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Algunas cosas no se las digo a nadie, solo a ti mi niña, eres mi confidente, mis secretos y los tuyo, solo son para nosotros.
Algunas veces, quiero que me digas tus secretos, para guardarlos en un baúl, para sepultarlos, sin que nadie los sepan.
Esto es confidencial, nadie sabe de nuestros secretos, nadie excepto nosotros, solo eso y nada mas.
Te diré mis secretos, te los diré al oído, para evitar que todos se entere, de lo nuestro, de nuestro romance prohibido.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Una vez tuve un sueño, y es éste, una vez había el sueño de una niña, una noche el reloj tocó las doce, la ventana se abrió de par en par.
Una vez había el corazón de una niña, es el año que aprendí a volar, y di un paso afuera, un paso a mi libertad. Un cofre es lo que busco, un cofre especial, que sigo buscando, sin exito.
Seguir la pálida luz de la luna, una vez deseé para esta noche, la fe me trajo aquí, es hora de cortar la cuerda y volar, volar a un sueño que se realizara.
El cofre oscuro de las maravillas, se encuentra frente a mis ojos, se encuentra un paso mas, es momento de abrirlo, de ver lo que hay dentro de ese baul, de oro, luz y oscuridad.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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POR LO PRONTO...
Por Lo Pronto Y Por que demasiado pronto conservó engañosos velos mostrando lo que de lo mortal conoció la tristeza resguardando en vano los últimos finales dos extremos desiguales con la brevedad de un solo intento.
Con la arrogancia imprudente de los caprichos, banderolas de cigarras ordeñadoras martillos de tinieblas estructuras diademas de frutas secas podridos del trágico y grotesco dolor de la pobreza, del cuerpo al alma humana del presente que no cambia aunque se oculte.
Yo dice la nieve al fuego, homicida, he dormido, dipsómanos kilómetros, en los meses de años del siglo, magnetófonos exóticos y lácticos, un...un... un parque abandonado por la siesta de la paz.
Y con la flor de voz nueva, de toda la vacuidad andante, que aprende que la vida es demasiado dura, cuando hay que conquistarla honorable, en constantes espadas, agujas, espinas, hienas, hierros, hielos, frágiles, hipérboles de libérrimas libélulas de contemporáneos cráteres.
El Firmamento Destellos en el pecho noble. Está... venciendo a la miseria del aire, del vivo remedo del humano, del vivo la faz doliente, un día y otro día. ¡Cualquier día sigue igual!.
Yo fui tronco, dices, roble vecino del muro vano, un niño, del campo tinto enfermizo, ahora, pálido y mendicante, el arado preso, sin otro trono bufando cuernos, sin otro baúl azul sangre, sin bañar a los pantanos, que algún cadáver trashumante del arroyo, espera llegar, olvidado, en la memoria. En la eterna, negra desolación, que se posa en las ventanas. Y ¡Ojalá!. Debajo de las estatuas. Escuchen Los Gránulos las lápidas. Y ¡Oh! embalsamados mil mensajes. Con La Manumisión devoran las débiles consciencias inocentes. Terrible pausa pelirroja trébol. Por Lo Pronto, anclas áridas, casas quebradas. Por lo pronto trozos de constelaciones óseas.
Por Lo Pronto Solo Vientres Del vacío hay en el hule torvo morbo.
¡Qué por lo pronto solo cavila, cavila, para ver solo si todo cabe, en lo qué cava!.
El por lo pronto. Del temprano polvo lleno. Ceremonial expresa solo falso mármol.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ELEFANTIÁSTICO
Retorno por el futuro. Al punto, partido, de la final, entrado. ¡Antes vistos por la espalda!. Hoy, hoy.
En blanco hoyo fueron negras montañas. ¿Es fantasma?. Respirándose preguntaría. ¡Cómo ayer!. Bajo el minúsculo elefante la hormiga, regresó volando. ¡Bajo lentas olas!. Antes.
De las enormes ruinas, ínfimas creaciones. ¡Sólo, se pensó por dentro!. Y mañana, dijo: ¡Soñarán el pasado, antes dormido!. Cómo fantástico y metálico presente. Un regalo. Galopa dorado. En él. Oro, canto. ¡Destemplado!.
¡Fue la espada elefantina del hormiguero!. Nada quedó del amor. ¿Cuál, dónde, cómo?. Todo pasó, frente, al suelo, de aquél baúl.
En Ése baúl. ¡Dónde se detienen mil pasados, en los relojes, transparentes, con el futurístico desplome de los hormigueantes elefántiásicos!.
Los colores vieron, el perfume enmañanados. Por las perlas, relaps, lapers, salrep.
¡Encircaderamente ausentes!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Laureles del baúl
De huellas el baúl se llena día con día. El mes del vapor ilusión del agua. ¡Qué goza, qué sufre, cada ola el mar!. Barco encharcado, capitán madriguera El Gusano de conciencia... ¡Centavero fracasa!. ¡¡Náufrago ingrato por la sangre bebida!. Baúl infinito... De trapo la lengua. ....Laureles del baúl....
Años..........¡De noche!----Vino desgarrado Niños........¡De día!--------Alcohol enlutado Ínfimo------Siempre...........¡Lágrima seca! Interior-----Vacío..............¡Áspid impuesto!
Águila cadavérica, en los árboles del pueblo, como insecto erroscado. ....Laureles del baúl....
Águila devorada, por sus uñas azules, espinas ingenuas, entes sonrientes, vestidos miserables de imperio. Amor, el baúl se llenó de ataúd. Amor, el abedul se tornó negro.
¡Negro de alma y todo los demás!. ¡Cuánto ingenuo creía en las marinas cadenas de antaño!. En algodones, pobres ignorancias de jirafas y elefantes. En cuanto pueden... ¡Hacen lo mismo con sus hermanos!.
Con los instantes--- De sombra. ¡Qué azulan cada hueso! ¡Qué enrojecen cada cielo! ¡Vaya cuántos cuerpos desalmados!.
Laureles... ¡Laureles del baúl!
Amor ignorante, de fantasmas heridos por íntimos fragmentos de familia ¡Abundante de espaldas penetrada!. La Insigne... ¡Infancia punzante! --- ¡Caverna qué muda de piel! --- Y... Las.... Huellas... En... El... Baúl.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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