Feromonas que se instalan en mis bulbos olfativos excitando mi hipocampo con pasión y sin piedad provocándome erecciones que no tienen libertad y estimulan mis deseos fuertemente conflictivos.
Endorfinas que aparecen en momentos intuitivos regalándome alegrías en honor a la verdad y la fiel adrenalina que, en pequeña cantidad me produce dulce euforia con sus bellos incentivos
Prodigiosa dopamina que me das satisfacción y con la serotonina me suprimes la aflicción. Solidaria oxitocina que destruye enemistades
hermanando a las personas con profundas amistades. Entre tantas estructuras hormonales, definidas por la química y sus leyes, hábilmente producidas
las hormonas del placer son mi asombro y mi delicia pues evocan emociones placenteras, deliciosas, y de gratas soluciones.
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Poeta
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