LA ESPERANZA DEL PAN
Buenos días, mujer
¿cómo amaneció la niña?
Voy a salir de nuevo
a recorrer mi engaño y mi rutina
Dáme tu silencio, mujer,
No te escandalices de mi rabia…
Circunda con tu beso compañero
la cotidiana desazón de mis semanas
Ya no quedan postigos,
Ya no me saluda el funcionario,
Ya no me otorgan crédito los cementos,
poco queda ya en mi inventario…
Parto a deambular mis muelles,
A formar fila en los pasillos,
a compartir prestados cigarrillos,
a reprimir una vez más mis desvaríos
Cabalgando la aurora soy ripio,
Volátil, reseco,
Errante pasajero del viento,
Extraviado en callejuelas inéditas,
Construyendo una nueva mentira.
Recobrar a mediodía la fuerza
para tejerte un cuento…
la probabilidad azul de un nuevo puesto…
En los astilleros,
En el dique nuevo
que quizás pronto
que ojalá luego…
que talvez nunca…
Buenas tardes , mujer
¿almorzó la niña?
¡Para mí? …no nada…
Me invitó un amigo
que está por instalarse…
trabajaremos juntos ¿sabes?
Y gracias mujer, por tus silencios
Suficiente es mi rabia contenida
Frente a ella, casi altiva
heroica vas siguiendo mis mentiras…
Ayudándome con esa fe sencilla…
“Mañana, si Dios quiere, será otro día…”
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Poeta
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