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Detener el tiempo, frenar la vida Para que razones no haya, fijada La hora los minutos quietos, mirada Triste de ángeles muertos, despedida
Que no existe, tras los años fundida La sangre con el cuerpo, deseada Paz que nunca llega, cruel estocada De luna llena, estilete hundida
Entre el corazón y el alma, bañada De sudor incierto, mano cerrada Apretando al mañana, florecida
En desiertos, aparecía tu amada Cual si fuera un cuento, de bella hada Sentiste que ella, no estaba rendida
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (Kurt)
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Poeta
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Soy un soldado, y eso significa, que soy juez y verdugo aparte, estoy de pie en ambos lados, entre la vida y la muerte estoy. Tomo curvas, estoy en medio de esta guerra, enfrentando a mi demonios, no importa que complicado sea, la oscuridad se ira con la luz, bajo el reflejo de la luna. Guarda tus lagrimas, para el dia del juicio, ven a paso firme, por tu propio pie, unete a la rebelion. Nos levantamos o morimos, es la hora final, la batalla nos invoca somos angeles de guerra. Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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La noche esta por llegar, nuestro legado se levantara, es hora de salir, mañana sera la noche perfecta. La luna llena saldra, con todo su fulgor, nos guiara, hacia la oscuridad. Angeles de la noche, criaturas sombrias, festejemos este momento, salgamos a disfrutar de la luna. Las sombras se liberan, es hora ya, de darle tributo a la noche, la fiesta de la oscuridad. Erick R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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cuando era niña y mi madre me abrazabapara para mi era como una rosa que se deshojaba ,cuando ella me miraba era como si un rayo de luz me iluminara y cuando ella me sonreia era como si los angeles cantaran . ahora que ya soy grande me di cuenta que lo sentido por mi de niña no era una imaginacion porque ahora cuando ella me abraza se deshoja una rosa cuando ella me mira un rayo de luz me ilumina y ahora se que cuando ella me sonrie los angeles canta..... te amo mama!!
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Poeta
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--Ay, compadrito del alma, ¡Tan sano que estaba el negro! Yo no le acataba el pliegue, yo no le miraba el hueso; como yo me enflaquecía, lo medía con mi cuerpo, se me iba poniendo flaco como yo me iba poniendo. se me murió mi negrito; dios lo tendría dispuesto; ya lo tendrá colocao como angelito de Cielo.
--Desengáñese, comadre, que no hay angelitos negros.
Pintor de santos de alcoba, pintor sin tierra en el pecho, que cuando pintas tus santos no te acuerdas de tu pueblo, que cuando pintas tus Vírgenes pintas angelitos bellos, pero nunca te acordaste de pintar un ángel negro.
Pintor nacido en mi tierra, con el pincel extranjero, pintor que sigues el rumbo de tantos pintores viejos, aunque la Virgen sea blanca, píntame angelitos negros.
¿No hay un pintor que pintara angelitos de mi pueblo? Yo quiero angelitos blancos con angelitos morenos. Ángel de buena familia no basta para mi cielo.
Si queda un pintor de santos, si queda un pintor de cielos, que haga el cielo de mi tierra, con los tonos de mi pueblo, con su ángel de perla fina, con su ángel de medio pelo, con sus ángeles catires, con sus ángeles morenos, con sus angelitos blancos, con sus angelitos indios, con sus angelitos negro, que vayan comiendo mango por las barriadas del cielo.
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Poeta
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Mire usted, Asunción: aunque algún ángel metiéndose envidioso, conciba allá en el cielo el mal capricho de venir por la noche a hacerle el oso y en un acto glorioso llevársela de aquí, como le ha dicho no sé que nigromante misterioso, no vaya usted, por Dios, a hacerle caso, ni a dar con el tal ángel un mal paso; estése usted dormida, debajo de las sábanas metida, y deje usted que la hable y que la vuelva a hablar y que se endiable, que entonces con un dedo puesto sobre otro en cruz, ¡afuera miedo! No vaya usté a rendirse ante el ruego o las lágrimas y a irse. . . que donde usted nos deje por seguir en el vuelo a su Tenorio, después irá a llorar al purgatorio sin tener quien la mime, aunque se queje. . . Conque mucho cuidado si siente usted un ángel a su lado, que yo, como su amigo, con tal que usted, Asunción, me lo permita, le aconsejo y le digo que después de Rosario y Margarita no admita usted más ángeles consigo. Estése usted con ellas compartiendo delicias e ilusiones todas las horas tienen que ser bellas; viva usted muchos años (como un humilde criado le diría) y mañana que sola o entre extraños se encuentre por desgracia en este día, si busca usted una alma que la ame, llame usted a mi pecho, y con que llame, si no estoy muerto encontrará la mía.
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Poeta
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LÍVIDO ENTRAÑABLE
Del oído desterrado el sonido. El viento aviento arenoso. El trabajo desempleado. Y de la visión arranco. Los ojos. Letras. Palabras... En la flama. ¡Qué muda la ceniza canta!. El cie lo sie nto cierto. Imperios Así Lo Depu Pilas... Gemas entre más. Los Lí Vidos fantasmas respirando.
¡La lluvia qué la palabra empaña!. ¡Qué el pensamiento empeña!. La conciencia engaña. ¡Húmeda leña!. Y Lo Que el muro ampara y enmudece. Lo Ciego Del cristal del último destello. Incen Dios... Ecos callados... ¡Qué pasman!.
De los odios escondidos en candados y... En los cerro jos, rojos, ojos. La historia arruga da enmaraña, da entraña extraña.
Odi Os in brújula ni ángeles de lodo El Monólogo lírico... Palpita hué sped, estribillo, martillo, grillo.
Y la campana escucha. El agua de una lágrima infinita. Y el sonido palpa. El desfile de los años redondos. Y la roca parpadea. El diálogo cansado de un crujido.
Lo ¡Qué flota en éstos ersos... Nada. Enseña, ni escuda la vida. Del vivir la diafanidad profunda. La Diafanidad profunda. Del sufrir humano al polvo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Aliento de música
Con ese perfume perdido ayer en el espejo de los íntimos arroyos encima de amantes diamantes regresa el interior. Transformado. Ennn. En los corazones del sonido Ennn. El Paisaje de perpendiculares latidos. ¡Dos, dos en uno! Una fusión de claveles Y margaritas qué azucenas rebelan En un trono de ternuras ligeras Catarata coloreada por siglos En otras alfombras ¡Mezcla de ángeles y claridad! Sideral... En sí mismo Brota ésa verdad ondulada ¡Valle del más allá! Inutilmente temido.
En sí mismo Intacto jirón de faroles De libre frescura Bello saboreo Despacio jardín con estrellas Y algunas veces. El tiempo. El Tiempo ¡Se detiene, se reabosorbe!.
En sí mismo Obra de homenaje Amoroso ¡Espejo íntimo del cielo! De musical aliento Sí, sí... ¡Musical, musical! El musical aliento eterno ¡Cada minuto en un siglo! ¡Cada siglo en un latido!.
Autor: Joel Foertunato Reyes Pérez
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Poeta
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Oda a un cerillo
Yo no sé. ¡Cerillo! Si llevo Enroscada una serpiente, un Ángel caído... ¡Qué tú cerillo... Enciendes! En el fuego Perdido de una llama. Por la mañana, una montaña. Yo no sé.
Caído han los ángeles. ¡Del cielo!. Azul, dolor, muerte, sangre, abundante, ser, infinito... ¿Y yo?. No sé, nada, cerillo, nada, junto al pez, de tu paz. De tu llama, perdido. ¡A la izquierda!. Es como un cero, siempre. Nada, nada. En el océano de mortales. ¡Derechas chuecas siempre!.
Número Sin valor ¡Para luchar! ¿Con ésa, retorcida, cruel, curva de círculos derechos? ¡Qué ciegos, ojos, no ven! ¿Dónde? El valor ha volado ¿Vuela, acaso, muerto ya? Justo, alado Y en el fuego Perdido La llama, muere, ser, infinito.
¿Y yo?. Amo, cada serpiente, cada pluma Con la Justa sangre... ¿Qué me muere?. Sí, no vivo, justamente, por el fuego. ¡Verdadero!. De ti, flama.
Y... ¡Cerillo! ¿O, eres, unillo... Unido? Unillo, simple fantasía Incomprensible, absurdo. Injusto, solo soledad. Unida entre infinitos. ¡Unido!. Sólo. ¡Como yo!. Enroscado... ¡A mí, cerillo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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