Y sus ojos se detuvieron en los labios de su amada pensando que eran sus ojos los que verdaderamente hablaban. Por cada milímetro de la sonrisa cien mil cometas surcaban por el universo de aquellos cabellos cortos que suspendían a la misma Nada. Él escuchaba lejanas palabras a la luz del celular entre las sombras sombras de un Tiempo antiguo con brisas de auroras pasadas. Desde lo más profundo de sus Células descubrieron un Secreto vedado: se percataron que se escucharon antes cuando la luna se hubo apagado. Todo no fue lo mismo para Ellos al sellar con tres besos el pacto adormecidos en sus nieblas astrales sus labios, sus ojos, se evaporaron.