Cuerdas rotas y desgatadas, harapos viejos y desteñidos. Cabello riso enredadizo, ojos opacos, algo sombríos.
Un poco de delineador, para ocultar las penas y una camisa oscura, para cargar con ellas.
El chico de la guitarra triste, en su composición, lleva el grito de la derrota, el llanto del desamor.
Va caminando por el mundo, Compartiendo su dolor. Llorando con las multitudes, lidiando con sí mismo.
En su voz lleva el rencor, en las partituras su dolor. Y su pluma la canción, que nunca escribió.
Notas vagas y desgarradas, el mira el mundo con otros ojos y siente al mismo con otras manos.
El chico de la guitarra triste, lleva en su composición, el miedo como escolta, como guerrero el corazón.
Tablaturas aprendidas, acordes olvidados. Su rostro lleva el nombre de la desilusión.
Nunca le agrado la luz, mucho menos el calor.
El chico de la guitarra triste, se enamoro de la tristeza. Leal compañera, siempre estuvo a su lado, fuente única de inspiración.
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Poeta
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