“Que la niñez lea y escuche . . .”
¡Ay, qué momentos tan sanos!, fue regalo de cumpleaños, venía dentro de un estuche lindo osito de peluche.
Llegó con moñito al cuello, tersura tiene por sello, es de color cafecito, regordete, pachoncito.
Desde entonces vive en casa tan tierno juguete-alhaja, ya no ocupa su cajita, en mi recamara habita.
Lo tengo en cómodo mueble, mas, siempre a mis manos vuelve; por supuesto es adorable, muy suave, apapachable.
Por nombre le puse “Trufa”, lo abrazo y también me estruja, es mi prenda más querida, mi diversión preferida.
Lo cuido con mucho esmero, se volvió fiel compañero del momento entretenido, a mi alma está cosido.
Lo llevo pa’ todas partes, a fiestas, recreos y parques, todos quieren estrecharlo, cargarlo, . . . apretujarlo.
Es mi amigo inseparable, leal, tan solo comparable a la dicha más divina, la felicidad genuina.
Duerme plácido en mi lecho, se acurruca, aquí, en mi pecho, compartimos blanca almohada, sueños, cobija, frazada.
Su relleno es de algodón, mas, tiene gran corazón de material resistente, sé que mi cariño siente.
Ojalá mi osito hablara y conmigo platicara, a veces creo que comprende, que de la inocencia entiende.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 30 de abril del 2021 Dedicado a mis nietecitos Marijose, Mayté e Ian Santiago . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
|
Poeta
|