AMADA DISCREPANCIA
Este ha dejado de ser mi tiempo en la piel que arruga cada piedra con el aire marchito por la nieve madura la tarde por la yerba del clima seco por la uva apagada, enrojecida, al último, resplandor, afligido, del sol perdido.
**********
Vestiré al camino con caballos de terciopelo en la montaña del verano y mesas entre las cajas del invierno corriendo por las venas del último otoño llorando fuego, su vieja fuente de primavera de la muerte el horizonte acariciando los dientes de una nube triste.
**********
Así la soledad se viste con luceros de la miel fundida entre las nieves con el metal de alegres mariposas en las frágiles palabras anudadas al ímpetu colgado en las paredes semillas del agua turbia ruines con abismos insaciables grises.
**********
Serena la noche alza el viento de un lamento amargas desventuras enguantadas en honda sacudida el coro resucita esa voz lejana de la piedra donde muere el tiempo en el hórrido caminar de los relojes al margen del péndulo doliente desencanta la ilusión al desflorarse el herido arroyo por la penumbra.
**********
¡Rinde, alma, el silencio del remanso con la turbia voz del llanto saeta fina del corazón breve golondrina esquiva la bruma del éxtasis cansado!.
**********
Más pesado que una noche en vela, viéndole al perfume su silencio, en el espejo de las olas descendiendo, por la pulpa de la espuma del encino, y los pétalos danzando en esos peces, iluminando la columna vigorosa, que gotea, amada, que gotea amada... ¡Discrepancia!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|