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Eres la sensación más deliciosa Que mi piel haya experimentado Cuando te acercas despacio Casi sin rozar pero rozando Como si fuera un delicado pétalo Que pudiera perder su aroma al tocarlo Mas no sabes que es por ti Que a medianoche huelo a rosas Magia de tus manos en mi cuerpo Cuando casi sin rozar me rozas
©Vicky Toledo
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Poeta
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PILARES ACUOSOS
En las pupilas, de una lágrima la noche, estrella. ¡El parpadeo furtivo, fugitivo rostro!. En la ventana, el ave, el canto. ¡La selva salva el albo!. Vigor___Oso __En el invierno. La cueva__Del frío___¡Qué duele!. Al perro de ráfagas ladridos. Más en las pupilas de la noche, una lágrima. Del cielo. ¡Estalla!. El rostro albo... Oso, ave, canto. En la ventana que mira cada frío. ¡En el invierno, el infierno!. El tierno frío salva la cueva. ¡Al oso como al perro!.
Una Una Una noche los ladridos estrellados. Una lágrima, una ventana. Una selva de fugitivo rostro. De la vida que duele, que ladra. Y Taladra El Frío. ¡Furtivo!. En las pupilas, del ave, oso, perro. El hombre, infierno tierno invierno.
Una vez, entreabre al himno. Del sufrir, de la jornada, de la vida. Los ojos, las lágrimas, las estrellas.
En Los En los rítmicos inviernos. En los recuerdos confundidos. En las pupilas de cada lágrima. En las noches de cada estrella. Una vez. ¡Himno infinito!. Tal Vez. ¡Acuosos los pilares, ellos, los, pilares!. ¡Pilas, aguas, olas, ríos... Tal vez. ¡Tal vez____ Alguna vez___ Pueda ser posible!. ¿O será. Imposible. Siempre. Eternamente?.
Que____ Qué____ ¡Qué!____ ¿Qué?. El hombre aprenda de la historia. Del perfume dolorosa poesía. Del olor que, rosa, llanto y risa. Del amor que vive, solo vivo. (Vive vivo). Sin ser______ En la selva. Un parpadeo__ Sin alba. En la historia___ ¡Olvidada!. Una vez__ ¡Murmullo entre las muertes!. Otra vez__ Mudable. ¡Estatua!.
Arrancando... Los caminos, y los horizontes. Hasta... ¿Hasta cuándo?. ¿Cuándo?. De... Un infinito cuándo, cuándo, cuándo. De Una De una lágrima. ¿No verá sus pupilas?.
En Estos, aquéllos y los otros. ¡En sí mismo!. Pilares acuosos. Acuosos sus propios pilares.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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El tiempo me dará la razón porque todo lo que he hecho lo hice con el corazón, tal vez ni siquiera lo has notado, pero no me arrepiento de lo mucho que te he amado.
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Poeta
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Quizás el tiempo me de una señal, Tal vez lo que siento no este tan mal, Porque si al mirarte solo veo belleza, Tengo la certeza de que mi amor es verdad.
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Poeta
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No se si le pueda seguir mintiendo al corazón, ya ni siquiera se si se pueda vivir así, no puedo seguir escondiendo este sentimiento que me eleva el alma y me quita la razón. Ya no puedo mirarte sin sentir amor.
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Poeta
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Encontrarte y poder besarte Es como poder tocar el cielo en un instante, Volver de golpe a la realidad Para sólo poder contemplar La belleza de tu mirar.
Sin mas remedio que la distancia Me alejo de tu lado para ya no sufrir más, Ya que no puedo borrarte de mi mente Y menos de mi corazón Me voy de aquí muy lejos A aquel lugar donde no existe pena, dolor ni desilusión.
Si algún día te vuelvo a encontrar No dudaré en volverte a mirar Que esa mirada a los recuerdos me llevará Para vivir ahí toda una eternidad, recordarte y amar. Publicado por Mauricio Ignacio Neira Ag
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Poeta
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Los días pasan El tiempo avanza, Pero nada logrará Que mi amor disminuya.
Hoy me siento frente a la ventana Y la brisa del viento, Me trae tu aroma, Aroma que me transporta al pasado, A los bellos momentos a tu lado.
Es cierto, la vida continúa Las heridas cierran, Pero siempre quedan cicatrices. Hoy se que estoy vivo, tan sólo porque puedo respirar.
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Poeta
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ODA A UNA HÚMEDA TRISTEZA
Con ella, desmoronándose, crucificada, lágrima en un clavo, la abeja amarga alada.
La niebla impregna todo. Niebla. Impregna todo. Espíritu hasta el zapato. El apellido de mil nombres. Un día... Roto entre pantanos. ¡Fragmentos, añicos, pedazos!.
El pecho lleno terrible suspira. Pecho lleno. Terrible suspira. ¡Selvas, perfumes, tundra!. Dormida la lengua seca la boca. La lengua. Seca la boca. Seco el pensamiento. ¡De madrugada anocheciendo tarde!.
La triste. Humedad vuela desierta. El sol arena camellos. Los ojos, las agujas cada pestaña. ¡Una danza informe noticia!. ¡Cada vez, cien veces de cabeza!.
Los dolores... Huelen lentos soles sin ecos. Los ruidos inclementes. Heridas turbadoras agitadas. Recorren. ¡Un mar de piedras!. En cada planta. Bajo. En cada retina. Profundamente. Triste. Húmeda. Triste. Humedad.
Edad Humo Humanidad húmeda... Triste la tristeza. ¡Triste besa la rodilla!. Intranquila el hambre pasa. El hombre. Poco a poco... Resucita insomnes. ¡Los colores, pálidos, años!. Ermitaños, pequeños granos.
Triste grano grana húmedo. El campo. La nube. ¡Cada cielo!. Vano. Milagro. Un día____ Muere___ La tarde. El cielo corrugado. ¡Húmedo atormenta gris!.
Negra el rojo, el blanco, verde y amarillo. ¡Todos los colores cambian gris, grises!. Negra el alma. ¡Cuándo ahoga!.
Ahoga, ahogando, los ahoras. Entre las mañanas tardes de cada viejo otoño. Húmedo o seco, ya que importa. Entre. Los millones de secas raíces. Las nieves de los volcanes. Los caminos en callejones. ¡Tejedores harapientos del destino. Una Vez Aurora. ¡Siempre historia!. La Humedad. ¡El océano triste!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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[img align=center]http://www.latinopoemas.com/uploads/img4ebd48cf1dbdb.jpg[/img] Una puerta que rechina al abrir, es el preludio de lo que he encontrar, de la tristeza que he de sentir, cuando a mi casa he de llegar.
Mi voz hace eco en el vacío, sin obtener respuesta alguna, lo que me provoca un escalofrió, al sentirme solo como en la luna.
Camino al recibidor buscando aliento, pero no hay nadie a quien encontrar, solo sopla un gélido viento, que hasta mi alma ha de congelar.
Una sala totalmente desolada, sin risas o murmullos, ni sonido de radio o televisión, de vacuidad anegada, donde la nostalgia me apabulla, llenando de melancolía mi corazón.
Una cocina sin guisos en la estufa, con flores marchitas sobre la mesa, donde la soledad de mi bufa, acentuando aun mas esta tristeza.
Una habitación oscura y fría, carente de calor casa, sin ninguna compañía, me deja percibir como la soledad me abrasa.
Una cama desatendida, cálida como un trozo de hielo, me da la bienvenida, a una noche donde el insomnio pesca el anzuelo.
Donde las ideas llegan al amanecer y los sueños se vuelven cohibidos, cuando las lagrimas no se pueden contener, y el corazón acelera sus latidos.
Siento el frio de su ausencia, extraño el calor de sus besos y abrazos, me hace falta su presencia, lo cual me tiene hecho pedazos.
Por eso a veces no quiero regresar, y busco en que distraerme, tratando de esta situación olvidar, aunque al final esta ha de absorberme.
Pero basta ya de tantas lamentaciones, que nada han de remediar, pronto acabaran esas vacaciones, que mi familia fue a disfrutar.
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Poeta
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Unas cuantas gotitas de agua en el desierto son tan irremplazables y valiosas como sentir miguitas de tú ternura en la ausencia, que calmen esta sed por tu calidez, que exorcicen esta terrible angustia de recibir una vez más el helado manto, aunque breve, de una nueva orfandad.
Miguitas de tú ternura, que lleguen ágiles como raticos de frescura, de sosiego, que templen de acero el alma para blindarla contra la nostalgia, que estalla con tu recuerdo vivo y centelleante como halo solar, en mis labios secos, en mis ojos vacíos de ti.
Miguitas de tú ternura, que vuelen ligeras como libélulas jugueteando sin rumbo, pero que lleguen como bálsamo a restañar las heridas de mi corazón de tanto amarte y no tenerte, de suspirar por ti, de soñarte siempre, de quererte más y para siempre.
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Poeta
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