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IMPRONTA DE ALBAÑAL
El sol de verde contiene doce caminos de nieve y nada espera de nadie donde salen las liebres dormidas.
El sol, el sol se arrodilla entre las ramas dispersas buscando simples medusas sapos y collares adornados.
El sol se fue y todos doblan los codos porque las tumbas tiemblan cada día.
Más allá, muchedumbres de billetes agonizan, desesperan y almidonan, nudos, desnudos.
Al entrar, los últimos descuidan los dedos que nada tienen entre flojos dientes , y solo conocen el sudor del hambre, entre los timbres iracundos.
La sal es elegida por espinas y eslabones entre lúgubres mieles sin retoños. Afuera los desiertos palpitan inquietos como pájaros de barro apolillado y el cuello del gemido sangre chupa.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EL VERBO SER
Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se halla necesariamente en una mesa servida en una terraza, en el atardecer, al borde del mar. Es la desesperación y no el regreso de una cantidad de hechos sin importancia como las semillas al caer la noche dejan un surco por otro. No es el musgo sobre una roca o el vaso para beber. Es un barco acribillado por la nieve si queréis, como los pájaros que caen y su sangre no tiene el más mínimo espesor. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Una forma muy pequeña delimitada por joyas capilares. Es la desesperación. Un collar de perlas para el cual uno no sabría encontrar un broche y cuya existencia ni se sostiene en un hilo, tal la desesperación. Del resto no hablemos. No hemos terminado de desesperarnos si comenzáramos. Yo, me desespero por la pantalla a las cuatro, me desespero por el abanico a medianoche, me desespero por el cigarrillo de los condenados. Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene corazón, la mano queda siempre en la desesperación sin fuerza, en la desesperación cuyos hielos no nos dicen jamás si murió. Vivo de esta desesperación que me encanta. Amo esta mosca azul que vuela en el cielo a la hora que musitan las estrellas. A grandes rasgos conozco la desesperación, de vastos asombros menudos, la desesperación de la altivez, la desesperación de la cólera. Me levanto cada día como todo el mundo y descanso los brazos sobre un papel floreado, no me acuerdo de nada y siempre es con desesperación como descubro los hermosos árboles desarraigados de la noche. El aire de la habitación es bello como palillos de tambor. Hace un tiempo increíble. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Es como el viento de la cortina que me asiste. ¡Se conoce semejante desesperación! ¡Fuego! Oh van a venir de nuevo... ¡Socorro! Helos aquí cayendo por la escalera... Y los anuncios del periódico y los avisos luminosos a lo largo del canal. ¡Montón de arena, vete, especie de montón de arena! En sus grandes rasgos la desesperación no tiene importancia. Es un hacinamiento de árboles que una vez más van a hacer una foresta, es un hacinamiento de estrellas que una vez más van a hacer un día de menos, es un hacinamiento de días que una vez más va a hacer mi vida.
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Poeta
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Si puedes... (Postvanguardista)
Recuerda Almohadado, corre después si quieres, la desazón no puedo doblar en la esquina. Los piscívoros enrojecerían como encrudecen, para ocultarse antes del amanecer ligeros.
Me has dicho como exhalan holgados. Mis exangües alaridos por ahilar, en el campo despierto, y la ciudad dormida, con el sabor espiriforme, y fétido solícito.
En nuestra piel nevosa reflorece la sequía. En mis huesos destejen cereza cada noche, los escuálidos satélites, zurciendo montículos. El sol aunque amarillare, tarde enverdece.
Me olvidarás cuidadosamente almendrado, por encima del ocaso disociado. Me olvidarás adormeciendo la voz escondida en la semilla ennegrecida.
¡Mírate!. Desnudo al embarbecer angelado, aquéllo que azularía urgido de platear. Pregúntate si quieres, entenebrecer dulce, al ácido trajeado, más allá del quizá.
Reconsidera, si volarás desentumeciendo, las alas deshonrosas al rojear. Por el espéculo enmielado, célibe cíclope, pendiente sin falta, del prismático ridículo.
He buscado defender al tiempo entristecido, por colocarlo en inhóspitos atardeceres, sin escucharlo, ni acariciar el sueño, pródigo en flautas fulgurantes.
Escucha como sucedió el rodaje, cuando el murmullo escapó por la ventana, nadie preparaba las dudas suplantándolas, y no tenía exactamente, un olor fresco.
Descansa, nada importa al sol el día, aún si reverdeciere, después de amarillado, y nosotros manufacturaremos focas, multando a las cenizas con espuma.
De nada sirve al miedo endentecer, al ovejero, con subterfugios belicosos, de los insomnios al correr acojinados, cuando a lo lejos pase poco.
Hoy me encuentro en la soledad, inexplorada, por tus preguntas al olivo, colorido de las letras, usando collares, en la vergüenza demasiado pronto.
Recuerda, recuerda, recuerda, si quieres, cuando puedas olvidarte, del agua humedecida a cada instante, tan lentamente, hecha hollín con seda.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
POST DATA: Referencia útil www.lifeder.com/postvanguardismo/
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Poeta
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VIEJA AGUANIEVE (Dadaista)
Corre con los párpados del viento acorralando al ojo sediento en los árboles sudorosos y asustados desnudando la noche que se filtra en los sueños ahogados con lluvia masticando los collares del humo en la primer esquina indiscreta un pirata afeita sus estrellas con el aceite impostor de artimañas.
Todo el ruido dibuja esa sombra del hielo nervioso anudando el insomnio de la seda en los dedos crudos fumando la seguridad sin zapatos desenterrando la nostalgia yerta intérprete inexperto del placer volátil como el camino come unas sandalias a lo lejos y desgrana el trigo un pan que huye gracioso sonriendo pensativo en los bolsillos del cadáver.
Un puente pinta escaleras y el miedo mira amarillo la espuma no sin antes fabricar esperanzas al hueso condecorado con pañuelos desenfrenados aterciopelando cada latido picudo en la entrada triangular ilusionada con la humedad del polvo seductor de las guadañas ideales donde el nido alimenta cada luz distraído entre la mata y la meta se mete animoso el botón y acompaña los pliegues erectos del suspiro al despernancar el tornillo ensanchando el jarrón bajo la mesa sin hambre y la falda de un volcán con la adustez desabrida opulenta en el sillón.
Y luego se queja con el único fin de ser ignorada la espina estrangulada por sus pálidos reflejos en la falda que sostiene la cerradura sin esperar carne nueva en el mero juego de la cercanía perdida del escarabajo en traje antiguo como el mar se agita entre las olas voluptuosas del impulso congelado en la arena y coloca la espalda en las nubes cargando lácteos recuerdos a los relojes en la unidad del precipicio tan tibio en el pasado con su azul pudibundez.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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INCÓGNITA IGNOTA ES...
Porque esa estrella se recuesta bajo, el desierto arroyo del viento triste.
Y las olas hilan solo a sus espumas, en la arena atrapada en la burbuja.
Por aquel viento que curiosea la vida, en el retrato de las olas saladas.
Con el hambre del sueño cubriendo, la inquietud de las paredes que muerden.
Porque al oído solo se asoman, los collares del bosque serenos.
Y escriben con aire los reflejos, esmeraldas los ojos del tiempo.
En la mirada del silencio, con la ferocidad dulce y suave.
Escondiendo un grito bajo el cabello, por la sinfonía de olores brillantes.
Y la gran roca se cuelga de los minutos, decorando unas alfombras inquietas.
Bebiéndose la luz en ebullición, con el ácido suspiro del camino azul.
¡Tan gris como los mejores verdes, han visto el misterio del diamante!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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METALISTA
Meta Por ser tan clara En la negación de los pliegues, luz pálida. ¡Lista!. En las marcas muescas mustias. Se filtran los hambrientos ojos de seda. Meta. En eso quel yeso amasa. Al collar de lluvias, gritando fumadoras. ¡Lista!. En los ciervos de las moscas del tintero. Con los músculos que bruñen, secos sabores.
Meta. En la cáscara del moho, arrugadas caricias. Vestidas del perfume, un burbujear desnudo. ¡Lista!. En la caridad de palabras que duelen. Al filo de las setas, oro, somos, ala. Meta. Con el verso fértil de la calle fría. Del áspero volar un paroxismo. ¡Lista!. Batalla envejecida al verse. El sendero torpe de presa luz.
¡Metalista!.¡Metalista!. Ingrato al frente sin corbata. En los talones que se agrietan. Del mal volcán al estupor inerte. Las bóvedas van taladrando. El vapor de los metales, listos. Al arrullo naranjas y monedas limón. ¡Con el álamo otoñal del prisma opuesto!. Vacilando al borde que párpados gotean. Porqué tosco enviuda cada risa el trigo. En pedazos de mañana hielo. Los lacayos del vicio al desdén liviano.
Lista... En el sufrir rotulado de una lápida. Al olmo orquesta cuidadoso. El navío sublime de cordura perdido. Fiel al duelo del jardín perdido. En las termas de las culpas del suspiro. ¡El clavel qué concibe al sol en flor!. Donde escorpiones alfombran murmurantes. Al término especial sin reverencia. ¡Meta!. Con la madurez expresiva del gusano. Y el más fino caminar impuesto. ¡Al astro qué difunde al eco!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Expoliación oceánica
Por El Borne Borroso
Van los velos pálidos despiertos, en la melena de los lamentos, que surgen trasponiendo, la nieve azul del viento.
Terráquea Caminata Encarnada Camarilla
Expoliación___Frente al espejo estrellado.
Oceánico___Abanico de inútil maculatura.
Perendengue. Tremedal.
En las toallas caracoles giratorios se verán igual. Después de humana dulzura del corazón teñido hueco. Entre abetos y campanarios tunantes turbamultas. ¡Con la filigrana del acero sembrando hematíes!.
Oceánico. Es el festín de las cornetas, hambrientas, crudas. Por el apetito del fango lujurioso, flagrante.
¡En los ojos de las llanuras curvas!.
Expoliación. ¿Qué reclaman a los collares?. El candado del paquidermo, cesáreo cenefa celda. Oceánica masacre, inaudible, entretejida, mañana. En las perlas de monolitos, y venenos piadosos.
Así son sin sangre, las puntas profundas. Así son en la desnudez de la ceniza. Así son en la desnudez del pantano. Expoliación oceánica en el amor.
Amor deliberado truculento. Del poder ignoto en descenso. ¡Vertiginoso!. Del... Falso... Velamen...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ALLÁ COMO ACÁ SWAHILI
Allá cómo acá---Aca kama cuna. Hora tras hora. Saa kwa Saa. Humeantes cataratas. Smoky falls. En las... Katika. Lechugas del tiempo...Lettuce wakati. Oran con decoro...Oran na jamala. Anochecidos adobes...Dark adobe. ¡Cómo los tigres duermen!. Jinsi tigers usingizi.
Allá. Como. Acá. Swahili. Swahili. Swahili.
Y los collares duelen. Na collars kuumiza. Horas huérfanas. Yatima hours. En pálidos tiempos. Kwa mara ya rangi ya. Plásticas piedras. Plastic mawe. ¡Reloj de cándidos minutos!. Watch dakika candid.
Oro, oro. Humos adobes. Dhahabu, dhahabu. Moshi adobes. Prolíficos. Prolific. Arroyos de hormigas. Ant brooks. Con las abejas. Na nyuki. Con las abejas. Del corcho. Cork. Del corcho. Viven apenas. Polvos ajenos. Wanaishi tu. Poda nje. Poda nje.
Allá. Como. Acá. Swahili. Swahili. Swahili.
¡Dónde los pueblos agonizan!. Ambapo watu wanakufa. Hora tras hora. Saa kwa Saa. Dagas, sonámbulas, estrellas. Majambia. Sleepwalking. Nyota.
Almíbar. Alfileres. Rincones. Syrup, pini, pembe.
Allá cómo acá. Swahili. Swahili. Swahili.
En los espejos---Katika vioo. En las gotas---Matone. Vidas de pajas---Maisha ya majani. Oleos desiertos---Mafuta ya jangwa. En los hombros---Mabegani.
Del tiempo, frágiles, mueren. Muda, tete, kufa. Viven del humo. Wanaishi moshi.
¡Cómo duermen los tigres!. Kama tigers kulala.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AMNÉSICOS NECIOS
Por los círculos y masticados ángulos. ¡Son víctima y verdugo tres olvidos!. Más cautivos que millones, y masivas las agujas. Ya reptan sus captores, los castores, en la sombra metálicos discursos.
¡Tan amnésicos, tan necios!. ¡Necios como amnésicos!.
Por los triángulos desnudos humos, las coronas amasan los collares, en las nieves, las tiernas hojas. ¡Son las muchedumbres escombro!. En cada hombro. ¡Puntos suspensivos!. ¡Ríen deshabitados!. Sin manos.
¡Tan necios, tan amnésicos!. ¡Amésicos como necios!.
Salir por los inmediatos intrincados, pocos bosques raspan. Muchas cabras sin dalias quedaron. Muchos proyectos comen mitos, con la multitud de huesos y semillas, entre tiendas secas y descoloridas.
¡Tan amnésicos, tan necios!. ¡Necios como amnésicos!.
¡Cuánta división agrupa guantes!. En la cuna que perdió su rostro. En los trenes de corderos. En la lengua de los cerdos. ¡Hay cardos, espinas, cedro y gusano!. ¡Y el futuro, añicos hecho, solo llora!.
¡Tan necios, tan amnésicos!. ¡Amnésicos como necios!.
En la mitad, y la fiebre de paloma, una campana esculpe una navaja, con cemento irremediable, y estrujado, el perfume maniatado. Más allá, la pureza es frágil. Y los insectos compran cualquier lombriz.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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