin dueño carga en su lomo, lágrimas y gritos de luces (antónimos), crías de una bestia llamada “justicia”.
Llevando atada a sus alas, palabras inmunes de miedo y silencio.
Tú que despiertas desde el sur hasta el norte, del este al oeste; firme irrumpes segura aun en caída…
Provienes de un habitad dónde ningún hombre ha estado; paseas la vista y las garras aun en el costal de la prisa.
Déjanos ser anfitriones de hoy tu apremiante visita, de tus revoloteos, causantes de cambios en el viento, y a tu alrededor…
Déjanos contemplarte sin sangre a tu paso, y ser de tu gravedad jinetes, como testigos de tu longeva suerte; … Y de tu nutrir a cualquier suelo.
Tú que vives posada en ventanas y puertas de anhelos… que anidas en espacios anchos y estrechos…
… Que trazas e impones tu vuelo en la selva de asfalto, y en el bosque sin tiempo…
Quiero aferrarme a tu pecho, a tus extremidades de antaño, a tus alas cargadas de vegetación y cascadas, partes de tu ser, cual no puede atraparse.
Tú que polinizas en tus “gotas”, imaginación y sueños, desde rincones fríos y secos; en lejanos párrafos, y anexos, de un libro escrito por la vida…
Ven a mí, ave inquieta, vuela lejos, vuela alto, en todo el mundo, en todas partes, llega a todos, a muchos, veloz y risueña; a tí, que muchos llaman “libertad”, tú, que eres derecho y potestad de todo aquel que existe; que nunca se apague tu alegría, ni se apacigüe de polvo tu vuelo…
NI UN PASO ATRÁS Autor: Pedro Mir 1913-2000 República Dominicana
NI UN PASO ATRÁS
Árbol de luna que obedece al clima un sistema de nocturnidad, no permitas que el murciélago te oprima. Ni un paso atrás.
No permitas que el largo regimiento de los años de crimen pertinaz, te toque el hombro con el pensamiento. Ni un paso atrás.
Que la alta flor que de tus ramas brota en este chapuzón de libertad, no pierda en miel ni la más breve gota. Ni un paso atrás.
Ni un paso atrás, soldados y civiles hermanados de pronto en la verdad. La vida es una sobre los fusiles, que no hay trincheras para los reptiles, de malos nuestros a extranjeros viles. Ni un paso atrás.
La libertad como un antiguo espejo roto en la luz, se multiplica más, y cada vez que un trozo da un reflejo el tiempo nuevo le repite al viejo: Ni un paso atrás.
Ni un paso atrás, ni un paso atrás, ni un paso de retorno al ayer, ni la mitad de un paso en el sentido del ocaso, ni un paso atrás.
Que en la lucha del pueblo se confirme, -sangre y sudor- la nacionalidad. Y pecho al plomo y la conciencia en firme. Y en cada corazón... ni un paso atrás.
Por el ventanal de la vida se asoma la voz para confundirse con el trinar de los pájaros, que en solitario vuelo recorren los páramos del alma llevando sobre sus alas el peso de tanta indiferencia.
Por este ventanal, tapiz de alegría, forjados sobre el cielo que no se ve, van quedando los recuerdos evocando los azules que bañaron aquella infancia lejana.
Sentado frente al ventanal, sin prisa, con la calma de la despedida dibujada entre los labios y acariciando el tiempo con mis dedos, siento llegar la belleza del color que debo inventar, dejándome abrazar del aroma que me sabe a libertad.