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“Torre azul, un rascacielos, Manuel Suárez . . . sus anhelos.”
La Ciudad rinde tributo a tus pies, en lo absoluto, Centro Mundial de Comercio van mis letras con aprecio.
Torre azul, . . . robot amado, eres de hormigón armado, cristal del fino proyecto, genio, al fin, de un arquitecto.
World Trade Center, gran gigante, rascacielos elegante, doscientos metros de altura, ¡qué imponente, qué estatura!
Siempre erguido, entronizado rectángulo coronado, cuarenta y siete tus pisos, te acarician vientos lisos.
Con treinta y cinco ascensores has soportado temblores; dominas los horizontes, el valle, volcanes, montes.
Los negocios, convenciones, engalanan tus salones, el ser, el saber humano, contigo se hacen mundanos.
La mejor vista aseguras por Bellini en las alturas, restaurante giratorio, piano bar, adoratorio.
Que placer siento al mirarte escoltado por el arte, Polyforum Cultural Siqueiros, bello mural.
Fuiste, en sueños, un hotel, brindemos con moscatel, México mide grandeza desde el suelo . . . a tu cabeza.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 15 de enero del 2016 Reg. SEP Indautor No. 03-2016-070109301200-14
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Poeta
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“Producto de un excelso don . . .”
Pido a damas y a señores que le rindamos honores a un mexicano afamado, por el mundo renombrado.
Don Gabriel Vargas Bernal, hombre de ingenio genial, ser pensante, puro artista, dibujante, historietista.
Para el gusto de la gente, forjó la idea en su mente de “La Familia Burrón”, tan famosa en la nación.
Crítica excelsa en humor, de muy popular color, plasmada en una revista bien agradable a la vista.
Entintados ejemplares de ilustraciones impares, narración extraordinaria más real que imaginaria.
Bajo el lenguaje del barrio, el texto, léxico vario, “capirucha” capital, retrato sensacional.
De popular vecindad tan llena de amenidad, que ve en papel reflejada su carencia esperanzada.
Mis recuerdos son sinceros, ahorraba algunos dineros en pos de hazaña genuina, ir al puesto de la esquina.
Cierto día de la semana por la lectura más sana de magna publicación que guardo en mi corazón.
Cómo olvidar el relajo en el “Callejón del Cuajo”, sueños, retos y avatares, alegrías tras los pesares.
De la “Borola Tacuche”, de monerías un estuche la maravillosa “güera” que, de todo, hacía una guerra.
Muy bien emperifollada, con sus “joyas” tan forrada, a “Don Regino Burrón”, leal, paciente, un Señorón.
Peluquero del decoro su negocio el “Rizo de Oro”; “Macuca”, hija consentida, la “Pecocha” preferida.
“Reginito”, hijo educado, “El Tejocote” apodado, formado, así, en la “Academia”, la formalidad se premia.
“Foforito”, hijo adoptado a la música apegado, perro “Wilson” de la casa, el de indescifrable raza.
Los quise, poquito a poco, al “Tractor Floro Tinoco”, a “Susano Cantarranas”, pepenar, libar con ganas.
Al “Príncipe del desgano” “Avelino Pilongano” con su mamá “Gamusita”, linda, tierna viejecita.
A la muy “Bella Bellota” de hermosura que se nota, a la gran “Boba Licona” que por nada desentona.
Tan solo cité unos cuantos de esos “monos”, pues, son tantos, podrán verse en “Wikipedia” o en alguna enciclopedia.
¡Ay, “La Familia Burrón”!, lectura de tradición que inició, según se cuenta, antes del año cincuenta.
Mediados, siglo pasado, que tanta alegría ha brindado con los variados bagajes de múltiples personajes.
Caras de la clase media baja, comic comedia de típica sociedad desnudada sin piedad.
En los más de mil seiscientos capítulos, hoy cimientos de nuestra cultura urbana cada vez tan más lejana.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 25 de mayo del 2021 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Un artista, . . . excepcional.”
Vámonos con muchos tientos, año de mil novecientos quince, sin soslayo de algo, México, Estado de Hidalgo.
Tulancingo vio nacer al que, más tarde, iba a ser genio de los “meros, meros” motivador de “moneros”.
Don Gabriel Vargas Bernal, un creativo original al que Dios le diera un don llevándolo hasta el Japón.
Ganando un segundo premio de dibujo por su ingenio, mas, tuvo triste desliz negándose a ir a París.
A disfrutar de una beca, por el jornal sí se peca, necesidad de un salario que le diera Excelsior, Diario.
De información harto sana con poca paga de “lana”; bajo estos versos celebro su inteligente cerebro.
Los triunfos, en él, normales, sus dos Premios Nacionales de Periodismo y de Artes, predestinado, desde antes.
Magno caricaturista, nadie le perdía la pista en pasquines ilustrados dando vida a “Los chiflados”.
A “Sherlock Juan”, “Pancho López”, con el lápiz, con sus dotes, a “El gran Putin”, “Los del Doce”, gráfica lo reconoce.
“Sopa de perico”, enlisto, y por “La vida de Cristo”, recuerdo solo unos cuantos de sus coloridos cuentos.
Don Gabriel se cuece aparte como ícono del arte en cultura popular, lo que lo hace singular.
En talento puro artista, dibujante historietista de “La Familia Burrón”, renombrada en la nación.
Como olvidar el relajo en el “Callejón del Cuajo”, la típica vecindad bien llena de amenidad.
De imágenes, de grandeza, de simplicidad, belleza, hijas de sus percepciones de sesudas emociones.
Plasmadas en el papel con barnices de oropel, Doña “Borola”, “Regino”, forjaron su leal destino.
Con “Macuca”, “Reginito”, perro “Wilson”, “Foforito”, los personajes primarios junto a muchos secundarios.
Caricaturas de talla, pienso en “Filemón Metralla”, “Don Susano Cantarranas” que, al libar, le echaba ganas.
Cómo me acuerdo, ¡mi hermano!, de “Avelino Pilongano”, todos creados por la fiel mentalidad de Gabriel.
Cuantas lecturas supremas, se me pasaban las penas, nunca se cansó mi vista leyendo feliz revista.
Dicha obra sigue inquieta, una colección completa muestra un Museo de Florencia, en Italia real presencia.
Lo percibo en su escritorio, su estudio, su adoratorio, sobre cartulinas, gises, manos de mil directrices.
En restirador de oficio diseñador de artificio, por pinceles, colorantes, ¡quién trabajara como antes!
Su chispa no decrecía, hasta veinte horas al día de trazos sin un pretexto, cruel embolia obtuvo, presto.
Aún con la enfermedad laboraba sin piedad, tres décadas siguió dando inspiración, ofrendando.
En dos mil diez falleció, solo así ya no ejerció la profesión de “monero”, nada dejó en el tintero.
Su equipo, plumas, pinturas de diferentes texturas, los resguardan entrepaños, ¡cómo han pasado los años!
Mas, gloria no lo abandona, es cátedra en la Sorbona por sociedad mexicana, en Francia su extensa fama.
Mi homenaje, pleitesía, con esta humilde poesía a Gabriel Vargas Bernal ser humano . . . excepcional.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 25 de mayo del 2020 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Um poema não é feito só para agradar... Ele é feito.
Um poema não é feito do jeito que a gente quer... Ele tem vontade.
Um poema é para dizer disparate. Mas que tudo seja dito com Arte.
Fazer um poema é como quem prepara uma armadilha: Sempre quer pegar algo.
Fazer um poema é como quem arruma uma vitrine: Escolhe-se o melhor ângulo, o melhor traço, o melhor efeito.
A.J. Cardiais 17.03.2010
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Poeta
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CICLÓPEO CONJETURAR (Neosurrealista) Fue allá donde comieron las alas fieles entre las olas las montañas. Allí las botas dibujan el miedo del cartón. Los esperados borradores del venado en flama de corta falda. Y anuncia al hueso de la última lechuga. Como úlceras de la madera milenaria, del fuego y la ignominia, Espejo parabólico, espintariscopio, fluorescencia, que habita en los suburbios calcáreos de la memoria. Los pájaros son una despedida, árbol, antigua voz del arte, en la insegura sombra de la suerte, la memoria se llena de caminos, lágrimas recorriendo la monotonía de tejados y alamedas. He reconocido con sorpresa y piedad, la permeabilidad, del peróxido, del frío sonámbulo, en una tregua, donde reconstruyo con extrañeza, paludrina, usadas moscas de clorofila, quimiurgia, como medalla, en cualquier ojo. ¡Resonancia termoquímica!. Llenas las escaleras de inquietos féretros, van sembrando gotas en el océano el verde, de noche sin desesperación sigue verde, tan verde como rojo y azul es el blanco. Ya defendía lo muerto de su propio ruido, de las ruinas, Factoriales fallas en fermentación, fauna del halógeno, que desde que se escribe, son remotas, pesadillas del magneto. Mira cómo se acerca hasta la cama: Viste de gris con herencias sigilosas, de uno el tres hasta el nueve, que solía fabricar, seda viscosa y sepsis, ¿Dime si puedes, en qué piedra, por favor en qué ayer?. Nadie me dijo que comenzarían, con cáustico caucho, hoy, con roca plutónica, los siglos de la noche. Entre lunes delgados, flautas para jurar que el pobre corazón, De gravedad específica, gime en campos luminosos. Debemos escucharle al bosque su nada, que importó nada. Pero cualquier capítulo lo tengo, en rayos beta rojos. En la tierra misma, que entre ellos forma un nicho, de meteoritos con su metabolismo, a los aires y lluvias resguardando, del huracán de huesos, que la naturaleza, por capricho, fabricó en un terreno muy quebrado. Ya minado en letras. Ríe, salta, corre, vuela, bebe y olvida. Al triángulo dinámico. De los cobardes, letal veneno, con dulces esperanzas, puesto que al vivir todo es un poco rosa, zorro hambriento y colorado. Un hombre hecho y deshecho os habla. Del alivio suelto en un ciprés. Porque distinto soy, cada año, en alguna cosa, arena ruda, y a los pinos taciturnos veo con ósmosis y ozono, Mientras las cortinas decoran los caminos prohibidos, que se han cruzado de brazos en un teorema. Porque llevamos el paraíso, una cadena, con voz de eternidad, de vértebras de vidrio, esponja y espora, y de allá llama. Del más allá, con su daguerrotipo invencible. Porque le duele, inmensamente, al corazón divino, la soledad más mínima.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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A poesia arte, é um artifício. A poesia ofício, é uma profissão.
O poeta "anão", faz poema por vício, e faz sacrifício para ganhar o pão.
O poeta astro está tremulando no mastro, para qualquer ocasião.
O poeta "peão" está segurando no lastro, para não cair no chão.
A.J. Cardiais 25.01.2017
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Poeta
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A poesia é um sentimento que o poeta coleta no vento. Vem como um perfume ou como um vagalume fora da noite.
A poesia é como um açoite em determinados momentos da vida. E o poeta, como bom escravo, nunca fica bravo: transforma numa coisa divertida esta labuta.
Poesia é como capoeira: hora é arte, hora é dança, hora é luta.
A.J. Cardiais 23.01.2017 imagem: google
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Poeta
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APALABRADO LECTOR
Estas letras serán solo, lo que deban ser, en el lector que sea, es él quien les da vida.
Más allá del espejo, del que reflejo son. Del espejo solo, más allá del reflejo.
Nacen y mueren, mueren y nacen, en cada letra, en cada palabra.
Y no pueden ser, ni más ni menos, que lo que dicen, y aún más de ello.
No tienen ningún valor, si no hay quien se los dé, Valor sin valor solo, sólo el valor que no tienen.
Serán solo palabras solas, solo soledad en el infinito, en el infinito que no tienen. ¡Tan finitas son, solo finitas!.
¡Oh, arte de la palabra!. ¿Qué eres?. ¿Cuándo, cómo y dónde?. ¡Sin el artista!.
Creación sin creador. ¿Qué es eso?. El arte con el artista, en él nace y muere.
Si no es así. ¿Quién lo afirma?. ¿Quién lo niega?. ¿Quién lo sabe?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Numa parede é possível conter uma obra de arte... Uma parede quando parte, deixa cair montículos de rimas.
Paredes: obras primas do pedreiro, que ganha dinheiro construindo casas.
Uma parede ganha asas sob o olhar do poeta, que vê além da estética...
Mas o poeta é um louco, que vê num reboco uma imagem poética.
A.J. Cardiais 24.07.2016
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Poeta
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O espírito da arte. E os fantasmas do tempo.
Impossibilidade de achar uma escala absoluta para determinar o valor de uma obra de arte. Valor relativo da beleza e da feiura. Origem dos nossos sentimentos estéticos. Origem das nossas ilusões sobre o valor absoluto das obras de arte. A arte não tem por fim reproduzir fielmente a natureza. A obras de arte exprimem os sentimentos, crenças e necessidades de uma época, e transformam-se com ela. … a arte como prazer, a arte como expressão e a arte como conhecimento, pois as questões referentes à arte são tão antigas quanto a própria origem da filosofia.
Mas tudo isto conservará em alto grau carácter insular. Isso resulta do facto de elas representarem a efusão natural dum cérebro um tanto excêntrico e que compunha dominado por uma espécie de obsessão. No entanto, o princípio da falseabilidade não é critério único para dar garantia ao processo de pesquisa científica, já que a própria teoria da falseabilidade pode ser aplicada a si mesma, o belo pode ser um dos atributos da arte, mas não é o único, tampouco o mais importante. O feio também pode ser arte. Além disso, existem proposições em que o princípio não é aplicável. A interação ambiente/organismo gera informação e esta causa mudanças no comportamento do organismo, que por sua vez causa alterações em seu ambiente, processo equivalente ao do feedback estudado na teoria da informação.
Desta situação decorrem dois fatos: 1) Não existem valores absolutos e eternamente válidos para todos as espécies de seres que existem e existiram; e 2) Muito menos valores humanos válidos para toda a natureza, inclusive a humana. A primeira dificuldade apontada concerne à questão da comensurabilidade. Isso porque quando duas coisas - objetos, pessoas, fenômenos - são comparadas, presume-se que se possa medi-las em igualdade de condição (suposição, muitas das vezes, errônea). É difícil imaginar hoje a possibilidade de, em algumas páginas, definir o pintor ou a pintura, o artista ou a arte da vida moderna, pós-moderna, contemporânea, ou como se queira chamar-lhe. Isto é, dirigir-se à actuali-dade, que sentimos como cada vez mais complexa, e traçar-lhe o retrato, a essa actualidade que temos cada vez mais dificuldade em convocar como realidade, em dizer como experiência, ou sequer em configurar como nome.
Não há como mensurar qualquer fenômeno estando fora da história ou da sociedade… se a razão busca uma soberania irrestrita sobre a natureza, ela coloca o humano contra si, do mesmo modo que a natureza o faz quando exerce uma dominação total. Neste último caso, o homem seria um selvagem; no primeiro, um bárbaro. É preciso um singular poder de observação para tornar sensíveis tais particularidades de matéria.
Uma vez presumida a impossibilidade de apreender por inteiro a realidade objetiva, a capacidade de “prestar atenção” (em um número reduzido de estímulos) passa a ser considerada condição de uma subjetividade plena. Trata-se antes de um episódio desseeterno movimento pendular que faz com que a um período de frivolidade suceda um período severo, a um período de liberdade um período de disciplina, mas hoje uma data de gurus universitários, todos a darem-se ares de iluminados para os centenares de alunos que vão dormir a sua marijuana ouvindo-lhes os sermões psicanalíticos, estruturalistas, etc… Tal maneira de ver não teria suficientemente em consideração a complexidade das coisas.
É importante perceber que muito daquilo que tendemos a encarar como “natural”, principalmente no que diz respeito aos valores, costuma ser muito mais uma mescla obscura de orientações morais cujo delineamento e defesa podem ser encontrados em muitos pensadores. Embora tais armaduras simbólicas sejam eminentemente invisíveis, elas possuem também uma parte visível – aquela parte que nós representamos com objetos e imagens.
E tais representações, é claro, não se dirigem apenas aos outros mas também a nós mesmos, ajudando-nos a ajustarmos, embelezarmos e afirmarmos o direito de utilização de nossas armaduras. Grosso modo, se antes uma representação aludia a algo “em si”, como referencial objetivo, passou-se a entendê-la como algo que foi visto por alguém, em sua particularidade e em meio a instâncias dispersas. E o que caracteriza a pulsão é sua plasticidade, de modo que ela pode ser investida em objetos muito diversos, de formas muito diversas. Mas, como é fácil observar, a experiência imaginária do humano, este ser mergulhado no simbólico, é muito diversa da experiência imaginária do animal, no qual se pressupõe simplesmente que certas imagens os impelem (instintivamente) para ações específicas, como no caso das imagens que atraem sexualmente.
Trata-se, é preciso reconhecer, de uma questão difícil de responder, em parte devido ao grau de enraizamento de tal ideia em nossa cultura, que faz com ela permeie, em formas bastante variadas, uma infinidade de representações.
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