MI SINO
Cuando llegue la hora, en que todo lo humano fenezca y a la faz de la tierra la cubran, pestilentes despojos, solo yo quedaré para darles, el adios a los muertos, y cerrarles los ojos. Cumpliré el destino signado en mi nombre, El Maldito, condenado a vagar como el paria del horror infinito. Sin que nadie consuele mi llanto, sin que nadie escuche mis gritos, sin que nadie se apiade de mi alma y no encuentre el final del abismo. Cuando clame morir sin clemencia y el silencio se enzañe conmigo, cumplirÉ la condena in aeternum, que mi nombre me dío por destino.
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Poeta
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