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“Un adonis verde ariete . . .”
México, su Capital requiere apoyo vital por el smog detestado debe ser reforestado.
Entre otras varias medidas que han de ser decididas para evitar contingencias ambientales inclemencias.
En Paseo de la Reforma un intento adquiere forma, ahí en el cruce con Niza la ecología se energiza.
Día Mundial del Medio Ambiente natura abraza ferviente a este joven “viejo de agua” que plantado busca fragua.
Con su espíritu del alma, la ex “Glorieta de La Palma” presenta nuevo semblante, el de un ahuehuete rozagante.
Que hoy empieza a echar raíces bajo asfalto, sin barnices, la esperanza lo sostiene incipiente fronda tiene.
Que este ciprés mexicano de Moctezuma árbol sano bien se logre, se eternice, por las nubes se deslice.
Lo riegue lluvia bendita la ciudad lo necesita fresco adonis verde ariete para salir de este brete.
Oxigenando las vidas al aire le cure heridas entre edificios paisaje con las aves maridaje.
Ojalá que mucho crezca y siempre se enorgullezca de ser guardián de sufridos seres desaparecidos.
Al cielo va mi oración: que aguante contaminación, que de sed jamás se muera ni le afecte plaga fiera.
Que no lo atropelle un auto ni lo dañe algún incauto, que no sufra vandalismo ni se caiga por un sismo.
Que lo cuiden pido en ruego sin que alguien le prenda fuego, rayos, marchas sobreviva y que miles de años viva.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 05 de junio del 2022 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Me subí a una jacaranda, por mi madre soy Aranda.”
Jacaranda de mi vida de la copa consentida, hojas verdes, terciopelo, sedas que besan el cielo.
Árbol de corteza agreste personalidad silvestre, brazos fieles columpiados, nudos, brotes desmayados.
Si te meces . . . preferida en Tacubaya querida, la Condesa por Narvarte con sentimiento abrazarte.
Coyoacán, semillas sanas tortolitas en las ramas follaje que vibra al viento fragante de terso aliento.
Que bonitas primaveras, flores lilas mañaneras moradas de azul violeta, malvas de corola inquieta.
Tu fronda, sombra mi manto ha llorado suave, tanto, rocío intenso pegajoso, sabia de néctar lechoso.
Procedente de Brasil, México tu tierno abril en parques, calles, leyenda, alfombras muy bien la senda.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Reino de Tacubaya, México, D. F., a 01 de abril del 2016 Reg. SEP Indautor No. 03-2016-070109301200-14
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Poeta
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SINCROTÓN (Experimental filosófico)
Algo en la sangre, sin cariño, arde, en las flamas pretendidas, por el apetito de las aguas buscadas, que se alejan en una separación infinita con la distancia que había entre los lirios, los hidratos y la luz polarizada, donde se orilla al sueño con pestañas de música. ¡Qué agreste furia, qué hórrido sonido, en tan pequeño espacio!.
Se va el árbol cayendo entre ciegas golondrinas, que limitan la piel de las nubes y sus criaturas. Por haber vertido en oscuros ríos la sangre de campanas, navegantes, que cogen los sabores y los hacen, un insistente instante en la flora submarina, donde recuerdan el beso los corales, y ya no darán, su hiel de verde espada. Por ese mismo tiempo, que abría las mañanas. Al convocar su ulular, entre viejos relojes. ¡Intuyo su presencia!.
El silencio, F de su voz. Quiero exam- A -inarlos todos, por mínimos que- C - sean atomizados, entre protones aleg- T -res y tristes gluones. Aún en- A -los sitios donde estuvo el NON tiempo hecho piel. Ya vive en el paisaje, V gozándose de sí mismo, al pasmo E un instante, soñar R . ¡Vivir!. Puro prólogo- B - Entre las ruinas de un efímero- A -beso consumido.
¡Entre negación y afirmación en la distancia!. Porque así era entonces, el ojo limpio de la mañana. Hoy ni los espejos saben como mira, cuando la edad de lino, daba las rodillas, en la sonrisa, más allá de los recuerdos, cuando los ojos están clavados en lo alto, y pasan nubes por el techo, pesadas como los camiones, que corren por el asfalto húmedo.
Hasta el pesado núcleo, mar sin estrellas, como espejo parabólico, en la noche cerrada y oscura luna, sin aplausos ni virtud, sin lauros ni juventud, entre los siglos nuevos, es la voz que aún suena. Pero no. Inútilmente llamo. ¡Hay tanto isomerismo romántico! Aquella voz que ves ¡Que llama, es… ésta!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Empeoramiento Frondoso
Los peores humos desayunan, las plumas temblorosas, de miedos nuevos, mordiéndole al pasado las arrugas. Dime si puedes: ¿Quién inventó éstas preguntas?. Si el hacerlas le duele a las respuestas. ¡Ven, vamos vamos!.
Vamos al jardín de las palabras. A labrar el alabastro menos fanático. A lavar la memoria, menos borrosa. ¿Qué dios necesita del hombre para ser lo que es?.
¿Qué dios sin alabanza perece?. ¿Qué dios necesita que lo ayuden?. ¿Es la noche menos noche si no la miras con estrellas?. ¿Ves más tú sin mis ojos, en tu piel que nada escucha?.
Ésto me preguntan los sombreros, que han perdido la cabeza, y los vestidos el cuerpo, y la voz la lengua, y el silencio la fuerza, como las palabras la razón, como la materia el espíritu. ¡Desayunando el humo al fuego, y la ceniza la leña el árbol!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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YO SOY LA PIEDRA INMOVIL ___Luisa Luisi (Poeta Uruguay)
Yo soy la piedra inmóvil junto al camino vivo, el árbol envidioso de la nube andariega: estoy sentada y muda al borde de la vida, mientras la senda sigue su marcha hacia el futuro..
Pasan inquietos seres, caminantes, arrieros parejas enlazadas y familias contentas, chiquillos juguetones hirvientes de energías, pasan ancianos, pasa la juventud...se van...
Pasan, pasan... Yo siempre en mi lugar estoy... Soy la piedra sentada un día y otro día, el árbol engarzado en la misma actitud...
Arbol, persona, piedra... Ya no sé lo que soy...
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Poeta
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RECOVECOS
Por El Insomnio ¡Qué vive! Fuera del valle... Recov...Ecos Dónde El lápiz a la mano escribe Todo lo que hubo fosforescido Del papel en la sombra blanco De los que nada fosforescerán ya más... Ni llamas. Del olvido contundente Arden veinte escándalos viviendo...¡Recovecos! ¿Llamas, llamas acaso al fuego, más ya? Por la luminosa seducción del eco
Dónde Llamas fueron de lo que fosforesció y murió ¡Entre la más abundante injusticia! Del encarcelamiento sin fronteras del eco Miles, miles, hieles, hieles, recovecos infinitos
¡Resonantes! Al breve febril trecho El inquieto fuerte libro... La voz anaranjada La espina germina... Del culpable letal fugacidad ¡Más allá de la mirada!... Miriadas de inocencias El párpado no otro es...¡Más allá de la mirada! Y por lo que agradeciese del desagrado ¡La siembra de seca sangre!... Ecos, recovecos Entre La pestaña del apoyo Entre La ofrenda lucidez del cautiverio El cauterio escribe con sus pasos Para beber del abismo el árbol
De la fuga mansa un lago... ¡Sangre, sangre, ecos! Recovecos... ¡Qué recoge al corazón la tierra! Como si todo lo sangrado hubiere agradecido sagrado... El mismo abismo en cada latido Por los nómadas tejado dulce Ágata desciende al fondo
Al peso penetrante del ramaje ¡En la noche que transmuta!...Cualquier aurora, sólo fúnebre la retina huele y duele, impotente. Al olvido del papel de la justicia hecha añicos Anegada en el semblante qué anubla todo cielo ¡Cuando la ansiedad aflige, y deseca! Al extremo de los portales... Recovecos infames En aquél regazo al rincón inerme, inerte, agudo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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POR EL FIDEDIGNO JUBILO
Con la felicidad intempestiva de las moscas. Trayendo lo que traerán de más menos. ¡Aún morir podemos en todas partes!. Al defecto del cuaderno aligerarse. ¡Dónde los manantiales palpitan!. Y coinciden trabajando las campanas. ¡Por estar abierta la virgen tierra!. Por ser más que un traje lo que trajo. Contaminada holganza, insalubre inacción. En la selva girando alborotada la muerte.
Por el amor dentro de un hielo. Por el dolor fuera de un hilo. Por el color de medias-noches. Horizontal el vestido en la llanura. Está acariciando inmóvil al silencio. Y apretando a la sombra el cuello. ¡Fidedigno deshacer cadenas indigno!. En la piel de la soledad urgente. Por pensar lo que habrá traído. ¡Nuestra inconsciencia al ambiente!.
Y no__En la consideración de las canicas. Aquéllo__Que en la espalda en balde intoxica. Eso___Que en la ropa se adhiere al árbol. ¡Así trajera lo qué hubiere traído!. Fidedigno___Donde morimos ya no lo sabemos. Por el júbilo___Muertos manchando al aire. ¡En la espada sutura del cruel carril!. ¡En la vieja oscuridad anónima infame!. El vivir terreno yacerá inmóvil algún día. Inesperado, dormido, al rincón de la penumbra.
Por no mirar, lo inconveniente a tiempo. ¡Aunque trajere un traje nuevo!___El fracaso. Naranja del anacronismo oruga___¡Solo fatuo!. ¡Todo lo arcaico del esconder moderno!. ¡Qué de nada ya vale con lo perdido!. En el tiempo que no exista ya más verde. En la hora que anuncia solo soledad gris. Siendo de la inmemorial vanguardia un grito. ¡Entre la discontinuidad prefigurada seca!. Una temblorosa serpiente rolliza disecada.
¡Por lo verídico del resignarse alejada!. En la madrugada recién nacida que ya no es. En la retina contemporánea un pensar sutil. Esperanzada___¡Entre una celestial sombra!. ¡Qué palpitan las edades previas mejores!. ¡Hogaño!___En la inercia brillar triste. Atravesando las monedas cualquier aliento. En la pasividad impenetrable alimento. En las rodillas anacrónicas del codo. Sincrónico el cuarto dónde los sueños duermen.
¡La felicidad de las campanas mortuorias!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MADERAHORA
Con la mirada en el almendro lejano cultivando bellotas ocasión de hacer ciruelos en la palma de una mano qué dejamos bajo el mar.
Una vez En la soledad arrugada En la silueta pastilla Natural, huye, arrepentida ¡El alma qué enfermó! Al poder amargo Al quitar al pequeño cielo Las estrellas con el fuego Encima de la encina Al cuello...
De una soga entre cucharas Al pasado sólo prendido El perro, empobrecido, vive su hambre, Marchando al marchar, huérfano, De la cómoda conífera al encender...
La pantalla, qué se mueve, qué proclama, qué da alas, ¡En las sombras, al pezón seco! Con el manantial qué, nada respira, ¡Una oruga, tocando al óxido! En los pedazos Inerte Los contornos de la huerta ¡Satisfecho del telar al talar del árbol! ¡Qué ya consume carne!.
Con El Ínfimo Tesoro...¡Sin silueta!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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La rana canta En primavera El que siembra...
Cantos de ciruelo. Es nube sin ceniza.
Luz de primavera. Árbol fresco.
Entre pinos blanca. Amor en amapola.
Roja salta. La rana la fuente. Jugueteando antes. Entre flores y abriles.
...Es en mayo brillante...
La primavera en la fuente. Y la ranita saltando. Bajo la fuente. Bajo el árbol. Es el canto.
Del ciruelo blanco y rojo. En primavera. El canto fue sembrado..
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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+ SANGRADO CIELO +
Por aérea sangre crecen hondas conchas. En el tacto de sumergidas flores En la danza de las perlas Hojas de voces noches ¡Arboles del aire! Marfil triunfal de los canguros Enciende los caminos azorado. ¡Por cada litoral un espejismo!
Los números elementales de la mañana. ¡Beben los congelados lutos!.
Por aérea sangre sabor tragedia En cálidas maderas encarnadas En las márgenes absortas Hombros del silencio llueven ¡Atormentados estigmas! Matriz perseverante de los años Escribe los nombres truncos. ¡Por cada cántico disuelto!.
Los incomparables tímpanos de la campana. ¡Bañan los estragos inhumanos!
Por aérea sangre perforado cielo En el absoluto los cabellos. ¡Envilecidos! En la duna de las tardes ¡Ojos de lenguas hienas! +++ Anidan balleneros +++ Marcha tenebrosa de los metales Escala los evasivos fieles. ¡Por cada fúnebre sosiego!.
Los Desesperados Árboles de la vidriera. ¡Barren los súbitos abismos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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