|
Discurso desenrollado
¿Qué mundo desemplea las letras? Se corta, cada corazón Enfrente de las arterias...¡Arteras! Al danzar del bronce... ¡Porqué!... Nadie puede divinizarlo.
¿Y cómo?___Ya, hay, ay, ahí. Desenrollado ese discurso. Y Los hilos hieles hielan pieles.
Discurso qué huele inmundo. Globo izado en sangres...¡Oleoso!.
Oleos multicolores y estrellados tres Y Fraternalmente -¡Duele, daña y deja heridos muertos!- Y, ya desenrollado, hay, ay, ya infinitos ayes. Ya Desenrollado... ........Planta plenos pies descalzos ......Como calzados tres tréboles ...¡Cuadruplicados cuadrúpedos! ..Perfumes____Plumaje gentil senil añil paraje anochecido arrítmico asonante desencanto engaño fresa sangre inocente franco fratricida huecos serviles agrupados del fuete frío furor espectro.
Discurso, discontinuo...¡Amor foseada lengua!
Marsupiales morzas miran moscos Aritméticos arteros armeros ariscos...
¡Vivimos enmuertándonos discurso del ocurso!...
Y aún muramos primero Gravedad se torna Todo el paisaje, discurso, plumaje, desenrollado.
Cuando en los brazos tuvimos Arrullos, arrollos, ollas ó vajillas, ¡No, al insomnio, no!.
Y enporquetados Por, por, por...
Scarniceras svelas sníceros sunos sbárbaros sderrumbes smundanales senglobales shojales sempalpebrados
Discurren, arroyos ondean uestras vidas disretoñando primaverales Frascos ¡Qué! Con un latido fresan higos luego al frasco.
¡Shshsh... sssS chchtt!
¡Oh, te morirás ayereado! Temorderás ahuesado Ahuesado temor darás ¡Amorido y afuerzudoroso!
Desenrollado Desolación por los ietemares Cielos Sin recursos y arrollados arroyos desecados...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Recuerdo canino
Perro Dorado Canoro Te alejas Por ladrillos Y Adobes de rejas Y Corderos de oros.
Fiel al coro ¡Amigo! Con el silbato Le dejas Los campos y las quejas El lobo y el lloro.
Y que la Liebre, vibre, libre. Can amigo De lejana tierra El acento Encanto danza ¡Fiel frágil néctar fértil!. Entre ladrillo y ladrillo, por los campos. Perro Franco Entre las alas de las tardes Donde álamos y robles son galas Y las hojas del viento Mueven Los cantos, pájaros, ayer y mañana.
¡Enmemoriando las infancias!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Tus labios inflaman mis propuestas Y de tanto besarlos en las protestas se me entrevera de hormonas la conciencia
|
Poeta
|
|
Muros invisibles
Se construyen mares nuevos. Día con día, cada vez más altos. Bajo el tiempo, nuevo, pedregal de pieles. Atrás del blando espacio___¡Repentino. Espesos____¡Caos de los fragmentos!. Amor humano inmóvil. Ayer de los mañanas. Ayer partícula ardorosa. En el nuevo retroceso del milenio. En el vago siglo de inocente década.
Muros atrapados en el ahora. Muros amorosos indiferentes. Muros adorados instantáneos. ¡Invisibles, invisibles!.
Hab Itan Tes De las nubes del bolsillo. ¡Muros invisibles re-no-va-dos!.
¡Cuánto amor hay por la muerte buena!. En la bondad a crédito per cápita. En los cadáveres verdosos de los ecos. En la piel de los dioses de las carnes. ¡Invisibles!. Los mares de muros se construyen. ¡Cuánta nueva historia resumida!.
Muros interiores____Piel del sueño. Amor adiamantado____Aliento del humanoide. ¡Párpados vigas pajas pestañas huérfanos invictos!. Del fracaso que se muere. Del ocaso que se mece. ¡Petrificada, la memoria, petrificada!. Como vivir y en vano vivir, en vano. En la eternidad fugaz del siglo. ¡Con el sutil amor de la moneda!.
Nuevos___Muros___Invisibles. En Los egolátricos plumajes amenazantes. ¡Aman!. Para educar a los temblores. ¡Temerosos!. Y edificar el aire de los gatos. Esclavos del queso y los ratones. Para honrar a los glaciares. ¡Campanarios!. Y cultivar ceniza en cualquier hombre.
Sí...Sí... ¡Con toda libertad paraíso del vacío!. En cualquier parte. Vamos, vamos. En La Danza gris de corderos asesinos. En El Canto amable de las cavernas. Y Alabar la tempestad del cementerio. Y Glorificar la muerte a cualquier precio. Todos, todos. ¡Solo de la soledad acompañados!. Invisibles___Carbones de los huesos. Diamantes____De los huecos muros. ¡En el hambre de minerales esperanzas!.
Pide cada terror a gritos al tibio miedo. La tercera. ¡Dimensión del inframundo!. Con la libertad. ¡Qué habita solo en las lágrimas!. Uni co len guaje. De los nuevos muros. ¡Invisibles!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Por tus ojos verdes yo me perdería, sirena de aquellas que Ulises, sagaz, amaba y temía. Por tus ojos verdes yo me perdería.
por tus ojos verdes en los que, fugaz brillar suele, a veces, la melancolía; por tus ojos verdes tan llenos de paz; misteriosos como la esperanza mía; por tus ojos verdes, conjuro eficaz, yo me salvaría.
|
Poeta
|
|
UN MENSAJE APASIONADO
Y es tu cópula fonética. Una melodía, Una metábola. ¡Función y unción!. Placer, antítesis y síntesis.
Un amor, amor indefenso. Amor invencible y posible. Analogía sin velos.¡Preciosa!.
Vivo tu sueño enamorado. Entre la piel del aliento. Si presente, aquí estuvieras.
La inocencia fuera más dorada. Con tu voz por el jardín. Botón y fusión sin confusión. ¡Estamos, estamos!. Expresando paradigmas
Lo código y desdigo sin glosemática. El placer de amar. Amar tu intratexto. Más pleonasmo que isotopía.
Utopía de nuestro ayer del humo. Uno de ceniza del ancestral fuego. Y derramar mi cúpula después de mis tropos.
Cambiando y combinando sin vino y con tino. ¡Cambiando a preposiciones omitidas!. Unción, pasión y melodía.
Un día de muchos tal vez. Las palomas vuelen bajo el agua. Y entre sintaxis y elipsis.
¡Nos amemos indispensables!. Pensables e impensables, con mensajes o sin ellos. Ahogando pesar en balanza y amistad. Pasión de pasiones y mensajes.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Corazón de cristal...
Lo damos, sin saber si lo tenemos, ahora, de instantes dispersos, de cada corazón, de los suspiros, pétalos y flores dulces, del tiempo vivido, en la memoria esquiva.
Emociones y besos... En las nubes alfombradas, palabra, letra, voz desconocida del momento.
Con cada, hora diminuta, pupila, de burbujas adoloridas, que danzan perfumes y colores, de creación y destrucción, que iluminan, que llenan. ¡Un poco el vacío!.
Y desde el alma, del sueño, del tiempo y espacio mismo, que hacen pétalos al viento.
Divina memoria, compañía de los recuerdos, de la vida tras la muerte.
Solo, corazón encristalado, corazón fugaz del vidrio, co-razón perdido del añico del siglo, década perversa, milenio del abuso, del engaño. Cristal cardíaco solo. ¡Corazón en venta, consciencia que se renta, hambre del metal, plástico-moneda!. Corazón ..De. ...Cristales. ---Como plata. ----Luna y sol. Que dan los que comprar el cielo quieren, al corazón del bolsillo, alegría barata y crédito, al mismo paraíso sobornando, ...por la inmensidad ...del minúsculos regalos robados. Toma los viejos deseos de siempre que nunca nadie alcanza y que desean… Los corazones que no laten. Ni humanos un segundo de primeros.
Felicidad sueño, egoísmo encarecido, cadena, éxito del uno, fracaso y daño del otro, el que sea, nada importa, solo el éxito, del egoísmo, y un siempre, ahora agradable. Sé que todo pasa… Dice al tiempo el olvido, callando. Pasa y pesa los pasados y mañanas del futuro. Pasa siempre… Los futuros congelados y anulados. Tú, ni nadie puede escuchar tus verdaderos lamentos, penas, deleites y miedos vanos. .... ni en mar, ....ni río, .....ni catarata… Toda cristal, ..toda alegría ...te ilumina. Cuando caminas, los caminos descaminados y gastados, ..con la piel. ....Desnuda y callada, ..lejana y cercana… Sin un demás, ------poco ni mucho… ------Justo a tiempo… ------En el tiempo ------del instante ----que se queda…
Transparente, palpitar de los latidos, y cristalino, lino.
Latiendo los alientos, lagos, ..cantos y llantos justos.
En el, ella, ellos, todos, nosotros, ...corazón, de cielos y de dioses, ..y en la memoria del aire, .la tierra, del agua y del fuego.
De los amores cuando se van.
Se van ...quedando .....como recuerdos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Monólogo del bronce acobrado
Pensaba, solo cobrizada, cada pregunta al extraño. ¡Qué al bronce, niquelado, le parece, el clarín, la campana de cañones, ó la trompeta, sin suerte, pacífica!.
¡En el deseo de cambiar!. En la fascinación de lagos lejanos.
En lo esencial metálicos fracasos. En...
El río de telarañas, deseo con alas, de tres rostros. Cambiar quieren, los cabellos, en emblemática sabiduría, contra cada pueblo y tribu. ¡De lagos insaciables!.
La púrpura, pareja. ¡Fascinación del territorio!. De los infelices seres humanos. En lo profundo de los anales. ¡Desconocido, el vientre, del jabalí!.
Deseaba, la piel roja, en el vacío de las entrañas.
La gente de pelos altos, puras y simples aleaciones, analfabetos, En los bronces, arrobados, en los estaños.
Paseaba, los deseos amonedados. Fondo de los nuncas, y ahogada sed. En el deseo de la madera, líquido de primaveras morenas.
Todas las leyendas, desmenuzando, las astas del ciervo. ¡Emociones con apariencia!. Logran degradarse las estatuas, y un recién nacido.. ¡Equilibrio, de la devoción santuario!. Momentáneo entre metálicas razones.
¡Preguntarse respondiendo!. En él.
El aliento de los plomos, avispas de campanas ingenuas.
¡Discurso del perdido curso!. Se pregunta. ¿Qué recurso lo contradice?. ¿Se lamentará de vez en cuando?. ¿Comprenderá en sí, la tercera flama?. Lo plantado, y lo Arrancado.
¿Qué la mano desempleada, se lee, con la noche desclavada, y siente hastiada la prohibida vida?.
En Esto... ¡Qué provocan, hacen de alpargata, y blusa a la gente!. ¡Inhumanos!. Humos infrahumanos.
Agrioaculturado trigal. ¡Perdida cada estrella!.
¿Perdonará cada grano de arroz, al hirviente aceite, embriagado de la escarcha, humedeciendo, los sagrados alimentos, los desiertos ahogados en sangre?.
¡Ninguna bala piensa pescadora Ni lana luna en cada vena vana!. Así Es... Así Es...
Esto del bronceado ¡Asoleándose!.
La cigarra de la arena, ardiente de veranos enrojecidos.
A veces, dices, de noche, en los párpados, soñando mejores tardes, cálidas, fresas, serenas, las horas vuelan. Creo, escucharlas bajo. Aquéllas estrellas apagadas, por las pestañas despiertas.
¡Piénsalo y siéntelo...Si puedes!.
De la piel, bronceada. Artificial-mente.
En la lentitud de los caminos, de los minutos inmediatos, de los elefantes diminutos. ¡Está la rapidez de las montañas!.
Una vez, los delfines de bronce, abrieron las plantas, antes del bronceado, suelo niquelado, entre pañuelos. ¡En su cándido, ocaso!. Ignorando a los cobres cerrados.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
Varoniles aves
Impregnados, al oírse, tres pálidos varones revistiendo, repugnancia, dogmática. ¡Escuchábalos!... Hechos un haz de matices Con la imaginación virginal vorágine.
Dijeron creo El rompehielos alfombrando En...Undívago diálogo Todo Fue un placer, qué con el amor, se adhiere, En un asir y desasir las horas.
Enarbolados pregoneros de la pradera en la banderola fragilmente atada arriba indiscretos los castaños flaqueaban la inocencia con la vida pagando así anduvieron antes del morir la tarde borrosos virtuosos y vidriosos los ojos.
Con frecuencia la esperanza la razón desconoce temerosa huyendo de la muerte. En el mundo No es otra cosa ¡Qué una trampa!___En la punta del abismo De las aves fieras errantes Aguilas hablando halcones escuchando cóndores amigables compañeros. ¡Tres varones emplumados! Todo cuento amalgamado recordando En el zigzaguear de la memoria...
Lo qué hubo El ensordecimiento previo
Pasado Desanduve imaginando donde estuvieron Emplumados Dialogando...Las solas aves fieras ¡Qué varones parecieron! Palpando nobles el grácil árbol ¡En la expresión undísona del viento!.
En el ayer seremos cazados cada día con la estrechez selvática del hombre la torpeza del ladrillo lejano por el campo en medio de la tarde bruma herida de la noche porvenir a comer ninguna en la desgracia del cielo atormentado en la palabra ambigua ungüento de cigüeña de la leyenda ahilada enajenante abajo vemos ultraje ropaje y embalaje ensoberbecidos rojeando cada celaje esclavizando encarnizadamente unos cuantos a miles de millones. Son Sólo aves del disociar Reblandeciendo, retorcer y torcer palabras, por el nevoso zurcir y atenacear del soez barroso y deshonroso ahombrado parecer de unos cuantos.
Reverenciados y transubstanciados dialogaban.
El águila batiendo soles de agua bajo el vuelo Dijo.
El halcón la luz buscando ahoras pasados y la liebre libre.
El cóndor la cordillera la res recién nacida negra y blanca en las plumas del invierno.
Escuchaba También las hojas, el aire, las ramas En la lejanía Montaña ys desnuda, el crudo frío, En la copa derramada Por tanto invierno Por el viento ensordecido Aquéllas aves, sin su vuelo Sombras heridas destruyendo En las ramas, hojas de los rincones Libres, aéreos nuevos días, esperando navegarlos. Por el cielo dónde corren sueños conquistando nubes Por el inicio del último horizonte Estaban.
Varoniles Aves Varoniles, aves, varoniles, aves. Estaban Estaban...
Ni en aquélla montaña, ese eco, ni éste diálogo, estuvo inmóvil, pendulando, casi nadando, por el escucharlo atentamente...
Por el depósito exótico del tiempo, Saltaba película, espéculo y ámbito fantástico.
Antes que muera, quise contarlo, salvándole.
Célebre triángulo plumajes dialogando ahora qué tradujese lengüajes enhebrando cuento al resurgir arpegio alado...
En la soledad sincera, En la novedad, brevedad y alegoría.
En el pensar de su decir, desanudando, plumajes vuelo garra dolores combates alegría recónditos magníficos símbolos aves dramáticas movimiento incursión ágil demostración salvaje vasallaje carnívoros dóciles titanes espiritualizados permanencia imprescriptible veloz fascinación atacar soltar aflojar temible suave tenaz flexible natural sutil insólitos otras veces.
¡Quedaron atrapados en el futuro! Creo, recordar, cómo fructífero satélite El cometa prismático del diálogo Intemporal caratula. Y Sin objeción, objetiva al objeto, matiz y luz.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
|
Poeta
|
|
OTRA FORMA DE DECIR ADIÓS
Sentado con los pies colgando
en el abismo de la obligada calma,
escucha paciente el eco perdido
dibujado en el crepúsculo de su ayer.
No hay miradas ni palabras,
ni gesto que rompa el ceño
ni bálsamo que herida sane;
un soplo de aire frío por respuesta,
un recuerdo que en su maldita o bendita
lejanía se vuelve confuso.
Sosiego impuesto
–voz implacable de la cobardía-,
que lleva en su aroma
el fuego de la pasión perdida;
que habla con palabra muda
inventando otra forma, mortal y rotunda,
de decir adiós.
(jpellicer)
|
Poeta
|
|