Me borraron la sonrisa, me robaron la esperanza
Cierro mis puños aferrándome a la nada.
Se me escapa entre los dedos, las cenizas de un mañana
Gobernantes siniestros, que Gobiernan el infierno.
Me quitaron todo, dejándome el alma en pena.
Entretejida entre las venas, una venenosa hiedra
Que desgarra la piel, que desangra la bandera.
La patria demolida, por seres que no son de este planeta
Pertenecen a otros mundos, el que hoy gobierna nos agobia,
La que gobernó ayer se llevó todo, hasta la penumbra de un atardecer.
Ninguno tiene perdón en este suelo, pero dios dará castigo a su maldad
Ejerciendo justicia divina, dejándolos vagar, por toda la eternidad.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (KURT)
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