Cuentos :  EL YETA
YETA Y MUFA SON ALGUNOS DE LAS PALABRAS CON QUE SE ETIQUETAN A LOS QUE TIENEN FAMA DE TENER Y TRANSMITIR MALA SUERTE. CARLOS SAÚL MENEM EX PRESIDENTE ARGENTINO LLAMADO EL INNOMBRABLE PORQUE SE CONSIDERABA HASTA DE MALA SUERTE DECIR SU NOMBRE, SE LO HACÍA TOCÁNDOSE EL TESTÍCULO DERECHO O HACIENDO CUERNOS CON LA MANO. OSVALDO PUGLIESE UNO DE LOS MÁS QUERIDO MÚSICOS DEL TANGO, DIRECTOR, COMPOSITOR Y PIANISTA DE SU ORQUESTA. BAUTIZADO SAN PUGLIESE A QUIEN SE LE ATRIBUYE TRAER LA BUENA SUERTE, CIRCULAN TARJETAS CON SU FOTO Y UNA ORACIÓN ANTI MUFA. HAY OTRAS PALABRAS DE USO COSTUMBRISTA, PERO SE PUEDEN ENTENDER EN EL CONTEXTO



EL YETA

Unos nacen con estrellas y otros nacen estrellados, dice un refrán popular. Y yo creo que es así, hay gente de suerte esquiva, bueno digamos con mala suerte, o mejor dicho con una suerte de mierda, no creo que sea el destino, un mandato divino, el carma, el signo zodiacal, ni ninguna de esas falsas creencias, supersticiones las llamo yo, tan de moda…Nó, yo no creo en esas cosas. En realidad nadie cree en ellas, por más fatalista que sea, nadie cruza la la Avenida 9 de Julio con los ojos cerrados. Lo que pasa es que algunos piensan que estas creencias les dan chapa de místicos. En lo que sí creo, es en la suerte, el azar, lo aleatorio. No como determinista, sino porque… como te puedo decir?..., Viste que si tenés miel te siguen las moscas?... Bueno, algunos tienen algo que hace que los meen los perros… Mufa, yeta, que se yo…A unos les pasan cosas peores que a otros, porque de eso se trata, en ver cuantas cosa buenas y malas te ocurren en la vida. Y no hay antídoto, porque el diagnostico, lo dan la sucesión y el balance de los hechos
Esto es lo que yo pienso en general, pero en realidad, es el prólogo de la historia que te voy a contar.
El fulano en cuestión, fue séptimo hijo varón, y este hecho fortuito fue el comienzo de una constante. Vos pensás que te voy a venir con que nació lobizón?...No, nació sanito y normal…Tanto así que su madre no sufrió ni los dolores del parto. Iba caminando por el pueblo, de calles de tierra después de la lluvia, pego un saltito para no pisar un charco y se le cayó “Imprevisto”, ese fue el nombre que le pusieron, porque La Ponedora, como llamaban a su madre, tenía la vagina tan dilatada de parir seis hijos, que ni se dio cuenta, sintió un tirón pero no hizo caso, lo llevó como diez metros a la rastra agarrado del cordón umbilical, como haciendo sky acuático, hasta que la paró un milico de protección de la fauna que andaba persiguiendo cazadores, y boleta en mano le dijo, haciendo la venia correspondiente.
.- ¿ No sabe señora que no se puede tener monos de mascota? … Señalando a Imprevisto. Ahí fue que ella lo vio, se miró la panza, y tuvo conciencia de lo ocurrido.
.- Es mi hijo !...Exclamó sorprendida, mientras lo levantaba, le cortaba el cordón con los dientes y lo lavaba en un charco.
.- Dea gracias a la suerte que soy yo que la conozco, que de no, se lo llevan al zoológico. Dijo el uniformado, tratando de justificar su error. Cuando despojado del barro, constato que efectivamente, se trataba de un bebé humano.
Cuando llegó a su casa, su marido, de quien no voy a decir su nombre porque no va volver a aparecer en escena, le abrió la puerta a su mujer, que tenía sus brazos ocupados.
.- No te puedo dejar salir con plata que te venís con alguna basura…La Ponedora no le hizo caso, ya estaba acostumbrada a los chistes metafóricos de su pareja.
En realidad Imprevisto no era feo…Bueno, no era demasiado feo. Morochito pero no negro, medio marroncito, color mierda clara digamos. Digo esto porque ya escucho a los progres, atribuir a su portación de cara la suerte que le toco en la vida. Tampoco pertenecía a una familia pobre, inculta, marginal, razones sociologistas que lo justificaran. Vuelvo a repetir, su mala suerte se debía al azar, a combinaciones casuales y fortuitas, que en todo caso podrían encuadrarse en una reacción química-física no probada.
Volviendo a Imprevisto, ya sabemos que es el séptimo hijo varón de la Ponedora, por lo tanto le corresponden los beneficios de la Ley 20.8431, que garantiza el padrinazgo del Presidente de la Nación en funciones al momento del nacimiento del séptimo hijo varón o la séptima hija mujer de una prole del mismo sexo.
Esta ley tiene sus raíces en la gran inmigración rusa en la Argentina y en la creencia de que el séptimo hijo varón es hombre lobo y la séptima hija mujer bruja. Y este hecho doblemente fortuito, muestra los inicios de su mala gamba, Porque para esa fecha…sabés quién era presidente?...Carlitos…Si,tocate un huevo, Decime si no es mala leche!...Más le hubiera valido nacer lobizón.
En el pueblo se rumoreaba sobre esa posibilidad y en las noches de luna llena estaban todos en alerta, sobre todo su familia, que lo encerraba en una jaula y se quedaba toda la noche en vela temiendo la transformación. Pero nada, no le crecía un pelito, ni aullaba, roncaba a pata abierta el Imprevisto. No obstante sus padres le hicieron sacar los dientes por prevención, se los pusieron postizos y se los sacaban en esas noches.
Con el tiempo ese temor desapareció, no sufrió ningún acto de discriminación ni bullying, y vivió una infancia feliz de un niño normal en un pueblo de provincia. Recién en sus últimos años, cuando cobra fama de yetattore, comienzan a aparecer anécdotas no comprobadas de esta característica. Algunos afirman que en los picados en los que participaba se pinchaba la pelota, que alguién le pegaba un voleo y desaparecía, que alguno se quebró la pata o que el equipo que integraba perdía por goleada, pero son cosas menores que no aportan. Lo que sí es fehaciente es que en su adolescencia tenía fama de buen cantor, lo que lo hacía muy seductor con las pibas quinceañeras, pero él se enamoró con todos sus andrógenos, de una chica que veía en la vuelta del perro, de la cual solo sabía dónde vivía. Allí iba por las noches a cantarle románticas serenatas, sin ninguna respuesta, hasta que una noche se abrió la ventana y apareció el padre que le dijo.
.- Che boludo, déjate de joder con los cantitos…No sabés que la Pepa es sorda?...Esa fue quizás la primera vez que él se dijo, qué mala suerte. En el pueblo se convirtieron en dichos, el “andá a cantarle a la Pepa” o “tenés menos suerte que el Imprevisto”.
Ahí puedo decir que comenzó su historia. La recopilación de hechos, me muestra algo curioso, en algunos casos la mala suerte parece una respuesta a la buena. A ver si se entiende, te pasa algo bueno por azar, por ejemplo, te ganás la lotería, alguien te ve con dinero y para robarte te golpea mal. También puede ser a la inversa, que un accidente te permita conocer al amor de tu vida. Está claro?... Y puede ocurrir que ese amor te cague la vida, y así se pueden sucederse, alternancias casuales concatenadas hasta el infinito. Pero yo no quiero escribir un ensayo sobre la casualidad, por lo menos en este momento. La que según mi opinión es la responsable más importante de la felicidad y la desgracia. Así que mejor sigo contando…
Cuando Imprevisto cumplió diez y ocho años, gracias a la beca de la ley de padrinazgo, entra a la facultad de psicología, allí se encuentra con Freud, Piaget, Lewin, Lacan…No por casualidad, sino porque estaban en el programa de estudio. Hago la salvedad para que no me tilden de delirante. Al que conoció por casualidad fue a XXXL, lo llamaban así por su tamaño. , Con él le tocó compartir la pieza en una mugrosa pensión de San Telmo, quien le presentó a su novia Romina. Imprevisto quedó deslumbrado por ella, pero tenía sus códigos y evitaba cualquier situación que le fogoneara las ganas, pero mirá lo que son las cosas, un día va a tomar un colectivo, se equivoca de parada y se pone en la fila. Delante de él una chica.
.- Yo a este culo lo conozco…Se dijo, le preguntó la hora para verle la cara, pero no, nunca la había visto. Era bonita la piba, tenía buenos faroles, paragolpes y un radiador brillante. Desde su época de mecánico le quedó esa costumbre de comparar a las minas con los coches.
.- Las veinte y treinta. Le dijo ella con una sugestiva sonrisa.
.- Gracias…Mirá vos, creía que era más tarde…
,. No, es temprano, bueno depende para qué… Ah mira, ahí viene el colectivo. Ahí Imprevisto se dio cuenta de su error, pero como si algo le sobraba en su vida era tiempo y lo que le faltaban eran mujeres, así que subió a la aventura, Se sentaron juntos, bien juntos, como para sentir su pierna y su brazo pegados y siguieron hablando. Algunas paradas más adelante levanta la vista y ve caminando hacia el fondo…Si, adivinaste…Decime si no es casualidad. Se levantó de un salto, dejó a la piba hablando sola y fue tras ella…
.- Romina !...
. Carlos !... Exclamó ella y se arrojó a sus brazos. Aquí se hacía llamar por su segundo nombre, a Saúl no lo usaba, no le caía bien. Sonaron violines, luces de colores iluminaban la escena, el perrito del parabrisas decía sí con la cabeza. Bajaron abrazados, a la sombra de un árbol cómplice se besaron furiosos. Se perdieron los códigos, barridos por el deseo descontrolado. Cuando de pronto, de atrás del árbol aparece él…Loco, loco, loco…Es XXXL que lo revienta a golpes, se lleva a la Romina, y un ángel, un soldado y una niña, les dan un valsecito soñador.
Tiempo después, se encuentra con un amigo del pueblo, que recordando su berretín de cantor lo entusiasma a presentarse a un concurso “Buscando la voz del tango”, el ganador firmaría un contrato con Don Osvaldo. Se presenta y gana por aclamación, “el sueño del Pibe”, se dice el muchacho. La noche del debut, imagínate la tensión, emoción, suspenso, expectativa, y cagazo que tenía Carlos… Comienza a sonar la orquesta. Carlos avanza con paso firme hacia el micrófono, mira al maestro, el maestro lo mira a él, le hace un guiño, brota su voz y el maestro lanza un grito de dolor… y sus manos son dos garras, que se agarran y desgarran a su corazón. Ni San Pugliese pudo con su mufa. Pero yo pienso que fue casualidad, le podría haber pasado con cualquier otro.
Poeta