LA LLAVE DEL ADIÓS
Ya te has ido
aunque permanezcas conmigo.
Ya tu ausencia
lo llena todo.
Se apagaron las risas
y tu voz es un olvido.
Pájaros amarillos
alborozados entre las ramas
recuerdan nuestras miradas,
que ya no asoman sigilosas
por las ventanas.
Has cerrado tu puerta
con la llave del adiós.
Y tu lámpara
antes encendida,
hoy yace muerta.
Y yo, vagando por la casa
voy musitando una oración.
Ingrid Zetterberg
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