La mujer cual dulce aurora, se despierta en la mañana, su rostro fresca manzana, de la razón, precursora del amor es difusora, de la familia un baluarte sus cuidados estandarte, son protectoras sus manos, sus sentimientos humanos, toda ella es fina obra de arte.
Ella debe ser amada, con palabras y con tratos Sin que intervengan contratos, ha de ser bien estimada, nunca su alma destrozada, con golpes y moretones, porque no existen razones para querer maltratarla ni tampoco mutilarla de sueños ni aspiraciones.
Copyright Milye Florian
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Poeta
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