|
AVINAGRARSE CERÚLEO
Es tarde, y la ansiedad crece, bajo el rojo de las escaleras, en la sombra, olor a viento, y en el viento, dolor salado, un grito palpitante desnuda, y asciende la fragante luz.
No espera, no desea, no sabe, que a nadie el cielo escucha, que a nadie la tierra ignora, ni siquiera la misma nada. Por ello, su recuerdo ha muerto, en el ocaso estéril y perplejo.
Hace ya tiempo, tan lozano, que pasó la hora, diligente, por ese grito, del vaivén incierto, que lleva el cabello risueño, y empuja sereno al sueño, con la febril niebla noble.
Viene de un lugar, que embarga, que hunde la voz del bosque, y cosechas salvajes flores, que están más allá del recuerdo. Tanto que ha sembrado su ceniza, soñando perlas y alfombras.
Seguramente ya no están, secas, bajo el sol intactas. Por eso duermen de pie, los suaves muros del metal, los inmensos devaneos riendo, con el pobre sudor del fuego.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
ODA AL PLACER ODA AL PLACER ODA AL PLACER
De la comida en la cama desnuda moviéndose el apetito insaciable al meterse en la sombra no sé quién soy al cerrar los ojos al verte montada una cosa te pido: No te vayas dame el fruto de la tarde del manzano satisfecho a cualquier hora solo transparente el fuego ayuda donde tú eres puro manantial encendiéndose sin quemar la lluvia en los labios de la miel satisfecha la mirada vuela en los párpados de abeja algodón humedecido del deseo satisfecho cuando en el lecho se desata tibio escandalosa la piel radiante estremeciendo al decoro del vientre lleno compartiendo encaramados al amor desesperado en la cintura de la hoguera la carne pide más al pájaro que al nido al ruido que al canto al hambre que al apetito...
¡Oh, placer turquesa!. Silencio en las piernas intacta mariposa eres en la vida la muerte sin ti erizado el regocijo entreabre al aliento al polvo lácteo el momento reunidos los latidos al destino suaves, firmes, huertos del durazno disfrutando la manzana preparada con el tiempo verde maduro, dócil, reservado sobre la mesa del apetito completo satisfechos los sueños de gloria sublime de noble memoria brillante eres la joya que quiero al decir sí toda hasta el fondo del racimo las semillas de la piel humedecida palpitando respirando inquietas las nubes bajan al aliento sutilmente por el agua de la boca satisfecho por ti a tiempo simultáneos compartiendo eres luz de seda vestidos sin palabras los deseos al cumplirse eres la esperanza que se espera que se alcanza inolvidable leal, honesto, íntegro, auténtico ecuánime, armónico, sincero... ¡Subiendo a los cielos la carne de la tierra!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Poder mirar tus ojos y descubrirte el alma Sentir tu piel desnuda junto a mi piel, Que tu timidez se pierda entre mis manos Sabiéndome tuyo, Haciéndote mía Es poder estar aunque no estemos Es extrañarte y olvidarte al mismo tiempo Para juntarnos en una abrazo eterno, que no termina Es ver que te pones triste con mi tristeza Es ver que me pongo alegre con tu alegría, Es tu vida, es mi vida, es ser y no ser Es ese néctar que me da tu boca Es tu sangre y la mía, que se mezclan Para dar vida a otra vida que nos hará eternos, Para vivir para siempre y no morirnos jamás.
por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
[img width=300]https://canijah.files.wordpress.com/2007/08/amor.jpg?w=426&h=408[/img]
|
Poeta
|
|
TRASLUCIRSE TRASLATICIO
Atrás Atronadora Atrición Y Al Bambolear Barajas en bandadas. ¡Quedaron!.
Con el azul la hierba, desnuda amarillenta. Ruleta. El girasol durmiendo al cielo nubes. Mortificadas. Embriagadas orillas del infinito rosa, la miel sin miedo tardío espejo, nacarino sin el reposo inquieto de la espuma bifurcada,
entre mórbidos archivos del secreto mar, de colores confituras y epitafios, con amorosas agudezas, indomables, bebiendo del abismo los perfumes, del cobre difunto almidonado, dulce claridad al tenue impulso, débil tempestad con espinas indecibles, turbulencias inflexibles a la inversa. ¡Dimensión portátil!.
En La corrupción desesperada. Inventora de recuerdos. En la tosca libertad. Inmaterial. ¡Al detalle abstracto del imposible!. Del pasado que no llega. Al vapor de inmóviles campanas. Con. Toda. Enfermedad inmaculada diferencia. ¡Palidez irrefrenable!. Al morir la muerte ajena. Al sudor del ataúd en dos secciones. Por La Plena expresión del desarraigo. Traslucirse del repullo. Arrullo ecóico eclipsado. Traslaticio efugio ecuable. Traslucirse. ¡Sísmico vitrificar del alma lábil!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Varoniles aves
Impregnados, al oírse, tres pálidos varones revistiendo, repugnancia, dogmática. ¡Escuchábalos!... Hechos un haz de matices Con la imaginación virginal vorágine.
Dijeron creo El rompehielos alfombrando En...Undívago diálogo Todo Fue un placer, qué con el amor, se adhiere, En un asir y desasir las horas.
Enarbolados pregoneros de la pradera en la banderola fragilmente atada arriba indiscretos los castaños flaqueaban la inocencia con la vida pagando así anduvieron antes del morir la tarde borrosos virtuosos y vidriosos los ojos.
Con frecuencia la esperanza la razón desconoce temerosa huyendo de la muerte. En el mundo No es otra cosa ¡Qué una trampa!___En la punta del abismo De las aves fieras errantes Aguilas hablando halcones escuchando cóndores amigables compañeros. ¡Tres varones emplumados! Todo cuento amalgamado recordando En el zigzaguear de la memoria...
Lo qué hubo El ensordecimiento previo
Pasado Desanduve imaginando donde estuvieron Emplumados Dialogando...Las solas aves fieras ¡Qué varones parecieron! Palpando nobles el grácil árbol ¡En la expresión undísona del viento!.
En el ayer seremos cazados cada día con la estrechez selvática del hombre la torpeza del ladrillo lejano por el campo en medio de la tarde bruma herida de la noche porvenir a comer ninguna en la desgracia del cielo atormentado en la palabra ambigua ungüento de cigüeña de la leyenda ahilada enajenante abajo vemos ultraje ropaje y embalaje ensoberbecidos rojeando cada celaje esclavizando encarnizadamente unos cuantos a miles de millones. Son Sólo aves del disociar Reblandeciendo, retorcer y torcer palabras, por el nevoso zurcir y atenacear del soez barroso y deshonroso ahombrado parecer de unos cuantos.
Reverenciados y transubstanciados dialogaban.
El águila batiendo soles de agua bajo el vuelo Dijo.
El halcón la luz buscando ahoras pasados y la liebre libre.
El cóndor la cordillera la res recién nacida negra y blanca en las plumas del invierno.
Escuchaba También las hojas, el aire, las ramas En la lejanía Montaña ys desnuda, el crudo frío, En la copa derramada Por tanto invierno Por el viento ensordecido Aquéllas aves, sin su vuelo Sombras heridas destruyendo En las ramas, hojas de los rincones Libres, aéreos nuevos días, esperando navegarlos. Por el cielo dónde corren sueños conquistando nubes Por el inicio del último horizonte Estaban.
Varoniles Aves Varoniles, aves, varoniles, aves. Estaban Estaban...
Ni en aquélla montaña, ese eco, ni éste diálogo, estuvo inmóvil, pendulando, casi nadando, por el escucharlo atentamente...
Por el depósito exótico del tiempo, Saltaba película, espéculo y ámbito fantástico.
Antes que muera, quise contarlo, salvándole.
Célebre triángulo plumajes dialogando ahora qué tradujese lengüajes enhebrando cuento al resurgir arpegio alado...
En la soledad sincera, En la novedad, brevedad y alegoría.
En el pensar de su decir, desanudando, plumajes vuelo garra dolores combates alegría recónditos magníficos símbolos aves dramáticas movimiento incursión ágil demostración salvaje vasallaje carnívoros dóciles titanes espiritualizados permanencia imprescriptible veloz fascinación atacar soltar aflojar temible suave tenaz flexible natural sutil insólitos otras veces.
¡Quedaron atrapados en el futuro! Creo, recordar, cómo fructífero satélite El cometa prismático del diálogo Intemporal caratula. Y Sin objeción, objetiva al objeto, matiz y luz.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
E.M.P.A.P.E.L.A.D.O.
Del papel midió la espuma. Pureza del hombre y la obscuridad. Pensaba cada letra misma, que un pobre renglón alumbra. A lo lejos, el cuaderno enfría. El libro, en la mesa, sobria. De ésa casa, ésa vez, en el hombre, la espiritual carne. Sintiéndose desnuda. De papel, en la escritura. De la pluma de su mano. Cada letra. ¡Salía y se quedaba!. Salía Y Se ¡Quedaba!.
Como... ¡Cuándo en el horizonte vuela el viento del eco. En, él, renglón. Y en el cuaderno. A lo lejos. De la mesa. Aquél día. El hombre. Pensaba, escribiría. En el libro. ¡Sobre la mesa!...
Madera, color, sombra, brillo.
Agitando las ramas. ¡De las emociones!. Que...Tiemblan. Con La Tormenta.
En la obscuridad misma. Él se alumbra, viejo, la sombra, el alma, sangre y aliento.
¡En él, horizonte!. La carne desnuda. ¡Había quedado toda!. Y Todo, de la carne. Desnuda, nueva, arcilla, honor, pasión y olvido.
Del hombre y de aquéllo, qué escribió...
Desempapelándose. Algodonosos trapos. De alfileres, pergaminos y vitelas. ¡En fotográficos recuerdos!. Insensibles... A la obscuridad, del alma, bajo túneles y lino...
Bajo el papel. En la obscuridad. De las briznas frágiles en la habitación. De las velas crudas en la noche. De las novelas enceradas en la tarde. De las nebulosas, agonías en la mañana. Al amparo del invierno purpurino. Matinal frondoso por la hora imprecisa. ¡Desmielando transparentes las abejas!. Vespertinas. Fantasmagóricas. Pupilas.
Del papel. ¡Escribió sobre la vida!. ¿Cuál debe ser el hombre, cuándo, el hielo quemando encarna?. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
DORMIR ALAMBRADO
Enjambres de sueños cubrieron las nubes De cada niño perdido de hogares De cada noche quemada y almohada Yo mismo, en mi mismo amarillo sahumerio Dormito la siesta provista de sombras La boca que luce polvorientos fantasmas La marcha impaciente con ritmo de muerte La huella que fue la esperanza vagabunda En el ser de un reflejo de boca bermeja En el mundo desgajado indolente infraganti...
Enjambres de alambres tapizan las almas Cansadas exhaustas meciendo amarguras Bebiendo estancados aromas marchitos ¡Las tintas de pálidos lirios degollados! ¡Las casas heridas desnudas del tiempo! ¡Qué cruzan las tardes fabricando imposibles! ¡Qué pintan las noches recortando recuerdos! Las playas secretas de brasas implacables Las nostalgias miedosas de rudas carnes ¡Tapizan las almas enjambres de alambres!
Y la lluvia redonda penetró Agujeros sin fondo Lágrimas perpetuas ¡Campanas de polvo! La lluvia del dormir Alambrado huérfano indefenso En los enjambres de sueños de alambres En los trajes de muertas estatuas En las cenizas de familias y niños En las entrañas desalmadas actualesAutor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
SINIESTRO SOLILOQUIO
Desnuda del viejo polvo, congrega gris, la fresca mosca comiendo gatos. ¡Y quietos alacranes generosos!. Aparecen ofuscados. ¡En la comarca de una fuente seca!.
Los cocodrilos anhelos sin filo, brillaban curvos de anís y lentes, embriagados por la espalda del eclipse. ¡Y helados, tres, un trigo!.
¡Qué griten los enjambres!. Nada importa. Tengo pezuñas del mismo tema. La hierba caracoleando. Y la sonrisa vacía.
Miren la luna con fiebre sangra. Y mil veces al mismo diablo. ¡Lo siento!.
*Si triste vives, morirás dichoso*
Nada hay que esperar del incierto musgo. Las tinieblas se han sembrado. Y los frutos implacables brotan. Y huelen a primaveras negras. Las tinieblas se han sembrado.
El carbón del ángel sordo. Se vistió de piel humana. Y prodiga el amor. ¡Azufre!. Al ¡Qué! Sufre desnudándolo.
¡Es el cielo tricolor del vidrio!. De los celestes gusanos. En Este Bello Paisaje.
En éste bello paisaje. ¡Dónde solo hablo sólo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|