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Eras como un pescadito en el fondo de la alberca zambullido en forma terca por el fuerte solecito ya estabas bien tostadito, nadie te podía sacar te sentías en alta mar en esa linda piscina de forma graciosa, fina, nadabas cual calamar.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Temixco, Estado de Morelos, México, a 01 de abril del 2024 Dedicado a mi nietecito “Tady” (te amo a tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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ESCONDER EXPEDITO
Guar Daba... La mirada la lechuza noche, la cortina, el viento del momento, al batir las alas. Ccon el rojo huyendo!. Al fondo de las calles.
Guar Daba... El eco absurdo del veneno solicitando, audiencia de alcobas al fantasma, del rostro de los renglones colgando, el eco encerrado, en la cera prometida. ¡Del violín enfebrecido y alberca dura!.
Guar Daba... El precipicio al primer paso respirando. El brutal desprecio de cualquier vida. El vicio hecho virtud, de todo subsuelo. ¡Al peinar la plata incomprensible!. ¡Al estupor de las nubes acomplejadas!.
Guar Daba... El drama atroz. La lengua de paloma disfrazada. El premio a la ignorancia imprescindible. La rapaz fuente, bordando los manteles. El arte dormido de los instintos.
¡Guardaba el encanto de los sueños!. In Vi Si Bles. En los rincones. De la memoria. ¡Olvidada de sí misma!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EN ALUMINIO
Embriagadas, aquéllas copas, bajo la nube, que árbol de la vida vino, anclado en muerta uva, y cebada caña. Engaña el cáliz. De raíz en flor. En polen, viento y clorofila. ¡Afilada arena alma alada!. En la pluma tinta. En la mano mana. *** I ***
Copa capa canta. Embriagados dedos dados. ¡Adoloridos adormecidos!. Sobre otra nube carta. Escrita en hoja ciega, bajo el otoño, que verde en la rama reina, encerado en blando acero, y cuenta nadas, en alberca seca.
*** II ***
Embriagados, en brigadas. Al abrigo.De cañas uvas y cebadas muertes. En el árbol. En su copa. Una raíz en flor. Helada vive. Helada muere. En aluminio.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Pequeño réquiem
Tuvo un instante un poco enterrado. Amanecer imposible Del sol, ocaso, hambriento. Nada, era ya libre, de alberca. Barca de vidrios viajeros ¡Vamos, de los nuncas, a los tal vez!.
¡Pequeño, pequeño, réquiem!. Réquiem. Réquiem... ¡Muy pequeño!.
En el invierno que arde. Nieve a nieve en cada faro encallado... Con el silencio enfrente Con los muros transmutados Inmensamente momentáneos ¡Quemados los fuegos!
¡Pequeño, pequeño, réquiem! Réquiem Réquiem... ¡Muy pequeño!
Otra vez, y muchas más ¡Helados los hielos! ¡Quemados los fuegos! Tuvo un bailarín su turbio amanecer de alberca hambrienta La falda, el volcán, la espuma. Del sol viajero-De lo mismo ¡De viejo a nuevo réquiem!. Pequeño requiem, pequeño Tan pequeño de nuevo.
Pequeño, réquiem y viejo. Del anónimo inocente ¡Débil chispa sin más pasado!. ¡Quemada flama!. ¡Hilo deshilado!. Imposiblemente. Desenterrarse.
Réquiem. Pequeño réquiem. ¡Muy pequeño!
Del Sol ¡Qué tuvo un tubo! En la nuca... Del nunca volverá..
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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*Remoto rueda*
En el alma silenciosa de un sueño, resuena cada ruiseñor su rueda, en la obscura alberca de una montaña. De azucenas por la tarde, con la voz de cien raíces, y un águila en el corazón de un sapo.
Remoto, remoto, remoto, rueda y rueda.
Venado fugitivo hermano de arrecifes. Abandonada lechuza, plata y flauta. ¡Pradera de altares!. ¡Frío en la cabeza!. Con los nietos quietos. ¡En los moribundos espectros!.
Remoto rueda, remoto rueda.
¡Amor que vuela campanas procesiones!... Contigo, sobre agrias nubes. Conmigo, pálidos apenas. Follaje de sonata, valle, hierba, muro. ¡Alma devastada de novicio!. Con El... Bosque púrpura de lepra. En El pasto albergue de una oveja.
Remoto, ya rueda, remoto.
Por la espalda del recuerdo. Hermano helado del reloj. ¡Corona mercurial con extranjeros!. La oración de sábanas ancianas. Sublime cedro en cejas. Con El Adobe cadavérico en la frente.
Rueda, remoto, rueda.
La ciudad boca de panteones. Himno de gusanos, atribulados, tiburones. ¡En un camello piadoso!. ¡En una tempestuosa aguja!. La cruz de un gallo, que no funciona, en la ejecutada cadera de una enredadera. ¡Rueda el ruiseñor perdido!.
Rueda .....El ruiseñor ¡Perdido, rueda y rueda!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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