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¿Cuál es el cielo?
¿De qué cielo desconocido es el alma el tesoro?. Llave que llueve olores de tierra, de verdades sin nombre, sin besarse, las tormentas de silencios que arden, que pesan montañas, cruzando la muerte, la noche florecilla de un sol, mar de lámparas destruidas, sin defensa.
Única música de espada sin filo, sin filo, sin vela, una flama seca, en los bosques llenos de crepúsculos, riberas del sueño de abejas.
Figuras que siglos brisan ociosos, misterios sentados en cada roca, dice, qué dice, te ama, te perdona, y te mata, te deja en la ruina, te da una, y otra pobreza de mil colores, te vende sus dioses en una tarjeta. Y te pide que seas publicista, que necesita tu ayuda.
¿Cuál es ése cielo, que asesina los hombres?. Misterios de arcilla, de aliento prestado, hambrientos, ignorantes, llenos de defectos, infectos gusanos que abusan de sus hermanos, donde solo unos pocos destruyen a muchos. Y en los rumores del quién es. Todos se dicen dueños del único cielo verdadero.
¿Cuál, cuál es ése cielo de riqueza ambición?. Cielo de tropel cargado de ceniza y verano.
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¿De qué cielo vagabundo es el mundo tesoro?. Caminos de santuarios hambrientos, raquíticos destellos, del humanismo esquelético, espacios de tambores, que bajas coronas, diademas de velas, siguen y siguen.
El pleno discurso y su hermoso vacío, solo compañero del atroz exterminio. ¡Rostro donde la esperanza se pudre!. Se ve acabada la sombra de noches, noches de sótano, de cavernas hermanas, solo rodeado de escombros humanos.
¿Qué cielo es ése cielo?. Cielo que no duele, que ignora, que todo perdona, que asesina. Cielo donde todos hablan de un dios. ¡Un dios solo de ellos!. El mejor, el único, solo su verdad les cree, fantasmas, de aliento que necesitan respirar. ¡Cielo inconsciente del hombre verdadero!.
¿Cuál, cuál es ése cielo?. Del hombre enemigo de sí mismo.
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Solo hay un cielo que veo, con cada piel, con cada hombre que muere injustamente. Entre tanto cabello inconsciente, alfombras, lenguas de sillas, y lentes codiciosos, tan allá, como acá que se sienten, que se huelen. Inconscientes con el mismo pensamiento, corazón seco, emociones no nacidas, amor de momento. Solo copias baratas de amores de novelas.
¿Cuál cielo, es el cielo que dices, que es ése?. Un momento eterno, un instante de humo astillado. ¡Amor, egoísmo puro y celeste!. Perdón en cada rodilla, en cada noche que compra luz de mortal, dos, tres, cuatro ignorancias hermanas, en el pasaje acuoso del cautiverio, en lágrimas esenciales, que están en otras, hojas que emergen cultivando voluntades. ¡Paralíticas y débiles!.
¡Qué delicioso es este bello cielo!. ¡Qué hermoso es olvidar las atrocidades!. ¿En los hijos, ó que son los abortos de dios?. Deliciosas circunferencias mortíferas, que piden al cielo les viva su vida, cielo de orugas, dios fabricado al gusto, sediento de publicistas, ingenuos vacíos. ¡Hambrientos, hambrientos, de inmortalidad!.
¿Cuál es el cielo?. Acaso es éste, y nadie lo sabe. ¿O unos lo disfrutan y otros lo sufren?.
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Y éste, me dices, éste ínfimo cielo es de todos. ¡Verdadera matriz qué se aborta a sí misma!. en el solo sí mismo, interior, de ausencia perenne.
Una vez palabra, otra silencio. Una vez todo y nada eterna. Una vez cielo de todos los cielos. ¡Dentro y fuera al mismo tiempo!.
¿Cuál es el cielo?. ¡Y por solo una vez, sé sincero en la vida!. Pero no lo digas a nadie. ¡Respóndete solo a ti mismo!. Ser Transitorio Puede Ser El tesoro. También en el cielo, un desconocido mañana.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Del semáforo que apaga y enciende Para siempre como pena luminosa. De la tarjeta de crédito que te molesta Con la gracia de un usurero. De los impuestos y tasas Que te sorprenden todos los días. De las leyes y abogados Que te imponen un mundo sin gracia. De los médicos y sus enfermedades Que nos asustan a cada consulta, Que nos enferman a cada examen. De las creencias y sacerdotes Que nos quieren impolutos, En medio a la podredumbre. De la manía de un mundo virtual Que nos atrapa en una locura Que prohíbe el olor de la tierra mojada. De trabajar sin parar Para enriquecer y después morir Sin ver el sol que insiste en renascer. De las academias y sentencias Del bien vivir, Que quitan el placer de comer La alegría de caminar por caminar.
¡Esclavitud de cadenas partidas, De la alegría adquirida, De la tristeza prohibida!
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Poeta
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Para llorar nuestros muertos, Para dar cariño para aquellos que amamos, Para llorar con ellos nuestros infortunios.
Las lágrimas secan antes de que la tristeza se vaya, Las sonrisas fabricadas proliferan Como plaga de los tiempos modernos.
No existe tiempo para cuestionar sentimientos. No existe tiempo para ponerse triste. No existe tiempo para el alma librarse de sus pesadillos. No existe tiempo para enseñanzas del fracaso.
Estamos envolucrados en una corrida loca, Donde el reloj corre atrás del tiempo Y nosotros adelante del nada, llevando una vida sin fundamento.
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Poeta
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Invito el pasado Para ver el sol despuntar Y me embadurno todo De cosas que ya no existen. Caso no haya mañana Me acuesto y me deleito Con un presente pasado De no perderse O canto para olvidarme O grito para no enloquecer. Estaré aquí hoy De brazos abiertos, Aguardando que el pasado Salga de las tinieblas Y llevame para jugar,noviar... Y para borrar lo que se pueda.
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Poeta
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Ave carmesí de vida finita pero existencia perpetua, que entre nubes bailas al son que el dios viento toca para ti; eres luz en tu fuego de pasión y coraje en el calor de tu determinación y mientras vuelas a lo lejos tu ser es mi sol mas cuando vuelas cerca de la tierra eres lámpara que mi sendero iluminas; mueres mas la tristeza no se hace presente mucho tiempo pues a las cenizas de tu ser llega otro igual de hermoso, pero con diferente alma y que tendrá que empezar de nuevo y que me llevara por otros caminos, uno que persigo pero no solo para presenciar el milagro una vez más sino para vivir el proceso de nuevo, y te alcanzo muchas veces y te posas a mi lado, a veces por meses y otras por años pero siempre que estas reparas los daños y levantas los ánimos y aunque tan solo quisiera que te quedaras conmigo por siempre no puedo forzar tu naturaleza pues solo apresuraría tu ida, tu prisa, esa tu ansiosa prisa que te incita a continuar tu camino que va de la mano con mi destino, en que te alejaras más veces de las que te alcanzaré, velaras mi dormir con tu llama y en mis dulces sueños seré capaz de ver tu figura cobrando la forma del objetivo de mi andar a tu lado, que a pesar de tener un rostro cambiante te poseerá de manera ferviente para que en un instante mágico se consume la unión entre tres
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Poeta
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PREGUNTAS QUE DUERMEN
¿A dónde se han ido sueños?. ¡Qué vuelan sin alas!. Por las pajas de los amarillos amores, en la luz opaca, del ópalo ayer, que vela la noche, la flama, la cera del cero en acero. El hierro que hiere, la noche, que duele, que vela, sin rumbo. Una vez en la mano, otra más allá, silueta, silente, sinfín singular, en el tráfico, trágico, una casa, crepita humedades, marbetes, en mescolanza, olor olvido.
Burbujas sin cuerdas, cubiertas, de plumas y alfileres redondos. Piñas, ortigas, cascarones amargos, una rana inocente, ventana, rumor que cierra los ojos del mundo.
Muchas veces, pedazos sin voz, rampas salpicadas de pupilas, recuerdos de retinas, solo, un asombro fugaz, rompe un silencio, deshoja, un paisaje, de años.
¡De prisa, deprisa definitiva!.
Morada, que gime, violetas espinas. ¡Sueños desiertos, mirando vacíos!. Con la brisa, del hilo perdido.
¡Sueños, sueños!. ¿A dónde se han ido?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Llegará un día... Llegará un día de bienintencionadas dos semanas efusivas, fuente alegre, pequeño destello colgado del aire, divino desnudo de aguas dichosas. Un lecho en la tierra palabra dormida, una vez ligera, otra vez, abismo.
No es el día, es el corazón de luna, del espacio, un momento quieto, una mano, angélico polvo de sueño.
Llegará, llegará... Esa eternidad. Una vez, carne mortal. Otro, sueño juvenil, fuente de nácar. Más allá, bajo el cielo, siguen las aguas, los lagos, los lejos vapores, las solitarias plegarias, callado fuego, lágrima seca, voz de mirada dorada.
Llegará un día, de tantos, tal vez, en otros muchos maderos. Y serán las pupilas violetas, los violines himnos de palomas. Libertad sin adornos, transparencia.
Una vez barca, otra cristalina, mañana que nunca termine Llegará, llegará... Un día de bien eterno.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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[img align=center]http://www.latinopoemas.com/uploads/img4e56874099a82.jpg[/img] Sueños de espejismo, donde todo es relativo, en donde el suelo sufre un sismo y el corazón un ataque masivo.
Anhelos que no pueden ser compartidos o confesados a la sociedad, que en nuestro interior deben ser reprimidos y guardados en nuestra más profunda oscuridad.
Iluciones desperdiciadas, proyectos que no se pueden concretar, insomnio de madrugadas, palabras que no se pueden hablar.
Pensamientos fugaces y furtivos, miradas perdidas en el espacio, sentimientos irracionales, intuitivos, que en la mente se presenta de forma dacio.
Situaciones difíciles de comprender, que mas de alguna vez nos ha de pasar, cuando la lucidez se llega a perder al momento de llegarnos a enamorar.
Pero existe más de una forma de enamorarse, aunque no todas son las correctas y en problemas la persona puede involucrarse, quedando en posiciones deyectas.
Sentimientos llenos de melancolía, albergan los jóvenes y los veteranos, que dan origen a los versos de la poesía, y nos convierten en héroes o villanos.
Todo dependiendo de la situación, que se viva en el momento, si se tiene o no compartido el corazón, para que sea noble y puro el sentimiento.
Porque el amor no se toma a la ligera y no dura para siempre una cara bonita, pues para tener una relación duradera, la pasión debe ser limpia e ignita.
El amor no lo compra el dinero, nace de lo profundo de nuestro ser, por ello debe ser digno y sincero, para que se puede corresponder.
Al estar flechados el mundo toma otra perspectiva, creemos que todo se puede lograr y aun el muro más alto se derriba, cuando realmente se llega a amar.
Si aun no estas comprometido, dejate por el sentimiento llevar, pero si compromisos ya has adquirido, mejor busca la forma de la llama de la pasión avivar.
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Poeta
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EN EL SOLO TODO
En todo el horizonte no solo estás. ¡Sin estarlo, estás!. Como el mar de los pobres. Espejos, aquí también el agua. ¡Luce inquietos los colores!. Inquietos. Los. Colores...
En los fondos mundanales. Del paso ingrávido sensible. ¡Puente, andén, camino en fes!. De faz de paz de pez. De paz. De pez. ¡En el solo todo!. ¡Todo solo él!.
De faz de paz de pez. ¡Qué a los temblores nada quita!. En los fuegos hondos y los viajes. Viejos inviernos otoñales. ¡Otoñales primaveras!. Únicos puntos cardinales. ¡Luces movimientos perpetuos!. Hacia los verdes fruteados palpitares.
Todo En El Solo, todo en él.
Joven repetido acompasado de timones. ¡Solo soledad!. Una vez, mano fresca. ¡Confín sabiéndolo!. Hoy solo. Solo hueco de promesas. Todo en él, solo, soledad.
Collar de noches sin descanso. Suficientes nieblas meciendo espinas. ¡Solo soledad!. Abiertas órbitas regazo del vaivén. ¡Solo soledad!. Por debajo... ¡Mareados cometas!. ¡Perdidos qué no salen de sí!. Espumas. De. Burbuja. ¡Imprevista!.
Islastrodeshilado... Y cegador. ¡En él, solo todo!. Como uno de siempre suyo. ¡Amor de hojalata!. Amor, amor, de olvido... En el solo amor vacío. En la solidez plácida del todo interno. ¡Solo soledad!.
Amor al solo todo. ¡Firme mármol amarfilado!. En la entraña mediodía resplandor. Y escondrijo. ¡Melodía sin paraíso!. Con el absoluto insuficiente. ¡Del quién sabe simultáneo!. En El Horizonte. Todo. ¡Solo soledad, amor!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Escafandra frágil
Ave de toda una vida Viajera Fugaz clamaba caprichosa Irreprochable... ... ¡Un escueto batiscafo!...
Poderosa pócima preciosa Franqueza Es el alma navegante nocturna Es el tiempo pasado descolorido..
¡Frágil, frágil, escafandra!
Cuando despierta densa y grave Viajera submarina Con el ritmo de hipocampos Con el rito de gladiolas ... ¡Un escueto batiscafo!...
Viaja clara luz Cuando duerme ligera y goza Esa pócima preciosa Franqueza... ¡En recia mano! Frágil, frágil, sólo frágil.
Del monte la cumbre clama vida Del ave viajera Del capricho fugaz ¡Un escueto batiscafo! Poderosa pócima preciosa Deshoja las nieves En el fondo borrascoso de los cielos. En el duro palpitar de los escombros.
Ave Viajera Fugaz franqueza ¡Por la vida submarina!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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