Poemas :  Oda al fuego
ODA AL FUEGO

Que no quema
al mar
con la cintura
ni los muslos
de miel
ni los sueños
ardientes
como una guitarra
de arena
abajo, arriba, de lado,
en la ceniza
renace
más allá
del amor
innumerables veces
de los labios
de la tierra
de la madera
en el mundo
del alma
única
en la carne
del aliento
por el agua
del vientre
y la luna encendida.

¡Oh, fuego!.
Juego.
Del destino.
Hoy como siempre,
alimentas
la vida
verde del amarillo
la muerte
azul del rojo
invierno
triste del cielo
abandonado
con sus estrellas.

Llama
canto ígneo.
Del hielo alegre,
en la boca triste
en el viento
en la mirada
sorda y muda
de la noche a la mañana.

Del hogar del tiempo.
De la familia del espacio.
De la soledad.
Del hogar,
tu casa de arcilla
de carne humana.

Te llama
flama del origen
de la chispa
del ser celeste
porque respiras
pasiones vivaces
pasiones jugosas
presiones desbordantes
presiones pródigas.

De aquí y más allá,
de las cenizas,
de las pupilas,
de los huesos,
de los cuerpos.

Del polvo viviente.
¡Oh, fuego del aliento!.
¡Oh, fuego del sustento!.
¡Oh, fuego del portento!.

De las cenizas que viven.
Del vigor invencible.
Del calor pétreo,
que camina,
duerme y despierta,
levanta y cobija.

Que sucede,
solamente.
De mil formas.
Infinitas.
Más allá del dolor.
Más acá del recuerdo.
Afuera y adentro.
¡Animoso, brioso!.
Sangre de los soles.
Aliento de las vidas.
¡Hoy este canto te recuerda!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Endilgar y enguirnaldar
ENDILGAR Y ENGUIRNALDAR

Por ahí donde la playa camina
el sol
sale
al peinar
el viento la brisa la ola el cielo
por la falda
provocativa
del volcán
a lo lejos
del alma
del desierto en una gota de sed
de arena de sueño que va cayendo
de la tarde más lenta que calma
clamando claro al clavo clemencia.

Para
La
Amarilla ansiedad de la madera
a su manera
triste hambre de cuchara
encapsulada en broches de plata
con el rencor de las cadenas
en las caderas arropadas
de las calderas infaustas
y los siglos enterrados
en el polvo helado y humillado.

Por endilgar al aire las frágiles montañas.
Por enguirnaldar al agua por ser húmeda.
Por endilgar al susurro los ecos infernales.
Por enguirnaldar al epílogo por ser último.

En las caderas
dispuestas
cazadoras matutinas
del mínimo
labio insurgente
del callejón elevado
del perfume acariciado
del néctar nacarado
andando entre campanas
enterradas
por estrellas
tejedoras
de los lutos inagotable
lavandera
del destierro férreo
color de sonrisa
en la cintura
de espuma y cicuta
y otoño radiante
plantado en plata verde
cicatriz
de cobre
solitario
de mercadería iracundo
pobre lingote... Endilgando a caña y sol la nieve dura del rojo lumbre
por donde la tempestad obscura mira la usura la cábala y la droga daga
del perfume desnudo en la espesura del borde verde pavoroso en la
sonrisa del colmillo en la garra erizada del beso al escultor de huecos.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Oda al Café
ODA AL CAFÉ

Líquido
en
despulpado
ambiente
acogedor
en
dulce
olor
sabor
a veces
de
leche
a lecho.

De
las
tazas
transparentes
verde antes
caliente
ahora
con
el
fresco de las bolsas
de los ojos hablando
entre
mesas
cambiando al mundo
fantaseando
sin saber
si
es bueno
por
seco y duro
sonoro y liso
en la mirada
que recrea
el olfato excitado
del insomnio
del gusto
lácteo aves diuréticas.

Por
la
vivacidad
de
las cabras
de aquel pastor
de Arabia
antídoto
del opio.

En la
casa
desnuda
a veces
los
recuerdos enterrados
en la
noche o en el día
del pétalo
eco y seco
murmurante
que vive
la sencillez metálica
de la desdicha
derramada
por descuido quemado
moviendo
el pan
espumoso
por
las
galletas
resbalando
por los labios
del aroma
de las faldas
del
volcán interior
que tiembla
bebido
en exceso
desvistiendo
la luna del espejo
impregnado
de
la
cintura
techos hilando
el follaje
de
sus
márgenes
de miel y selva.
Vaso, taza, jarro,
y
entre
muchas
más
noches que lunas.
Tú...
¡Oh, café, iluminas!.



Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Sibilinos
S.I.B.I.L.I.N.O.S.

Amasan la tarde
en la noche
grano de tierra
de pronto
ya no
hay tiempo
en la cintura
para las nubes
las gotas de plomo
quieren sollozos
en los panteones
las urnas luchan
con el olvido
amasando recuerdos
entrañas del violín
terciopelo eterno
del océano aquí
vive muriendo
días que no se apagan
que son noches
largas de los pobres
del incansable polvo
por la sombra que no encaja
en las alturas.
¡Alerta!.
Por los zapatos de vidrio
derribando obscuridades
impermeables
con sus escamas
la tarde conmovida
amasada en la noche
de tierra de tiempo
del nadie eres.
Si hablas
hay muchos
sordos
enterrando
la música
bajando
heladas escaleras
transparentes
de la espada
en la hoguera
con los dientes
entre tantas
cosas sin sentido.
Más allá
no lo saben
las aves
marinas matinales
por las calles
ríos sombríos
lodo
hoy
boca mañana
en la piedad
de los verdugos
del bolsillo.
¡Ignoto recoleto!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  Sirena del desierto
SIRENA DEL DESIERTO

Por una gota de sueño que ha perdido la paciencia,
en un grano de desierto. ¡No es justo desperdiciar
arena, arena, arena!. Ni la opulencia de la espuma
en su triunfante lozanía. ¡Canta la sirena!

Al fondo del comedor transitorio estaba escrito,
bajo el tablero fosilizado, un ángulo obscurecido,
por la distancia, en el lento oscilar de un muelle,
oleaje lanzado con desdén profundo. Y entre fúlgida
luz argenta, recuerda fríamente los tres periodos:
Triásico, jurásico y cretácico en su biológica belleza.
Pero más aún, en la riqueza de especies del mesozoico, con equinoides, gastrópodos, malacostracanus, peces óseos y reptiles marinos. ¡Vaya, que belleza era aquélla!.


Dobló un poco el cuerpo semiflotante, después de más de tres años,
de vivir lejos de la orilla que penetraba, libremente en otro tiempo, las
playas del quinto planeta, agitando las manos debajo de la espuma,
sonriente, entrando y saliendo al otro lado del cristal mirador, inexpugnable del reflejo deslizándose angulosa.

En ese tiempo se tenía un antiquísimo registro iónico de la historia, de la vida en la tierra, incluso de sus muchas leyendas, que en
su primera época la formación fue muy violenta, por la lluvia de meteoritos, impactos que calentaron y volatilizaron los océanos, con bacterias que crecían a temperaturas de setenta grados o superiores a cien, y la vida surgiendo
en los mares.


¡Vaya si era una gota!. ¡Qué gota!. Enorme y fuerte, tan húmedamente
suspendida, tenía balanceando en el aire.
¡Sí, en el aire!. A tres lagos, una catarata y seis ríos.
¿De qué modo explicaría el origen de ésto?. Donde probablemente, estaban todos preocupados, pero nadie se detenía a prestarle atención.


Ella hablaba poco de sí, y sin duda, hubiera callado sobre la piedra desintegrada,
y que había dejado a punto de limitarla en su expansión.
Pues anteriormente se decía que había existido algo similar, en el antro de una
noche estelar, que se adelgazaba a contraluz como el trino de lunas alegres.
Y más allá de una simple especie análoga, especulándose bajo el poder
reconstructor del oscilómetro general, en el fuego abrasador de la fantasía mítica.

___Aquéllo debía ser cierto__ Sobre todo en las realidades paralelas simultáneas.
¿Porqué entonces nadie la clasificaba como versión de anfibio racional?.
Pero ahora, en este ahora sin rumbo, en la opaca quietud del espacio expandiéndose,
en los campos energéticos de tiempo comprimido. Donde nadie parece dispuesto
a investigar más sobre la enormidad de esa gota. ¡Vaya gota del origen y del destino!.


Haciendo girar su aleta, ascendió con lentitud al punto brillante, de la oleada vibratoria sin disimular el desconcierto todavía,
con los ojos secos que terminó de frotar con lentos movimientos, como había hecho, y visto hacer sobre una piedra semejante, justo antes de su expansión.
En épocas de cosechas nunca olvidaba hacer réplicas entre cánticos estridentes,
desde el principio repitiendo lo maravilloso de las leyendas tomadas demasiado
a la ligera, y muchas olvidadas, como en esa producción semestral, ancestral, celestial.
En la superficie de la esfera una bella joven salía de la luz, al principio de no más de
diez centímetros, y al descender por la sombra, se dilataba creciendo a su tamaño regular
humano.
¡Bueno, semihumano, hasta la cintura delgada y su cuello azulverdoso, oscilando al ritmo
de las olas marinas, descritas en las leyendas de la tierra a tres siglos luz de distancia!.


El crepúsculo es corto, y los velos de la noche se precipitan solo en la línea que sus huellas habían dejado, indicando la dirección por donde ella había venido. Como el amor anónimo
y calladamente triste en el enorme sosiego de las primeras galaxias, en la primera tarde,
donde arde una flor profunda, con el esplendor grabado en los inmortales rasgos del espacio
nuevo, con al exposición a las partículas atmosféricas, y al envejecimiento de la luz, con el
corrimiento hacia el rojo.
Al mirar en torno suyo, todo le pareció solo confusa niebla fosforescente, a veces parpadeante.
Ni siquiera la gota estaba ahí para orientarse, el dolor en las piernas aumentaba y tuvo
que detenerse y descansar.
El suelo era pura arena movediza en la leyenda de la sirena del desierto, en la universalidad
del lenguaje mítico, en el mismo licor de la sabiduría naturalista, en el mismo origen de
la sismología solar, en la memoria inmaterial de infinitas vías lácteas.
Y él... ¡Sí, él, en ese quinto planeta solo dudaba de sí mismo... Sudoroso en el desierto dormido!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Poesia impura
Não deixe a poesia pura.
Deixe um pouco de gordura
e algum resquício de loucura.

Faça com que ela não seja mole,
nem dura.
E que tenha jogo de cintura
para requebrar na palavra
mostrando sua formosura.

A.J. Cardiais
Poeta

Poemas :  Retorna primavera
RETORNA PRIMAVERA

Con todo lo innato del mañana olivo.
Transpirando del ayer su yerto brazo.
Retorna del suburbio lujosa la esperanza.
Por la mágica pupila del invisible.
Postrera la impotente cadena llega.
En la aurora una súplica rampante.
Del polvo encendiendo cada copa.
En la cintura dorada del deleite.
En la túnica frondosa del soñar.
Toda esmeralda misteriosa del perfume.
Todo diamante frescura del almendro.


El
Rocío
Ret
orna
Primaveral
Del desierto
Pensati
vo escuchar
Del reposo caprichoso
Del arrullar del capullo
Pensativa la
hermosa llama
¡Heráldico al suspirar ardiente!
La dulce arista del éxtasis armónico
Retorna sublime primavera lo que redime al clima.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  ¿Qué se cosechará?
¿Qué se cosechará?

Allá púrpura es la trenza del enjambre
Por una cadena de rencores eficaces
Aquí es la sombra exprimida del horizonte
Allá una fuente de metales anegada
Por la melena obsesionada del velámen
Aquí púrpura es la mañana del exilio


Por luz de calamares en las conchas
Dentro perlas lívidas se derraman
Por la perfidia de los epílogos
Fuera la cintura del cuello se resbala
Por estar la mirada en arenas espantadas
Una vez al aire entibian arbolado


Allá los párpados tiemblan del estanque
Por las regiones más estériles abajo
Aquí alado es el confidente palpitar
Allá el desdén es triunfal de la belleza
Por estar cultivando al humo sinsabores
Aquí extenuadas las tormentas mueren


Por los sueños vigorosos de los fantasmas
Dentro está una alabanza altanera titilante
Por las guitarras qué esculpen arboladas
Fuera las canciones aferradas a los cráneos
Por las tumbas ilusionadas de las calles
Una multitud siembra sus almas luego....


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Textos :  PRAGA DO JOGO DE CINTURA (texto de humor)

                                            PRAGA DO JOGO DE CINTURA

Com todo respeito pela
ASSOCIAÇÃO DOS SENHORES E SENHORAS PORTADORES DE DEFICIÊNCIA MASTIGATÓRIA

E com igual respeito pelo
GRÊMIO RECREATIVO DOS IDOSOS BIDENTADOS MONODENTADOS E EDENTADOS

Uma temporada do natal ao carnaval em uma ilha minúscula e deserta com uma senhora “biquarentona”, bidentada em diagonal, pelos faciais longos, carente... Carente... Bem safada e inconveniente.

É Recomendável muito critério para se jogar esta praga, pois se pega...


Guru Evald

 
Poeta

Poemas :  Andar dorado... (Experimental)
ANDAR DORADO

Antes del camino, un día, esperaba el alba,
Donde audaz, el sentimiento, revolotea,
Como
¡Halcones y violines!.
Como
La abeja liba miel
En los troncos apagados intermitentes,
y al aire da espesura,
y los labios cariñosos tiemblan, la última nevada de la piedra.
Como
Un
Andar dorado, dorado andar.

Cuando las flores esmaltan las praderas.
En los fríos ojos del viento.

Cuando los árboles perdonan las nieblas.
¡Deslumbrantes al más profundo beso!.
Cuándo los párpados acarician las ventanas.

En
Los
Terciopelos del destino, del andar dorado.
Con
La
Madera de la cintura fina, del dorado, andar.
Y
La noche enciende su luna.
Atrás del sol, lloroso, estremecido.
En las estrellas hay un ay lejano.
Recogiendo las vidas de los pueblos.
¡Hay signos extendidos del mañana entre las sombras!. Dorado, chamuscado, andar desandando.

La vida, teje mausoleos, al retorno del ocaso.
Encerrando.
Los meses en las botellas, vinos, raras noches.
Y
Los ovillos en banderolas.
Y
Los tallos en los tambores.
Parecen.
Solo.
¡Un andar dorado!. Espejismo del camino desandar.
Las
Ruinas
Púrpuras que hierven.
Las
Campanas.
¡Qué acarician las palomas!.
Las olas.
¡Qué amontonan espumas!.
En
La
Soledad
De un verso, siente, piensan, imaginan y sueñan.
En un verso, de largo desentierro, hablar cautivo.
En una lámpara bermeja, aguardar la llegada al fondo del rebaño de silencios, sin encontrar la forma del olvido, el agua deletreando del murmullo, en la inmensa memoria de los llantos.
¡Queda, queda, una letra atrapando al sentimiento!.
En el verso, incomprensible, momento lento, inmóvil, En la compañía de un hueco. ¡Flotante!.
Andar
Dorado
Antes
Del
Alba, oro, anda, un día...
Del dorado andar, soñando.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta