La luna calla tras las nubes, las sombras danzan felices, los demonios cubren sus pechos, los ángeles destellan en la noche. Los fantasmas gritan desmedidamente, los duendes corren tras la brisa, los jinetes cabalgan en desiertos alegres. Los muertos hablan entre si, los gusanos bailan enamorados, las mariposas cubren el sol, los murciélagos cantan una canción, mi juicio conciente tu clamor…
Las hadas de los deseos, El guardián de la oscuridad, la fabula de tus sueños, el aura de tus cabellos. ¡Discuten! ¡Ejercen! ¡Sobresaltan al dolor! Las polillas bajo la sombrilla. Tu muerta al cajón, tu deseo de varón, tus pechos de valor, son violadas por el sol, mientras la luna calla tras las nubes, besando a los astros, y las estrellas duermen por ser hijas puras de cristalina paz…
Enamorada, vespertina, olor de humedad, olor de mi habitación, ¡mi amor! ¡Mi canción! ¡Que mi cajón se vista de clamor! A, por tu amor, para mi, duendes de trajes inocentes, brujos de matorrales, cultura de incienso roto. Dejad que los mitos cobren vida. Dejad que los acertijos tomen nota, pues anota esto: “todos esos seres conocen de mi amor, porque cada noche bajo los árboles, escondido de los burladores, les digo que te amo y te necesito, antes que la luz ciegue mis ojos y no te puedan ver.
Autor: José A. Monnin Limpio-Paraguay Derechos reservados. Del libro: Tu poema entre las sombras. [email protected]