CONTAR LA VIDA POR CONTAR, ES SOÑAR
Escrito por: Juan Ignacio Macoñó Alba [email protected]
Nací entre laureles y espinos, al despertar la aurora, que se mecía en medio de las nubes llorando con lágrimas de cielo, por la alegría de verme nacer.
Agigantaba mi mirada desvalida, con suspiros y respiros de aire cristalino, ante la luz tenue y pavorosa del nuevo día, dormía entre pañales de ternura y caricias de madre abnegada, llena de alegría encanto y placer, al verme nacer, en sus brazos sonreía.
Un bebé sin ideas, no sabía leer ni escribir, mucho menos decir una palabra... caricias, besos, abrazos, ternura de madre, espíritu sublime de bendición. Las horas perecían años que lentamente se desvanecían en el tiempo trepándose, por los recónditos hilos del recuerdo que se enrredaban en el olvido, de aquel vientre materno primer hogar donde empecé a soñar y a vivir mi vida.
Las flores habían despertado de un letargado sueño de mi infancia pasajera, mi cuerpo se mecía en las cuerdas imaginables de mis fantasías, así iba creciendo lentamente sin saber hasta dónde pudiese llegar, pensaba subir hasta el cielo y agarrar las estrellas, como si fuesen foquitos encendidos en la sábana azul del inmenso firmamento, así soñaba cuando era niño, nunca pensé escribir una sola poesía mucho menos un libro, creía que los que escriben libros y poemas lo hacen porque son genios que Dios ha elegido desde su trono celestial para guiar a los menos entendidos en aspectos de ciencias, artes y letras.
Ahora aquí estoy con la ardua tarea de inmaginar y escribir fantasías que se cruzan y ambulan por mi mente, las ideas me obligan a ponerlas por escrito y suspiro cada vez que no puedo escribir lo que tengo guardado en mis archivos conscientes de mi mente.
Soñar es contar la vida por contar. Es imaginar el amanecer de un nuevo día, es gritar al cielo con voz trémula de espanto porque estamos vivos, amamos, sentimos, lloramos y así vivimos.
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Poeta
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