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Calado de lágrimas su pañuelo terrestre, no encuentra consuelo la tarde llorosa. Bate alas la ventana y filtra memorias coloridas de antaño. El aire es un suspiro de bocas desgranadas; son tu boca y mi boca que sangran aún, la quimera de juntos para siempre en el degolladero inclemente del fracaso. Pero tu boca todavía grita: imagino lo que no sé. Suspira: ignoro lo que sospecho. Arde: ignoro, deduzco, pienso por qué no me quisiste nocturnal como tú. Tu malicia exquisita enrosca lujurias; mordiscas lasciva el fruto inmemorial y tus ojos me miran diciendo: te lo perdiste. Y yo, ya no me asombro de hasta dónde he llegado con tanta soledad, porque la lluvia y el viento son pretextos, como excusas son el sol y la noche para tenerte en mí toda la vida. No importa que no estés en realidad, en esta tarde fría en que llueve y te llevo como tizón vehemente a la cama conmigo.
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Poeta
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Ausentarse...
Por ese recuerdo del suspiro olvidado, que cultiva la nube en una gota, de lluvia perdida en un desierto, de llanto disperso en un lago, que imagina recordar suspirando, el amor imposible, el beso no dado, la palabra no dicha, la dicha sin memoria.
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Ausentarse En ese pasado que retiene al presente En ese futuro que fue borrado Con la presencia de mil ausencias Con el fracaso de mil esperanzas Con la cercanía de mil lejanías Con el vacío de mil plenitudes Tan distantes tan distintas Tan pesadas tan pasadas.
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Ausentarse En el rostro del olvido del dolor Hecho memoria indeleble impalpable Impermeable incomprensible inexplicable Lecho sin techo ni pecho ni leche Dulce sin sabor ni color ni calor Por ese olvido que nada ha borrado Y de las ausencias todo ha impedido. ¡Ausentarse hay que ausentarse!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Apergaminado
Y fue un papel que deseó escribir, sobre la tinta. De la luna enamorada. De la noche del fracaso. Del silencio del miedo. ¡En la esfera menos espinosa e incolora!. En el sol pájaro en el viento medusa, terso pétreo arisco erial acre insano.
¡Apergaminado destintarse vano!.
Lloran, lloran las piedras lúbricas lavas. Con la furia lujuriosa del perdón enamoradas. ¡Como el hombre que debe ser alabado!. Pues a su mismo creador ayuda. Con la tinta con la lengua con la mano. Álabe creyéndose importante. ¡Dándole su humedad al agua!.
¡Vano destintado apergaminarse!.
De la misma naturaleza humana evacuatorio, dando conferencias de la muerte al cementerio, descubriendo al iluso ser sabio. Y ¡Oh, milagro !, inventando el agua tibia. Implorando a las rodillas que se arrodillen. Y al jardín de los cristales amar su silbido, azul de ausencia, rojo débil, amarillo humilde.
¡Destintado apergaminarse vano!.
Porque fue papel en trance líquido, de la tinta peregrino en el desierto, fabricante de ojos para vigas ajenas, enseñando al asno a hablar de orejas. Y a las aves a volar y a las flores perfumar. Y a cualquier dios inventarle poderes infames. Por ser ayudante del creador débil que le implora, culto, y promoción.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESPIGADO PRETÉRITO
Como mil trigos del que suelo nombrar yo atigrado campo y a quién muchos ven amarillento. ¡Porqué es amar y llanto el suelo cultivado!.
En el fracaso pretérito espigado. Fracaso. Pretérito. Espigado.
Y del bien perdido en la sequía. ¿Qué nos espera sino hambre, abusos y explotación?. ¡Oh, sed del agua misma seca!.
Sentir que en ello apoyo. ha de estar raudo. Antes olvidara el hielo, de darnos frío.
Esta historia ya se sabe. por el sabor que pesa pasando. en el pesar al pasar sabiendo. ¡Insípido el pasado espinado todo ahora!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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CONFESIÓN GRAMÍNEA
El suelo es hondo y húmedo, tendrá que alimentarme y vestirme, aunque por ahora no sé si es de noche o de mañana, ni si soy un sueño de un futuro inexistente, insisto, e insisto en la orilla de la sequía que corta el agua en el cautiverio de la vida, con empeño admirable, y más duro de esta cáscara, abrigo sin tregua, en una metamorfosis continua que recupera mis caras anteriores, ignoradas en la corrupción confusa de los lugares dónde caduca. Es como la voz del paisaje subterráneo donde la vida y la muerte se hermanan, dónde se adelgazan los trinos a contraluz de una fuerza comprimida.
El cosmos aparece como un inmenso árbol, infinito, entre los promontorios de luz y sombras fusionadas, como el... divino ideograma vertical que crece y decrece de la raíz a la hoja inagotable...¡Vida qué se regenera al infinito!.
Siento, de eso estoy seguro, pienso, creo ser el receptáculo de la ignorancia fértil, alguna vez, astro, pájaro, serpiente arcaica, sin tener la pretensión de agotar todo el acto esencial de la renovación del universo en su actualización creativa, yo, ¡Sí, yo!. Un simple germen en el corazón de una semilla.
Me lo han dicho unos acuáticos recuerdos abrigados por el viento. Pues he perdido la memoria de mis muertes dónde ardientes bajaron los otoños en los cómplices inviernos, viajeros agitados por los siglos. Y ahí por dónde el desierto abrasador espera la frescura de la soledad obscura.
El hecho que ahora lo cuente (de alguna forma es confesión), me lacera, me deforma la insignificancia en el curso privilegiado de intuir tantas mutaciones y estragos dónde anida la última realidad... Aunque estando ausente haya buscado callado la intimidad de las ilusiones presentes, el pecho virginal del decoro honroso de la humanidad preocupada de sí misma...Pero el suelo aquí es árido, cemento, metal, granito, ambiciones injustas, desmedidas muecas de los huecos abundantes, nada puede germinar ni cultivarse, la misma sangre enramada tiene el corazón de plomo y mete toda consciencia en un molino que taladra el cielo.
Es el misterio que evidencia mi más absoluta ignorancia, el insigne fracaso ignoto. Es... Es... La misma síntesis del misterio agrario y funerario de Odín. Es... El espacio-tiempo dónde nos reunimos vivos y difuntos. Extremos dónde la hierogamia se verifica, en el gesto primordial. ¡En el acto genésico ilimitado!. El suelo aún ahora, conserva el color de un sol forastero dónde fluyen bifurcándose corredores más angostos, y sin duda escribe al margen más páginas que fueron rotas, acribilladas, acuchilladas, y ocultadas en la red de las serpientes horrorizadas en los extravagantes edificios del engaño, en todo ese vacuo majo con la fruslería de los micrófonos, por encamisar pasmadas a las calles, desvaído el colapso atribulado. Las campanas lo confirman, los féretros los resguardan, y el olvido está en las cosechas del desconsuelo desnudo, en el claro testimonio del fracaso. ¿Qué hacer, cómo, cuándo?.
Lo confiesa el aire, el fuego, el agua, y ahora este suelo no aligera el paso, ni en el camino más peregrino de las pupilas perdidas, ni en los fúlgidos reflejos sin atavío en la pulpa hechida de las pesadillas de dulces venenos que beben la brisa de sombras como un licor suave. ¿Qué hacer, cómo, cuándo?. Repiten los cristales fugitivos, la túnica sin fe ni flores despiadadas, plásticos vasallajes vehementes con la frescura inmóvil dirigiendo el vuelo del nido en ruinas, y repiten y repiten. Las mismas preguntas hasta el cansancio. Siento, pienso, creo hacerlo, aunque lo dude... Y me digo... Imposible saberlo a partir de un sólo grano, y mucho menos si andamos perdidos por el mundo, más qué anónimos, y mucho menos ignorando los altos designios qué deben ser cumplidos por alguien, y haciendo mofa de los árboles abundando en analogías inservibles, y en escrúpulos versátiles intactos.
Mi propósito no ha sido contarles todo lo qué después será ignorado, olvidado, cercado en una fracción del campo, cómo el árbol qué a destiempo debió considerarse feliz. ¡Porqué no es cierto!. Aunque hay cuentos que no son prisiones obscuras al entendimiento, que tienen su verdad de porcelana que invade la ilusión más verosímil. ¡Vaya si no!. En todas partes se sabe qué ninguna semilla fructifica sin el suelo idóneo. Mucho menos, yo. ¡Yo qué aún no he sido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Cada problema, cada situación compleja y cada obstáculo, ofrecen condiciones para mejorar día a día. Debemos pensar cuando fracasamos en algo, en el porqué de ese fracaso para que éste se transforme en enseñanza y en experiencia. Si tenemos el propósito de hacer una cosa, una diligencia y ésta, pese a haber pensado cómo la vamos a realizar, sale mal, en la práctica es porque algo ha fallado, en el plan en el método, en la forma de realizarla, etc. Si después que ha salido mal nos encogemos de hombros y abandonamos la tarea o la acción, habremos perdido el tiempo y, además nos exponemos a tropezar una y otra vez con el mismo obstáculo porque no habremos puesto los medios necesarios para evitarlo. “Alégrate de que en principio las cosas se presenten difíciles y con obstáculos - decía Franklin – porque así, además de adquirir espíritu de lucha, acrecentarás tu experiencia. Y alégrate aún más de que tengas fracasos, porque ellos son la verdadera escuela de la vida; si profundizas en el porqué de los mismos, te harás invulnerable a ellos”. Evidentemente, la experiencia se logra con la lucha diaria. El conocimiento de los fracasos nos indica que nuestro plan era débil o que adolecía de defectos insospechados. Si estudiamos los motivos que generaron el error o fracaso, hallaremos la causa, y conocida ésta, ya no sólo fracasaremos más, sino que el hallazgo nos servirá para rehacer lo mal hecho. Cada derrota, cada fiasco sufrido, tiene la virtud de poner en nuestras manos una experiencia y buena enseñanza. Aquellos que saben sacar enseñanzas de sus derrotas, son hombres que adquieren la seguridad de su caminar en la vida. Por eso, en lugar de sentirse amilanados por un fracaso y suponer que para nada servimos, que todo nos ha de salir mal, etc., hay que alegrarse de ese tropiezo porque el resultado facilitará abrir las puertas del éxito en sucesivas actuaciones. Con toda razón se dice que donde tropieza el tonto, el listo se abre paso. Quien acepta la derrota como un mal irremediable, se juzga a sí mismo incapaz de rehacer nada. Quién, por el contrario, se sitúa dentro de su fracaso y sabe levantarse por encima de la derrota, lleva dentro de sí un alma de triunfador. Colón fracasó muchas veces en su propósito de que le ayudaran las cortes de Portugal y de España; pero, tesonero y firme en sus propósitos, siguió llamando a las puertas del éxito hasta que éstas se abrieron. Las victorias, dice un aforismo militar, pertenecen a los ejércitos que saben resistir los últimos diez minutos. En resumen, quien resiste y vuelve a la carga habiendo sacado fuerza de sus derrotas, enseñanzas y experiencias, vence siempre. Una de las mejores cualidades para soportar la adversidad es la serenidad de espíritu. Una resolución tomada con energía y ejecutada también enérgicamente, es lo más eficaz en cualquier momento. La desesperación puede ser evitada. Por ello uno puede desprenderse de vicios, de malos hábitos, de reacciones contraproducentes, sin atenuantes transitorios, si en verdad quiere hacerlo.
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Poeta
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Corazón de cristal...
Lo damos, sin saber si lo tenemos, ahora, de instantes dispersos, de cada corazón, de los suspiros, pétalos y flores dulces, del tiempo vivido, en la memoria esquiva.
Emociones y besos... En las nubes alfombradas, palabra, letra, voz desconocida del momento.
Con cada, hora diminuta, pupila, de burbujas adoloridas, que danzan perfumes y colores, de creación y destrucción, que iluminan, que llenan. ¡Un poco el vacío!.
Y desde el alma, del sueño, del tiempo y espacio mismo, que hacen pétalos al viento.
Divina memoria, compañía de los recuerdos, de la vida tras la muerte.
Solo, corazón encristalado, corazón fugaz del vidrio, co-razón perdido del añico del siglo, década perversa, milenio del abuso, del engaño. Cristal cardíaco solo. ¡Corazón en venta, consciencia que se renta, hambre del metal, plástico-moneda!. Corazón ..De. ...Cristales. ---Como plata. ----Luna y sol. Que dan los que comprar el cielo quieren, al corazón del bolsillo, alegría barata y crédito, al mismo paraíso sobornando, ...por la inmensidad ...del minúsculos regalos robados. Toma los viejos deseos de siempre que nunca nadie alcanza y que desean… Los corazones que no laten. Ni humanos un segundo de primeros.
Felicidad sueño, egoísmo encarecido, cadena, éxito del uno, fracaso y daño del otro, el que sea, nada importa, solo el éxito, del egoísmo, y un siempre, ahora agradable. Sé que todo pasa… Dice al tiempo el olvido, callando. Pasa y pesa los pasados y mañanas del futuro. Pasa siempre… Los futuros congelados y anulados. Tú, ni nadie puede escuchar tus verdaderos lamentos, penas, deleites y miedos vanos. .... ni en mar, ....ni río, .....ni catarata… Toda cristal, ..toda alegría ...te ilumina. Cuando caminas, los caminos descaminados y gastados, ..con la piel. ....Desnuda y callada, ..lejana y cercana… Sin un demás, ------poco ni mucho… ------Justo a tiempo… ------En el tiempo ------del instante ----que se queda…
Transparente, palpitar de los latidos, y cristalino, lino.
Latiendo los alientos, lagos, ..cantos y llantos justos.
En el, ella, ellos, todos, nosotros, ...corazón, de cielos y de dioses, ..y en la memoria del aire, .la tierra, del agua y del fuego.
De los amores cuando se van.
Se van ...quedando .....como recuerdos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESCÁRBATE HISTORIA
El era, de la negra casa donde vive. Un escarabajo rencoroso mal raíz. De sangres, olvidado pobre túnel. Con vientre de tijera dorada. Con dientes de tatuaje viejo. Era, sin sentirse bicho. Incompleto fracaso. Agua, negra, nube. Posiblemente... ¡Piel ceniza!. Firma vana.
¡Historia escárbate!.
Con la paciencia desterrando los tabacos. Y durmiendo los huesos esclavos oros. De mares amargos, de ayeres fondo. ¡Insostenibles hoy trasplantados!. Versos inversos insaciables. Lúcidas enredaderas. Volátil humanismo. Cadena... Lanosa. Engaño simple. ¡Áureo vaivén!. ¡Hueco laurel!.
¡Escárbate Historia!.
Las actividades imperdonables graves. Las verdades torcidas y difamadas. La descontrolada dignidad acribillada. ¡Cuánta pobre colección de arena muerta!. ¡Cuánto cuerpo desalmado y sin consciencia!.
¡Historia escárbate!.
Escarba con el alma el alma. Escarba con la mente la mente Escarba sinceramente. ¡Escarba, escarba!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PROFUNDA SOLEDAD Y EXEQUIAS
Profunda resonancia es la soledad caricia. Húmedo cortejo, alfiler en sombras. ¡Cada llanura sucumbe floreciendo!. Es la soledad, es la soledad. ¡Se oye!. Una copia cruel de un lagarto tierno. Trágica musa, terrible proeza. ¡Se ve!. Sólida y musgosa la noche herida. Nevada la mirada, negra la gracia. ¡Se fue!
Soledad Y Exequias
Profunda sabe cada lúgubre sombra. En la tribuna insondable y espesa. La soledad de púrpuras peregrinos. ¡La muralla qué hiere, qué huye!. Tempestad asustada, torrente y quebranto. ¡Es la soledad qué surge repentina lira!. ¡Es la soledad de inquietos arcanos!. Extraña floración que duele fragosa.
Soledad Y Exequias.
Profunda es la piedad ingrata y cruel. En el bendito olvido ostentoso y dulce. En el corazón amargo cáliz ignoto. ¡La soledad mitiga cada lirio roto!. En el azul cobarde del olivo plomo. En el inmundo testimonio del fracaso. ¡Áspero, violento e irresistible acantilado!. ¡ Historia de aterradora faz oculta!.
Soledad Y Exequias.
Profunda la verdad. De mil mentiras. ¡Es la soledad!. De la inconsciencia. ¡Es el pueblo!. De ciego. Esclavo. Profunda desventura. ¡Y cándida tragedia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Otro mas olvidado
Otro ayer ha quedado, rojo cómo caverna Pobre ¡Burbuja sin historia! Terrena Profunda... Y... Sintáctica... Biografía ¡Otro indudable ignorado! ¡Otro invisible adorno! En el ayer ha quedado.
Otro Más Olvidado.
Miedo prohibido inacabable sable de gusto Estéril Piadoso invento de imprenta Nombre, proyecto, materia... ¡Cántaro sediento! Más remedio qué trampa... ¡Tromba común! Hilo medroso y remoto... ¡Génesis infame! Residuo dudoso sin rumbo... ¡Falso laurel!
Otro Más Olvidado.
Así ha quedado, cirio, vela infinita En la memoria candente, fragmento agudo ¡Cada palabra qué arrastra, qué impregna! Turbia cadena de abandono y abanico El párpado tenaz y la fiebre de abeja Enajenada calma agonizante en exceso Por los harapos de alambre y lengua Manchada y solemne, rumor de manojo y pestañas.
Otro Más Olvidado...
Otro más Rosario de traición y telaraña ¡Derrumbe unánime de anónimos! Siniestra escoba y lodo en cada diente. Mil jaurías de fracaso----- Más y más. Mil tragedias del macro------- Peor no hay. Estéril invento de noche-- Hondo tornillo. ¡Otro ayer quedará----Miedo en la mañana!.
Otro otro y muchos otros Más y más Olvidado y olvidados Otro Más Olvidado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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