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Ventas con yerros
Muchos querían un hijo mejor. Uno tienen respirando. Muchos se pierden por el desierto ahora. Del lunes nublado años ignorando.
Los vi decir, al final de la escalera, deshojando al hielo sus ojos. No, ya no, por favor el pez se seca. Con la paz y las carretas muerta. Muchos querían a los gusanos. Muchos al oro adoran. Muchos, muchos, alfileres retuercen.
Subí al bajar el sol asombrado. Y vi velas sin barcos en caballos. Desgajando al olvido flores de piedra. Girasoles abogados, y rostros en grietas. Id, buscad, los caimanes saben el camino. Ellos al morir, saben recoger cenizas.
Saben que no saben, de viernes con hambre. En los ataúdes, hojalatas destejen camareros, del camarón arrastrando cada corriente. Nadie debe huir, con la carne del eclipse en las ventanas, llenando una copa cada lágrima.
Espero, pues, al diminuto crimen sin traje. En el mar con los témpanos. En las ortigas, y en las cicutas. En los desfiladeros y buitres Rendijas decoren máscaras. Que sin sueño ensillen las moscas . Que los sapos sepan de cepas nocturnas.
¡Qué el fango desclave faroles!. ¡Qué los helados queden sin guano!. ¡Qué haya pezuñas acribillando espadas!. ¡Qué no sobrevivan huevos en la garganta.
Así, la corbata puede ser falda. En el volcán al vestir su corcho. Con enjambres donde algodonan huesos. Aunque cada tambor cruce muslos magro. Y una tortuga vuele bajo la puerta. Por descuido de la manzana mojada delante. ¡Ay de todos!, ¡ay de silencios! ¡Ay de miles!. Aquí, allá, más con menos, todos sufren. Nadie, nadie sangra. Del alma prostituyendo al aliento.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TE INVITO (Texto Surrealista)
¡Ven!... Vamos a escribir con el trueno ligero que flota con la sombra de la miel en la punta del cabello. Sobre el caballo inexplicablemente menos caballo que el camello del agua, y del agua suspendida detrás del arado que huye, que anuda nubes desnudándose, y apaga un arco iris que ha descubierto los cachorros de las calles, y semáforos angustiados hasta cien kilómetros cuadrados. Tal vez no lo sepas, ya pueden ser feroces en las frutas de seis meses, y calculando como pueden ser las moscas, cuando se instalan nuevos focos, que permiten apreciar los días desconocidos, en la evolución de un mes.
Escribamos de la falla geológica más certeramente circulando cerca del camino antiguo por la debatida irritación de una eventual parada brusca. ¡Sí!... Escenas como ésta, dejan el terreno agreste, y escurridizo, y la calle vertiginosa de los libros que mejor guardan el dinero escondiendo la consciencia que es reemplazada en caso de pérdida o robo.
Mira, esta cueva ha servido para los rituales de los grillos y los sapos. Incluso ilustra sobre las siluetas de las mantarrayas del desierto que nunca más volvió a sufrir con la misma fascinación de las épicas blandas, ni con las expediciones del vaso y la cuchara que son tan vidriosamente plásticas, que ignoran la sed y el hambre, a pesar de las circunstancias adversas en el papel y la tinta de las cascadas calcáreas.
Bueno, sabemos que sólo había algunas abrasiones por la noche antes de acostarse deteniendo la caída del cepillo que revierte el proceso de la miniaturización y sobre todo de la ética boca arriba, en particular en un panteón inexplorado, y de forma gratuita con los mejores resultados.
Escribamos que no a todos nos invade el reluciente edificio independiente y permanente en compañía de toboganes y remolinos, que la mayoría de la gente evita como vertedero de basura disfrutando del viaje dónde los cocodrilos atacan con las preguntas de la escuela como la vieja máquina de coser para protegerlas del sol. Acuérdate como crece un centímetro al año pasando por los deportes extremos, afirmando que es posible admirar los parajes de cadáveres y herramientas, las viviendas sin trabajo, y la blusa que viste de piel dos pares de cuernos de antílope postrado ante un sencillo ladrillo, una taza, cartuchos de balas y un silbato.
¡Piénsalo!. A medida que la humedad crece por el rescate de los platos, y de estar cara a cara con los osos perezosos, las termitas hacen huelga independientemente de las lagartijas, más la demora, capital e intereses, en nada dejan de alterarse derramando la fuerza del turbión, y el drama eléctrico, justo al deshojar las entrañas de mil ausencias.
Mira, te invito a escribir por lo que está ocurriendo al azar, y por la diversificación del miedo y la tristeza, en las montañas entre los remotos latidos color malaria, y en respuesta a las preguntas que se funden una con la otra, llegando a preguntarme el porqué te invito de esta manera. Pues bien, no lo sé, pero creo que debo hacerlo, y sólo sé que te invito, te invito y te invito.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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COMERCIANDO SEDA
La seda de la gran montaña. Tejen Los caminos las sandalias. Ruedan Los caballos delante, carros. Corriendo Las aguas bajo las aves. Vuelan Los días, soles y lunas son. Iguales...
En la gran montaña. Tejidos ruedan. ¡Sandalia a sandalia!. Los caminos, los caballos. El agua bajo. Vuela igual corriendo. ¡Rueda y rueda!.
Los caminos de la ruta. Seda. Son en el comercio. Blancos cabellos. Esfuerzos, peligros. ¡Alegrías multicolores!. Recuerdos...
Sequía, lluvia, frío. Los días y noches. Siempre. Vivos. ¡Mientras viva!. El Hombre ¡Qué los vive!. Y Hace Con Su vida. ¡Subida la montaña!. ¡La seda!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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