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“Por su obra . . . pinturero.”
Brota el sollozo sin fin de Colombia, Medellín, a Mónaco, el Principado, todo el orbe está enlutado.
Murió Fernando Botero, hoy, busca otro derrotero, contemporáneo y moderno su estilo se vuelve eterno.
Falleció el tan gran pintor, reconocido escultor y muy capaz dibujante, lo que hacía de buen talante.
Recordémosle, primero, su “Acuarela de un torero”, luego su óleo “Frente al mar” con el que empezó a triunfar.
Estudió en Madrid, Florencia, a toda ciencia y paciencia aprendió de los pintores del renacimiento, loores.
Aplausos a sus bodegones, ahí, plasmó sus ilusiones, dejando en éllos insertas mil naturalezas muertas.
Más, ese fue el fiel comienzo, dejó estampado en su lienzo: tiempo, arte, belleza, muerte, sin dejar nada a la suerte.
Ni bajar jamás la guardia, fue al Nueva York de vanguardia con su leal trazo agresivo y “lenguaje” figurativo.
Expresionista, sin grecas, en “El niño de Vallecas”, por collages y su “Caballo” la fama llegó de rayo.
Durándole largo rato con “Maternidad” y el “Gato”, por mencionar dos botones de sus fantásticos dones.
Premiado, siguiendo rumbo expuso por todo el mundo, las más grandes avenidas le dieron sus bienvenidas.
Murió el plástico creador, artífice, diseñador, que, empleando su genio y numen, le dio a las cosas volumen.
Los pinceles y pinturas rezan hasta las alturas, en las galerías se llora, en museos, por él, se implora.
Ya está el artista en el cielo cumpliendo a Dios un anhelo, pintarle ángeles hermosos, eso sí . . . voluminosos.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 15 de septiembre del 2023 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“El rincón de José Alfredo está en el centro del cielo.”
Dios le dio la mano lo hizo su hermano, le concedió el don Rey de la Canción.
Mas, le dijo: “Fello” tu vida es destello con todo y parranda el pueblo te manda”.
Dócil, José Alfredo forjando su credo presto, obediente, se entregó a la gente.
Les cantó sus penas tornándolas buenas, compuso canciones, los rancheros sones.
Con luna, con mar, sediento de amar todo sufrimiento soportó el talento.
Frente a las mujeres los más bellos seres no tuvo secretos, ni goces discretos.
Muriendo por ellas junto a las botellas; ¡qué venga ese grito artista bendito!
Sin matiz alguno despecho ninguno, cantina, tequila, la pasión destila.
Beber, soñar y cantar, él fue bohemio sin par, ¡aquí, sigue siendo “El Rey” se lo ganó, pues, a ley!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 26 de diciembre del 2008 Dedicado a Don Carlos Navarrete Ruiz, fiel adorador de José Alfredo Jiménez Reg. SEP Indautor No. 03-2009-061613310400-14
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Poeta
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“Un ídolo de los grandes . . .”
Prendan velas con cerillos en Rancho “Los Tres Potrillos” trina en pena un gorrioncillo desde su pecho amarillo.
Murió Vicente Fernández un artista de los grandes, enorme excelso titán el “Charro de Huentitán”.
La barranca se estremece porque el ídolo fenece el pueblo, toda la gente, llora triste por el “Chente”.
Sufren las damas más finas, todas “Mujeres divinas”, ya no escucharán tal voz entonar “Amor de los dos”.
Para éllas todo un dandi en la Plaza Garibaldi orgulloso de su origen musical las notas rigen.
El Mariachi de Cocula jalisciense lo postula como máximo cantante de esta época baluarte.
La nostalgia se remonte hasta esa “La ley del monte”, ya que no habrá de “Volver, volver” y no podrá renacer.
“Viejo mi querido viejo” México añora ese dejo de humildad y de franqueza, mientras tanto se le reza.
Este doce de diciembre su recuerdo aquí se siembre, pues, con la Guadalupana “El Arracadas” se hermana.
Allá, en el cielo trovando nos seguirá deleitando mientras el público aplauda siempre brillará la cauda.
De Vicente “El Rey” cantor de “Por tu maldito amor”, “De qué manera te olvido”, hoy, que abandonó su nido.
Que se escuchen más canciones rancheras, boleros, sones, en Bellas Artes linajes que empiecen los homenajes.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 12 de diciembre del 2021 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Ayer se murió un poeta ya nos quedan solo algunos, entre ellos Martín Urieta ¡como sus versos ningunos!
Del bien forjado en Huetamo de su amado Michoacán, quien del bolero es el amo grato musical sultán.
Ya que pone sentimiento con su martillo es Dios Marte lanzando su estilo al viento cual artístico estandarte.
Martín de padre es Urieta por su madre es Solano, anda con el alma inquieta en el “feeling” busca hermano.
De pequeño, a los quince años, compuso primeras odas, coplas, tonos aledaños, febril imponiendo modas.
Surgió el especial talento que incrementó con el tiempo llegando sutil con tiento y sin algún contratiempo.
A ser gran Señor que escribe al amor al ritmo de su corazón, todo un Maestro en fiel clamor que al crear nos da la razón.
Así, le inspira la vida con alegría o triste llanto, en repertorio va herida o anécdota vuelta canto.
Como en “Mujeres divinas”, por mucho su mejor creación, todas musas adivinas de su genial devoción.
Convirtió “Paso a la reina” en pautado monumento, tal pieza tornó en virreina de melodioso ornamento.
En “Urge” pulió su brillo, perpetuo será baluarte aunque por siempre sencillo del fino ranchero arte.
Dicen que no canta . . . encanta expresando su canción de lo íntimo, en su garganta, compungida adoración.
Su voz es letra dolida que sufre frágil, pausada, vibra tenue redimida le sale queda, quebrada.
Así que por eso y también por Dios, como en cántico se diría con rúbrica de “Aquí entre nos” les transmito mi osadía.
Pues, “Qué de raro tiene” si cual “Bohemio de afición” brota leal, no se contiene, esta mi composición.
Ya que, gracias al Creador, en fin, para nuestra suerte el virtuoso sensible autor aquí se encuentra presente.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, Distrito Federal, a 03 de diciembre del 2007 Reg. SEP Indautor No. 03-2008-071113112400-14
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Poeta
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“De la canción . . . lustre, brillo.”
Jamiltepec, sentimientos, centuria mil novecientos diecinueve, por cierto año, día caliente sol de antaño.
Dos de diciembre la fecha de la poesía, de la endecha, armónicas melodiosas como lo exigen las Diosas.
Trinaron aves canoras muy rítmicas bien sonoras, silbó bello esa mañana una calandria castaña.
Hace un siglo, aquí les digo con el Creador por testigo y también Santa Cecilia, los músicos, su familia.
Álvaro Carrillo nace virtuosísimo con clase para brindarnos canciones, las “chilenas”, sus pasiones.
“El Camalote” lo mece, tal ranchería se estremece “Cacahuatepec”, Oaxaca, coplas de oro, son de laca.
En “La Negra Cortijana” polifonía para dama, afroamericano reto “La Amuzgueña”, “El Amuleto”.
Que hoy se trove en Costa Chica con tonada excelsa rica en matices musicales de inspirados manantiales.
Recordemos al autor, al genial compositor de trescientas melodías de tristezas, alegrías.
Al que pautó el “Charco Choco”, “lingo, lingo”, poco a poco, que engrandeció a “Pinotepa” pieza regional de cepa.
Recordemos al cantor, al bardo, al Gran Señor de la pista, el escenario, al “Andariego” del radio.
Al humilde “Cancionero” del bolero misionero, al “Negro de Costa Chica”, “Sabor a mí” así lo indica.
Recordemos al bohemio que nació con Don, con premio, “Sabrá Dios” romanticismo convertido en misticismo.
A “San” Álvaro Carrillo que le diera lustre, brillo, a la canción mexicana con la nota más lozana.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 02 de diciembre del 2019 Salvo las expresiones: “De la canción, lustre, . . . brillo”, “chilenas”, “El Camalote” y “San”, todas las demás palabras y frases entrecomilladas, son de la inspiración de Don Alvaro Carrillo . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Luto viste “Macorina” ya murió Chavela Vargas, la “Llorona”, su madrina, vierte lágrimas amargas.
Guitarra queda sin cuerda que lástima que se pierda, do, re, mi, fa, sol, la, si, do, se fue su ser más querido.
Extrañemos a Chavela que, en la bohemia, fue vela, que digo vela, fue un cirio, cantadora hasta el delirio.
Ha de andar con José Alfredo que fue su cuate, su credo, se nos fue cual blanca hada ¡qué nadie le juzgue nada!
¿Estará con su Agustín?, sus copas no tienen fin, se le hizo fácil la gloría nos llevará en su memoria.
Un gabán muy lucidor la cobija con fervor, allá en el cielo bendito brilla nuevo lucerito.
Sus ojos cual par de alhajas dejarán pronto sus gafas convertida en angelito, habitando el infinito.
Vuelen cenizas a Tepoztlán desde el merito Tenochtitlán, Garibaldi brinda ofrenda, que todo el mundo comprenda.
Su pérdida irreparable, ¿qué es la muerte sino un sable que lacera el sentimiento dando paso al sufrimiento?
En un rincón del Tenampa fiel cuadro muestra su estampa, brazos en lo alto, triunfante, voz que se quiebra elegante.
Por hoy, que no haya tristeza al contrario fe, entereza, su grandeza luz destila ¡va su adiós con un tequila!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., 06 de agosto del 2012 Reg. SEP Indautor No. 03-2012-083012362100-14
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Poeta
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“Pachuco “Topillo Tapas” con tu ingenio nos atrapas.”
De la actuación un titán Don Germán Valdés “Tin Tan”, bisonido musical tañe el mote del carnal.
Mira al cielo, . . . al infinito, “tintanear” es exquisito con bigote estilizado busca ese sueño anhelado.
Larga pluma en el sombrero, “tacuche” de caballero le sienta de maravilla, el saco toca rodilla.
Su figura destacable luce camisa impecable color claro, luminoso, lámpara su ser glorioso.
Como genio que arrebata porta vistosa corbata de seda fina, destello que le ciñe poco el cuello.
En solapa del señor un pañuelo, linda flor perfumando los olores de sus millones de amores.
Prendido lleva el botón, bombacho su pantalón los tubos a los tobillos, bastillas pliegues sencillos.
En pies, zapato lustroso blanco, pulcro, portentoso, agujetas liga al quiebro, la suela pinta de negro.
Saliendo de aquel bolsillo la leontina del “topillo”, cadena exhibe colgando va contenta tintineando.
Sube pronta a la cintura acentuando su apostura, aferrada a una presilla, a Marcelo y “Su Costilla”.
Lenguaje tiene por credo “tatacha de otro laredo”, “si ya sabanas” cantar “paquetes d’ilo” bailar.
Cayó “la chota” mí rey, “guachar”, “el chante”, “ese”, “okey”, “simón”, “jaina”, “silabario”, “órale”, en su diccionario.
Actuar bien improvisando, enamorarse besando, todo eso, más su tonada, es darle a la “tintaneada”.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 12 de agosto del 2009 Dedicado a Don Carlos A. Zorrilla Regalado Reg. SEP Indautor 03-2010-032412383400-14
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Poeta
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“¡Qué verdadera tragedia!”
Falleció Don Héctor Suárez hay tristezas, hay pesares, luto entre los comediantes se fue “El mil usos”, “Tirantes”.
El “No hay” encontró la muerte, mas, Dios nos brindó la suerte de disfrutar su comedia que iniciara en la tragedia.
Teatral, así, muy incipiente, año sesenta naciente, quiere triunfar, a eso aspira, guiado por Carlos Ancira.
Obras de Kafka, Ionesco, lo absurdo en talento fresco, Marcel Marceau pantomima, el joven Suárez germina.
Que buena suerte la de él tomar clases con Marcel, primeros logros de mimo iniciando buen camino.
El cine le abrió los brazos, el set, sus primeros pasos pudiendo dar un “gran” salto debutando en “El asalto”.
Citaré solo unas cuantas de sus películas, . . . tantas, casi cien en la memoria, de ahí grandeza e historia.
“Mecánica nacional” donde lució excepcional, “La picardía mexicana” le confirmaba la fama.
En “Lagunilla mi barrio” tuvo, al punto, muy buen fario, su actuación de maravilla se reflejó en la taquilla.
¡Uy!, “En la cuerda del hambre”, “Trampas de amor”, ¡qué raigambre!, Premio Ariel, Diosas de Plata, tres no más de gloria grata.
El destino así se traza, recordemos “¿Qué nos pasa?” su programa en Televisa que nos sacaba la risa.
Histrionismo por bagaje, “Flánagan”, qué personaje, gritaba: “¡queremos rooock!”, comiquísimo el stock.
De figuras populares que representaba Suárez, gustosas reminiscencias, semejanzas, coincidencias.
Con nuestra amplia sociedad, comedia e hilaridad de “El Licenciado Buitrón”, “Doña Zoila”, ¡Señorón!
Que fue en la televisión, “La cosa” en Imevisión, cómo olvidar a “Tomás”, doble sentido, ¿qué más?
Algunas telenovelas: “El carruaje”, “Las gemelas”, “El derecho de nacer” que nos encantaba ver.
Lo diré en un “fast track”, pues Comedy Central Roast reconociendo su fama lo “rostizó” en un programa.
Por el teatro nuevamente incursionó diligente, con “Toc toc”, en su “Estoy loco”, se mostraba aún más docto.
“El crédito” siempre suyo, actuando crecía su orgullo, “Los locos Suárez” con su hijo igual que él actor prolijo.
Le vino el cáncer maligno, la fatalidad designio, como todo un hombre recto percibió el fin del trayecto.
¡Gou Producciones, presenta: “La Señora Presidenta”!, trabajar fue medicina, mas, toda gesta termina.
Breve, corta, esta semblanza, ya que, el papel nunca alcanza para reseñar la vida de un genio que, de subida.
Hizo toda su carrera, jamás se quedó a la vera un proyecto de Héctor Suárez, pongámosle sus altares.
Con ceras y veladoras que sean muy imploradoras, pena entre los comediantes, ya, nada será como antes.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 02 de junio del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Producto de un excelso don . . .”
Pido a damas y a señores que le rindamos honores a un mexicano afamado, por el mundo renombrado.
Don Gabriel Vargas Bernal, hombre de ingenio genial, ser pensante, puro artista, dibujante, historietista.
Para el gusto de la gente, forjó la idea en su mente de “La Familia Burrón”, tan famosa en la nación.
Crítica excelsa en humor, de muy popular color, plasmada en una revista bien agradable a la vista.
Entintados ejemplares de ilustraciones impares, narración extraordinaria más real que imaginaria.
Bajo el lenguaje del barrio, el texto, léxico vario, “capirucha” capital, retrato sensacional.
De popular vecindad tan llena de amenidad, que ve en papel reflejada su carencia esperanzada.
Mis recuerdos son sinceros, ahorraba algunos dineros en pos de hazaña genuina, ir al puesto de la esquina.
Cierto día de la semana por la lectura más sana de magna publicación que guardo en mi corazón.
Cómo olvidar el relajo en el “Callejón del Cuajo”, sueños, retos y avatares, alegrías tras los pesares.
De la “Borola Tacuche”, de monerías un estuche la maravillosa “güera” que, de todo, hacía una guerra.
Muy bien emperifollada, con sus “joyas” tan forrada, a “Don Regino Burrón”, leal, paciente, un Señorón.
Peluquero del decoro su negocio el “Rizo de Oro”; “Macuca”, hija consentida, la “Pecocha” preferida.
“Reginito”, hijo educado, “El Tejocote” apodado, formado, así, en la “Academia”, la formalidad se premia.
“Foforito”, hijo adoptado a la música apegado, perro “Wilson” de la casa, el de indescifrable raza.
Los quise, poquito a poco, al “Tractor Floro Tinoco”, a “Susano Cantarranas”, pepenar, libar con ganas.
Al “Príncipe del desgano” “Avelino Pilongano” con su mamá “Gamusita”, linda, tierna viejecita.
A la muy “Bella Bellota” de hermosura que se nota, a la gran “Boba Licona” que por nada desentona.
Tan solo cité unos cuantos de esos “monos”, pues, son tantos, podrán verse en “Wikipedia” o en alguna enciclopedia.
¡Ay, “La Familia Burrón”!, lectura de tradición que inició, según se cuenta, antes del año cincuenta.
Mediados, siglo pasado, que tanta alegría ha brindado con los variados bagajes de múltiples personajes.
Caras de la clase media baja, comic comedia de típica sociedad desnudada sin piedad.
En los más de mil seiscientos capítulos, hoy cimientos de nuestra cultura urbana cada vez tan más lejana.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 25 de mayo del 2021 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Un artista, . . . excepcional.”
Vámonos con muchos tientos, año de mil novecientos quince, sin soslayo de algo, México, Estado de Hidalgo.
Tulancingo vio nacer al que, más tarde, iba a ser genio de los “meros, meros” motivador de “moneros”.
Don Gabriel Vargas Bernal, un creativo original al que Dios le diera un don llevándolo hasta el Japón.
Ganando un segundo premio de dibujo por su ingenio, mas, tuvo triste desliz negándose a ir a París.
A disfrutar de una beca, por el jornal sí se peca, necesidad de un salario que le diera Excelsior, Diario.
De información harto sana con poca paga de “lana”; bajo estos versos celebro su inteligente cerebro.
Los triunfos, en él, normales, sus dos Premios Nacionales de Periodismo y de Artes, predestinado, desde antes.
Magno caricaturista, nadie le perdía la pista en pasquines ilustrados dando vida a “Los chiflados”.
A “Sherlock Juan”, “Pancho López”, con el lápiz, con sus dotes, a “El gran Putin”, “Los del Doce”, gráfica lo reconoce.
“Sopa de perico”, enlisto, y por “La vida de Cristo”, recuerdo solo unos cuantos de sus coloridos cuentos.
Don Gabriel se cuece aparte como ícono del arte en cultura popular, lo que lo hace singular.
En talento puro artista, dibujante historietista de “La Familia Burrón”, renombrada en la nación.
Como olvidar el relajo en el “Callejón del Cuajo”, la típica vecindad bien llena de amenidad.
De imágenes, de grandeza, de simplicidad, belleza, hijas de sus percepciones de sesudas emociones.
Plasmadas en el papel con barnices de oropel, Doña “Borola”, “Regino”, forjaron su leal destino.
Con “Macuca”, “Reginito”, perro “Wilson”, “Foforito”, los personajes primarios junto a muchos secundarios.
Caricaturas de talla, pienso en “Filemón Metralla”, “Don Susano Cantarranas” que, al libar, le echaba ganas.
Cómo me acuerdo, ¡mi hermano!, de “Avelino Pilongano”, todos creados por la fiel mentalidad de Gabriel.
Cuantas lecturas supremas, se me pasaban las penas, nunca se cansó mi vista leyendo feliz revista.
Dicha obra sigue inquieta, una colección completa muestra un Museo de Florencia, en Italia real presencia.
Lo percibo en su escritorio, su estudio, su adoratorio, sobre cartulinas, gises, manos de mil directrices.
En restirador de oficio diseñador de artificio, por pinceles, colorantes, ¡quién trabajara como antes!
Su chispa no decrecía, hasta veinte horas al día de trazos sin un pretexto, cruel embolia obtuvo, presto.
Aún con la enfermedad laboraba sin piedad, tres décadas siguió dando inspiración, ofrendando.
En dos mil diez falleció, solo así ya no ejerció la profesión de “monero”, nada dejó en el tintero.
Su equipo, plumas, pinturas de diferentes texturas, los resguardan entrepaños, ¡cómo han pasado los años!
Mas, gloria no lo abandona, es cátedra en la Sorbona por sociedad mexicana, en Francia su extensa fama.
Mi homenaje, pleitesía, con esta humilde poesía a Gabriel Vargas Bernal ser humano . . . excepcional.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 25 de mayo del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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