“A la que ha choteado, . . . a ultranza.”
López, necesita, urgente, otro asesor, que lo oriente con una actitud pensante frente al caos, tan reinante.
El país está en la quiebra y, él, festeja, celebra, en el peor luto, el más negro y, a él, le falla el cerebro.
Cada que tiene un problema, que se enfrenta a algún dilema, raudo, diligente, a ultranza, se escuda tras su “esperanza”.
A su partido morena, lo bautizó con el lema prístino de “la esperanza de México”, no descansa.
De invocarla para todo, ya le agarró bien el modo, para engañar, muy falsario, a su amado pueblo “sabio”.
En su más reciente rito, quiero referirme al Grito Nacional de Independencia, orondo, con displicencia.
Se saco de la chistera otra ocurrencia placera, “la llama de la esperanza”, su inventiva no descansa.
Para ahuyentar la pandemia, tanta muerte, ya, lo apremia; a López, hay que decirle que no es dable ya pedirle.
Tanto, tanto, a la esperanza, porque la misma se cansa, frente a su tanta ignorancia, ineptitud, arrogancia.
Ni la fe, ni magia, alcanza, mucho menos la esperanza, sin quehacer, sin construir, no hay nada en el porvenir.
Sin trabajo, sin labor, la patria, pues, da pavor, si su cordura descansa, lo que hay es desesperanza.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 16 de septiembre del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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