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Tu recuerdo es como el río; a veces crece, a veces mengua. Simula irse para permanecer. Ah!, si un día se secara tu recuerdo... Lo cual es imposible porque soy su propio manantial.
Además, en el maltrecho paisaje de mi ser, vuelto porfiada cicatriz, habría de insistir su curso seco. Prefiero entonces que transcurra con algo de frescor y rumor tuyos.
Imposible, imposible eludir tu evocación como imposible liberarme de tu ausencia; por eso, en ciertas noches, entregado, me tiendo junto al río... y me acaricia.
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Poeta
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DESPEDIDAS
Tus hojas corren de árbol en árbol, secándose, con el ramo negligente, cuadricular azul por el otoño, que trajo noticias de la mano, del pensamiento diferente, con los mismos pliegues en la manga, de la cual el consuelo se descuelga, limpia y fría la barca errante, por el silencio bajo una hormiga, que no funciona durmiendo poco, ni mitiga una liga triste. ¡Oh, antorcha del amor breve!.
En el rostro de su llanto, se agiganta el viejo olvido, que abraza la nostalgia, al rojo vivo la noche, entre dos tardes sin mañana. En la carretera piano indiferente. ¡Indignación aniquilada!. La misma huella en el rostro, sin bordes ingenuos ni punta,
por la noche de los cuervos. ¡Vaya magnetismo!. Sedoso y hambre. Del curso deslumbrante del viento fuerte, con el musgo inextinguible, del mágico decir al muro el nombre, dulce mortal desacierto fluctuante. Estando la noche vistiendo al sol, que duerme con las manchas de la luna.
Sin pasado entre campanas, en una laguna sin agua, en una rueda de alfileres, en un árbol de arena, por el adiós las canciones.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EL SUICIDA Autor : E. León Gómez Colombiano.
EL SUICIDA ( Soneto )
La luz del genio en su apacible cielo para él brilla con claror divino y, cual poeta, al fin de su camino debió la gloria coronar su anhelo. Pero fue desgraciado, y un consuelo demandó en vano al porvenir mezquino: cobarde ante el horror de su destino, rasgó de su existencia el frágil velo. Y cuando libre el alma del suicida, dejó a la tierra la materia inerte; en las eternas puertas esculpida leyó, temblando, su futura suerte: ¨A quien por no sufrir deja la vida vida para sufrir le da la muerte ¨.
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Poeta
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AMERENGADA INOCUIDAD
En esa realidad que ha cerrado la puerta, en la sierra nonada por menudencias, la negrura es intachable mízcalo, peyorativo malévolo insignificante, postinero procaz insufrible, ¡Qué encuentra agotado el vacío!. ¡Qué libera al mundo que pensó!. Sin creerse murrio, intacto gruñido. Sin saberse decadente, pelele vacuo. Amerengada. Inocuidad.
Por las ascuas desgajadas del insomnio. kiosco en ruinas huracanado hospedaje. Del consuelo contagiado del contrabando. Del óxido apadrinado de ínfimos pórticos. Del hielo perturbado bajo la mano vacía. En esa realidad, en esa realidad, se ostenta. Conmiserarse de la gazuza infame hartura. ¡Sí, sí!... Aligerándose al deslomar al sol. En el impreciso crucilabrio intransigente. Amerengada. Inocuidad.
¡Vaya, vaya, sí que sí!. Es la estrictez anacrónica del gusano tundido. ¡Que asfixia a la lividez misma!. Perplejo. Al caracolear atribulado en petulancia. Al atragantarse desparpajado el cinismo. ¡Pobre cacumen abundoso en coprolalia!. Conturbándose trastocado de azoro ingenuo. ¡En esa realidad que ha perdido su ausencia!. Su figura, su repudio, su respeto, su esbozo. Amerengada. Inocuidad.
Entre eso del estorbo usurero. ¡Demudándolo gazmoño infernalmente!. Por encizañar y embolicarse aventurero. Entre el escamoteo de una rapsodia. De un desenfrenarse animalado. Textil termómetro tertulia torpe. Dispensa disturbio doloso drama. Zángano zopenco zozobrando. ¡Convicto de sí y por sus huesos encarcelado!. Insigne. Inicuo. Del amerengarse crapuloso, inopinable.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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El cielo se torna gris, gotas de lluvia caen, hacen que ocultes tus lágrimas, cuando tu corazón fue destrozado.
Esas lágrimas de dolor, quiero secarlas, quiero cuidarte, sentir que todo esta bien.
Lágrimas bajo la lluvia, lágrimas de tristeza, deja todo atrás, deja que el tiempo fluya.
Ven y abrázame querida, que este corazón tuyo sane, que esas cicatrices desaparezcan, de este frágil cuerpo de sirena, no lastimen mas.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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La verdadera herida no duele, escondiendo la voz y las palabras, tan solo una lagrima derramas, sufres en silencio.
El corazón lleno de ideales, de ese momento esta ahora devastado, viviendo solo con tus propias contradicciones, por fuera sonríes, por dentro estas llorando.
No quiero que llores mas, quiero abrazarte, sanar tu heridas que existen en tu corazón, no llores mas mi niña.
Armada con solo desilusión, tu entendiste toda la debilidad, que ha invadido tu alma, no quieres llorar mas, no quieres sufrir jamás.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Si yo tuviera una oportunidad más para cambiar mi vida hoy, entonces yo nunca te dejaría ir, te abrazaría hasta el final.
Sería lo único que haría, besarte hasta cansarnos, besarnos bajo la lluvia, sentir tus caricias mi niña.
Pensé que incluso se sentías algo por mí también, yo sé que estaba equivocado, y cuando te preocupas, entonces voy a estar allí, a tu lado cuidándote.
Estaría solo sin ti, sentirte entre mis brazos, una vez mas, secar tus lágrimas cuando estas herida, consolarte cuando estas triste.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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El arte del suicidio, batas y pelo, rulos volando por todas partes, el dolor es demasiado puro para esconder, demasiado tarde. Una noche de melancolía, el arte del dolor, la decepción amorosa de una mujer, es para mi un consuelo, un remedio para esta alma afligida. El arte del suicidio, una puerta falsa, un dolor mortal, irremediable y sin retorno. Una mala decisión, algo que no quieres hacer, si tienes problemas, sabes que te cuidaré, cuéntame todo. Por qué vivir una vida, que está pintada con lástima, tristeza y peleas, por qué soñar un sueño, que esta mancillado con problemas, y menos de lo que parece, por que molestarse en molestarse, solo por un poema u otra canción triste que cantar. Erick R.R.Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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La oración del ateo (Soneto) ___Miguel de Unamuno (España) (1864-1936).
Fué poeta, dramaturgo, novelista, filósofo, escribió además ensayo, prosa y narrativa. Profesor de griego y rector de la Universidad de Salamanca.
La oración de ateo
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes, y en tu nada recoge estas mis quejas, Tú que a los pobres hombres nunca dejas sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes. Cuando Tú de mi mente más te alejas, más recuerdo las plácidas consejas con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande que no eres sino Idea; es muy angosta la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa, Dios no existente, pues si Tú existieras existiría yo también de veras.
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Poeta
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VEN ESPIRITU CREADOR ___Rabano Mauro (776-856 d. C.)
Poeta, escritor, filósofo, teólogo alemán. Nació cerca de Maguncia. Este es un himno qué se reza o se canta en latín desde hace 12 siglos, en celebración litúrgica del Pentecostés, y en el principio del cónclave cuando cardenales eligen al nuevo papa, así como en otras actividades eclesiásticas.
VENI CREATOR SPIRITUS VEN ESPIRITU CREADOR (Himno)
LATIN
Veni, Creator Spiritus mentes tuorum visita Imple superna gratia quae tu creasti pectora.
Qui diceris Paraclitus, altissimi donum Dei, fons vivus, ignis, caritas, et spiritalis unctio.
Tu septiformis munere, paternae digitus dexterae, tu rite promissum Patris, sermone ditans guttura.
Accende lumen sensibus, infunde amorem cordibus, infirma nostri corporis, virtute firmans perpeti.
Hostem repellas longius, pacemque dones protinus, ductore sic te praevio, vitemus omne noxium.
Per te sciamus da Patrem, noscamus atque Filium, teque utriusque Spiritum credamus omni tempore.
Deo Patri sit gloria, et Filio qui a mortuis surrexit, ac Paraclito, in saeculorum saecula.
Amen. ESPAÑOL
Ven Espíritu creador; visita las almas de tus fieles. Llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo has creado.
Tú eres nuestro consuelo, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú el dedo de la mano de Dios, Tú el prometido del Padre, pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto tu paz, siendo Tú mismo nuestro guía evitaremos todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y que en Ti, que eres el Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó de entre los muertos, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.
Amén.
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Poeta
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