CONCURRIDO VAGABUNDEAR
Porque...
En sus propias tierras moran mientras.
En las emociones que reparan.
Abarcando.
Con ellas sus largas lenguas.
Los ecos que estremecen.
¡Al qué del qué desnudo!.
En el cenit del tiempo estando.
En el fango que apaga cielos.
En la luz.
¡Que a la noche escucha!.
Al ventanal.
¡Habitante de los vidrios!.
Concurrido.
Vagabundear.
Del eco.
En la tensión qué huele al día.
La embajada del escorpión.
Por
La voz.
Del infinito en la nada.
Como.
El oso que labrara en papel.
Al oír el silencio fermentarse.
Los antiguos ecos desplegarse.
En los pasados de los puentes mutuos.
Los años de la madera curiosa.
Estimadas apariencias convergentes.
Los puños señales de barajas.
En las fieles exclusiones del ser vivo.
Vagabundear... ¡Oh, sí, vagabundear!.
Por lo que se es.
Concurrido.
Al llegar a ser igual.
En las fallas exaltadas de las épocas.
¡Convulsas!.
Las palabras se reúnen bajo el suelo.
En los nombres inveterados.
¡En el cielo prohibido que la calle calla!.
Al empedrado mudo rueda duro.
¡En la cúspide que encierra el áspid!.
Bajo el asombro intacto.
Las óptimas maneras inesperadas.
Por los énfasis comunes incluso.
¡Al pleno y demacrado rostro!.
Por la propiedad del aire en frascos.
¡En la devoción indefinida!.
Donde las cosas pasan.
Día del ayer, leve visión, hogaño.
En la gradual sorpresa.
Entre la clara raigambre.
De la inmanencia disímil.
Mientras moran tierras propias.
Donde se vislumbran. Los contrastes curiosos.
¡Los extremos del pesimismo!.
¡Los excesos del optimismo!.
Al entendimiento.
Incomprensible.
En el cenit.
Convergentes.
Del
Vagabundear concurrido.
Por ser...
La inmaculada nada, sueños desnudos del tiempo.
En la tortuosa trama.
Pantomima del follaje.
En la madeja memorable.
Aromático pésame.
En la pirámide plenaria.
¡Reavivar el desgaste!.
Por el sudar al suelo.
Por el textil textual.
Al vínculo volcánico.
La disculpa dispersa.
El enternecer entusiasta.
La impermeable indiferencia.
¡Concurre vagabundeando,
en el tiempo estando,
raigambre clara!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez