ESTREPITOSAMENTE DOLOROSO
( Neosurrealista)
¡Aunque duela como ola!.
En la noche que camina,
esa luna,
recibe sus lecciones,
de los cometas,
mantenidos en silencio,
cazador de lluvias y colmenas.
¡Aunque huelan como aves!.
Cuando despierta rebelde el bosque,
que sostiene una mañana con una,
vela que vuela para darle noticias,
a la noche que inició a estar enferma,
por la tarde en busca de escasos,
beneficios, dónde los caminos,
sienten sus pasos lentos en la orilla,
qué se va inventando a sí misma.
¡Huele a olvido duele a olivo!.
Como un barco de carbón que ha sido
cincelado por el agua, además de su
renuencia a quedarse bien sentado
en un desierto, en vías de extinción
por la palabra que flota a lo largo
de las montañas detenidas, con suaves
sombras, y crestas afiladas como abejas
esculpidas por los vientos enlutados.
¡Porqué huele lo que muele!.
Y duele olido.
A olivo.
¡En el olvido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez