|
ENTRE LA ONEROSA INERCIA
Por no tener dos veces en los mismos brazos la obsesión qué desmenuza el trasfondo de las flaquezas. Al remodelar la máscara próxima y extraña. Del día siguiente. Del ojo torturado. Del aliento caído. Del tiempo lejano.
Inercia Onerosa Inercia En el ángulo enfermizo deslumbrante de la tarde valeroso campanario una cascada de discretas colinas incomprensiblemente indiferentes al peligro divulgado en el proceso del patio interior una guía en el instante confuso celebridad radical en el provocativo camino del entrañable misterio. ¡Qué llega por las mañanas!. Invitando a la superficialidad, pasajera.
¡Sí, sí!. Pasajera conclusión precipitada. En la palabra imposible. En el informe incurable. En la cordura dispersa. En el actual pasatiempo. ¡Precipitada, conclusión, pasajera!. Onerosa Inercia.Cuando la noche, lava sus estrellas, en edificios que apresan rayos de sol, del frío espejo de la indiferencia, en la sonrisa del bostezo. ¡Oneroso como inercia!. Como un hormiguero de nuevas edades, con los dedos del pescado que adormila, en el más mínimo baúl. ¡Gansos de leche, pavos de miel!. entre los guantes del umbral. Inercia, inercia, inercia.
¡Onerosa!. Esa noche caía del silencio. Donde se encolerizaba la llanura. Del hombre tejiendo platos y cucharas. ¡Sirviendo la sed protectora!. En la cerveza embriagada del trago. Entre la luna sentada qué saluda. ¡Onerosa!. Esa noche que lava... Una estrella tras otra... Los rayos liberando... De serpientes y de topos, edificios arrogantes, aplausos de orangután, poniendo, las masacres en peligro y la culpa, arrinconada, en los dientes de las perlas, en los clientes de las peras. Como Un bostezo Entre La onerosa inercia. ¡Sonriendo!. A las meditabundas hormigas. ¡Qué desayunan sus hambres endulzadas de ignorancia y abandono!.
De la noche, entre faroles, en la calle sin historia, de la tarde en un trocito. ¡Del tiempo desnudo al revés!.Inercia onerosa. Porqué el mar se moja la mano, en la sonrisa del viento, en la brisa del sueño, en el cristal del cementerio. Onerosa inercia. Por Los labios del silencio lejano. Por El vacío que respira cualquier nada. Donde el cielo desnuda muros boca abajo.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
AGUDIZADO
Porqué la esquina de la concha espina. Del enrojecido elocuente desnudo. Al metal de la sonoridad verbal. ¡Éso, éso!___Por el suelo que nada olvida. En la sed profunda inmerso___¡Sin pensar!. ¿Quién gana más vida matando?. Agudizando más la carencia. Agudizando más la inconsciencia. ¡De la humanidad en retroceso!. ¡De la misma razón perdida!.
En cualquier esquina del aire. En cualquier espina del soñar. Del verso encuadernado. Del sobrio fondo. En el vientre del alma desdichada. En el rostro de la irremediable nada. Por los collares de telarañas y ataúdes. Por las cosechas qué corrompen. Del galopante silencio indefenso. Del inerme tierno olvidado.
¡Oh, prosa del exaltado goce!. Ya dame un solo sentimiento exacto. De raigambre renovador drama. Del público fervor inseparable. Del huracán enjambre esperanzado. Sin los viejos edificios de las tumbas. Sin las ruinas de las rimas ruines. En el relampagueo de las hierbas. Con la garantía de inexistencia. Con la melodía de toda ausencia.
¡Oh, verso del perfil polvoriento!. Del elogio que indistinto aquieta. La orfandad instalada en las letras. ¡Con la espada austera algodonosa!. ¡Qué del pesimismo es complacencia!. Y entre los fervores truculento. Agudizado el desencanto del gesto. Como cualquier sentimental concha. Agudizado el desencuentro indigesto. Como cualquier espina en cada letra.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
HELADA DULCEDUMBRE
Sería. Al encender la sombra de alegres, agridulces. Labios sueños derramando música. ¡Laboriosa en grande la crueldad!. Se expande al engaño fácil. ¡Qué ausenta del mundo alborotador!. En la conjunción espiral del hundirse. Los rincones que guardan escondidos. Los libros del tembloroso polvo. Los ensueños bajo su almohada. ¡De lo que fue sin venir mejor!. Solo Helada Dulcedumbre Helada Solo.
Un sedativo, cenit pasadizo. Un lirio entre palabras. Adyacente llanura yerma. Al clavel entre los huecos. ¡Oh, helada dulcedumbre!. Parecíame era grisácea. Y vistiéronle al negror enrojeciendo. El negror enrojecido. ¡En la misma sangre del alma extinta!. Parecíame era grisácea. Y vistiéronle, vistiéronle de ausencias.
Los ecos ya, lejanos, ya cercanos, Anidan entre las puertas y ventanas, y en todo caso. ¡Caídos pidiendo estrellas más!. Al abrigo de la orilla, al abrigo ya perdido. Por éso. De agridulce dulcedumbre helada. Al otoño de la orquídea. ¡Más que infortunio aniquilador, más, sí qué más!. Queda, en la excesiva belleza. ¡Inmóviles los mares anudados!. Helada. Dulcedumbre. Helada. Dulcedumbre, dulcedumbre, dulcedumbre.
A los buques en olas parduscas. Dulcedumbre helada y agridulce. ¡Entre nequicia nequáquam justo!. Como del culto adictos de Nergal. ¡Más neroniano qué Nerón!. Por la nostalgia que la cumbre habita. Por... La inquietud que la bruma amortigua. ¡Opalina opacidad opípara!. Labrando la intimidad con todo, el desconsuelo.
Por Todo Aquéllo qué hubiere sido. ¡Sin andar la sonrisa esperando!. Aquéllo que habría sido. ¡No nostalgia infame injusta! Helada ducedumbre siendo. Cuando agradezcan los gusanos. Todo lo que hubiese hecho. Lo Que Hubiese hecho Más. ¡Qué si hicieran lo que hiciesen!. Al encenderse sombras de los ensueños. Con sus nodrizas pesadillas a cada lado. ¡Labios al cielo, amados astrolabios!. Ya habrían agradecido la mañana. ¡Qué abría soñado la ventana!. Al ver abierto. Aquéllo, que habría cerrado.
Siendo Hogaño helada y agridulce. Dulcedumbre y agridulce. Y Al Que hubiese agradecido. De Haber Podido. ¡Sin morirme en tantos que revivo!. Si, sí. ¡Qué revivo!. Por morirme a diario, en los miles eliminados, exterminados, por cucarachas.
En la basura, escritorios, sillas, edificios, periódicos, oficinas, obstáculos, obras, ventas, quejas, mandatos, manipulación, ceremonias, cementerio, censura. ¡Ebrio raciocinar!. Recordando, recordando.De Hogaño De Piel A Hueso. Recordando helada dulcedumbre recordando.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
TRANSFORMACIONES
Donde estuve, estás y habrá otros. Edificios, distancias y hormigueros, transcurriendo desde arriba.
Cementerios y llegadas, donde estuvo, él mismo. Hay otra vez, otros.
Nuevos y distintos. Castillos sudando trigo. Mina, panes y pradera.
Color de distancia y casa, de hormigas pescando ataúdes, y como entonces, edificios.
Sin herencia, borrando arena, al sol y lejana playa. Como cavando olas.
Sin duda, hombres hormiga. Como desde arriba parecen. Ciudades, bosques, sierras.
La puerta alba y calles. Donde habitamos y estamos. Estás y habrá otros.
Edificios, hormigueros después. Cementerios otra vez, otros. ¡Tiempos!... ¡Como cambia todo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
|
Poeta
|
|