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El despertar
Al cumplir los treinta tres se despertó un monstruo dentro de mí. Me visitó, la locura, la fantasía, y la ilusión. Y me abandonó la razón.
¿Cuanto tiempo he dormido?, pregunté Bostezando, la locura respondió. Siempre he estado aquí. ¡Oh!, acaso no reconoces mi olor
Miré a la fantasía, con sus deslumbrantes colores. ¡Y tu, fantasía!, ¿Quien te invitó? Tu eres mi morada nocturna, respondió.
¡Oh!, ilusión deslumbrante. ¡Qué tienes que decir! soy tu verdugo cruel, que no se ha de cumplir.
Nilo
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Poeta
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El minuto perdido
He perdido un minuto En las profundidades de los surcos Tortuosos de mi cutis En la ausencia de tus labios
He perdido un minuto Buscando tus caricias Que estaban a mi lado Tu lánguida mirada lo ha reclamado
He perdido un minuto Buscando un amor fatuo Mientras tu cabello Rosaba mi rostro
He perdido un minuto Y mi vida. Ilusionado por fantasmas. Mientras tú estabas conmigo
He perdido un minuto Mi vida, y tu amor. Ahora triste y desolado estoy
Nilo
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Poeta
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CON EL CORAZÓN
Con el corazón plenos norte y sur están inquietos, sin el conocimiento, que no se atreve, a tenerles rencor en las limpias aguas, del otoño, en el lago, donde la luna es más blanca, del verano, en el río, donde el sol es amarillento, del invierno, sin nieve, donde el hielo le llora. Con el corazón
Como el mar, en su flauta de viajero, refleja, insondable en su brillo de suspiro, regresa.
Así es el amor, el fuego, el viento, de color idéntico, infinito, el cielo, el aliento, de sabor idéntico.
Helo aquí, alcanzado, profundamente entremezclado de pureza, en la verdad, del honor, humilde, soledad, amistosa.
Y una vez divina paz, alfileres de oro, jade musical, quietud, joyas preciosas, raras bellezas, sonrisa que vuela y no quiere ser misterio, sonrisa que sueña y si quiere ser, presencia vista. Y una vez divina paz. Una vez, divina paz.
Mas, ayer, menos, mañana, en el hoy profundo. ¡Otra vez qué vuelve, y se queda, otra vez!. Sin el mundo, el tiempo, el espacio, el hombre. Sin sufrimiento, ni el cielo ni la tierra.
Hacia un mañana donde pasado y futuro sean, simultáneos, y el tiempo y espacio uno solo, y la humanidad sea tan divina como su creador en todo lugar y sitio de la voluntad eterna.
Con El Corazón...Sin él, ó, a pesar de él.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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El sol se vertía sobre el mar en el horizonte, las olas irradiaban su luz, la espuma me transmitía su calor, el ocaso había llegado, la marea había comenzado a subir y el agua ya acariciaba mis pies, pero, teniendo tal belleza ante mí, ¿Cómo podría alejarme? Sé que no soportaría darle la espalda ni un minuto, sé que no sería capaz de negarle a mi piel la calidez del agua, no podía romper con la calma que el universo había creado solo para mí, así que permanecí quieto, me quedé quieto mientras el océano se vaciaba en el océano hasta desaparecer frente a mis ojos, mientras duró este espectáculo no moví ni un musculo y no pensé en otra cosa que no fuera la maravilla que podía admirar, pero que por desgracia solo yo podría contemplarla, no tenía nada a la mano, no había nada al alcance para plasmarlo, solo pude plasmarlo en mi propia alma, solo fui capaz de plasmarlo en mis palabras, solo un pequeño poema y yo seríamos testigos de esto, solo mi pluma y yo. Seguí atento y el día dio paso a la noche, la luna apareció y continuó con la hipnosis, continuó con el hilo de sueños que el sol había tejido para mí, antes de que supiera darme cuenta el agua ya me cubría hasta las rodillas, y de no haber tenido un asiento sobre la arena, probablemente el mar ya me habría devorado, pero eso no me importaba, mi alma se encontraba tan conmovida que mi corazón se negaba a permitirme el movimiento, era como un encantamiento que me había atrapado por completo, pero una nube me susurro al oído que era tiempo, que debía mover, el viento me invitaba a levantarme, pero no lograron nada, no, no lograron nada hasta que trabajando unidos nublaron mi vista. En un segundo se rompió el hechizo, por un momento se perdió mi luna, y de repente todo era diferente, respirar era difícil y mi cuerpo sucumbía al hambre, y aquel paisaje de belleza que fuese tan efímero en mi vida pero tan duradero para mi alma, se fue, quedo perdido entre mis recuerdos en un segundo, y a mí solo me quedaba un poema nostálgico y una imagen melancólica en mi alma para recordarlo.
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Poeta
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MAS ALLÁ DEL ODIO
Odio no poder amar más.
¡Con el amor del odio compasivo!. ¡Con el amor del creador por la creación!. ¡Con el amor del cielo por su espacio!.
Y no poder. Amar mas...Más al hombre, que al amor, que al dolor. ¡De no sentirlo!.
En El Odio el odio que no odia. ¡Ser lo qué es!. Y No amar al amor solo. ¡Sino también al odio justo!. Como. ¡Al pacífico guerrero sin fe!. ¡Qué no puede!. Con todos los odios juntos. Ni con el mal acabar. Un mínimo. Ni al desamor desatiende. Un máximo. ¡Con todas las ideas sin realidad!.
En El Odio del no saber. ¡Cómo hacerlo!. Y Saber Odiar bien la injusticia para. Que termine bien. ¡Más allá del odio!.
Y tan bien, que el bien, perdure. ¡En el mismo bien de odiar el mal!.
Sin pedir, a los dioses. ¡Uno, todos, verdaderos o falsos!. (Todos piensan que el suyo es el único). Solamente. (Pues todos piensan que sólo el suyo es verdadero). Quiero confiar en el hombre. (Pues también hay muchos que solo tienen cuerpo). ¡Verdadero y genuino!. En El hombre bueno y concreto. Aunque solo sepa que... No soy sueño y nadie me sueña. (Y qué también, que hay sueños no soñados).
¡Aún más allá del odio!. Aunque. ¡Antes de llegar al imposible!. Y Pensar si aún se puede. ¡Si es posible modificarlo después!. Y Sentir que no se puede. ¡Si, es posible, transformarlo tardíamente!.
En la hora que ora cada uno de sus minutos. En la hora que ora cada uno de sus segundos. ¡Como si fueran primeros en cada oración!. Más allá del odio. En el ahora. Más allá del odio. En el ayer. Más allá del odio. En el mañana.
¡Más allá del más allá al qué voy y del qué vengo!. Cuando dejo de ser el que soy. ¡En el fondo mismo de la ausencia!. Cuando sin ser nada, pienso que soy algo. Y que hay algo más allá del odio.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Sueño electrizante
Era elemental elevación electrizante, bajo el lago, el mar alto.
Un sueño, un sílice, un soportal, por donde resbalaba, una luz, un sol.
Dentro de mi sonochar. De nieblas brillantes. De luz profunda dentro.
¡Sueño!...Traum, sogno, ¡Sueño!...Dream, sonho, ¡Subir!...Einsteigen, get on ¡Montando!...Monter, salire.
Y sobre una gota de cielo, las olas como luna. Tanto en la nieve, como en el olvido, y en la noche en una gota.
Del invierno aquél.
Rodando los tiempos están contentos los árboles pequeños por los otoños deshojados, como en los libros hay siglos de la flor helada... Sin aurora fugitiva los tiempos rodando.
Y con todo el ayer, el ahora y el mañana, sin el azul del cielo, sin el rojo, negro, gris, anaranjado informe, una sola transparencia. ¡Desindividualizado!. Con la sola nada Soledad sola Y con el poder. ¡Qué nadie tendrá nunca!. Cuando haya retornado al pasado, arrastrando todo. El peso del futuro, como soñaría del fuelle del sompopo sonámbulo del día previo.
Bajo el lago el mar saboreaba breve la cintura de otras flores llenas de perlas de rocío de otros siglos Y... Sonríe y sonríe, cantando.
Por la inquietud de la brisa. Por las antiguas batallas. Por los primeros instantes. Tan poco de prisa. Tan poco de marcha. Luz y sombra.
¡Cada vez más puras!. Por las playas, por las playas De Elec Tri Cidad...¡Elektrizität, elettricitá!. ¡Sí, sí, te digo que sí!. De Electricidad...Eletricidade, no más.
Arenas entre manos y pies.
La luz del cielo se refleja. Desde el principal final. En el mínimo comienzo. En el color de desnudez. Azul de los egoísmos. azules padres máculas. fortuitos ornitólogos.
Por el hondo múltiple frontispicio fraudulento eléctrica menudencia hay un mar, donde el sol se baña rojo, y se esconde.
Con el Cartapacio Efervescente En el resquicio. ¡Repugnante!.
Un...¡Caos ordenado!. ¡Donde todo cabe y nada sobra!.
Un...¡Rayo divino!. De Tonatiuh. De Temoctzin al espíritu. De Tonámetl.
Y En éste sueño electrizante. ¡Un porqué!. Electrizante. Sueño.
¡Porqué siempre debe haber un porqué!. incomprensible!. ¡Un porqué absoluto!. ¡Un porqué radical!. Con todo de lo poco. Un poco. Del. ¡Orden caótico de oscilación permanente!.
En el corazón de Tloque Nahuaque. El señor...Del cerca y del junto. El señor...Dios de los nombres infinitos. El señor...Como el mismo siempre. ¡Que lo da todo y nada pide!. Ni aún qué se le adore o se le crea. ¡Con la mínima omnipotencia ó la máxima insignificancia!. Uno, todos, cualquiera, el único ó el ninguno.
¡Más allá de todas las verdades!. ¡Más allá de todas las creencias!. En Sueño electrizante...¡Es el señor del cerca y junto!. Sueño. Electrizante, y al despertarse. Se sabe. ¡Que hay algo más allá de todo!. Se sabe. ¡Que hay algo menos que nada!. En ¡La punta más profunda del sueño electrizante que puedes soñar!. Antes o después. ¡De que otro lo sueñe por ti!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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En busca de la oscuridad, corriendo a la luz, y el manto negro de la noche, cuando todo el hielo se desgasta, disuelto el calor de un rayo abrasador
Si cierro los ojos, se abre en un tribunal, el profundo dolor que lleva a mi dom. Ver Mantenga el frío mismo espacio, o agotamiento piadoso, indefinible!
Oh, quiero algo nuevo! Pero quiero que la soledad, y la existencia en negro Búsquedas mis ojos, la flor de la inocencia! Simplicidad! El miedo llama que brilla
Se me perdió en mi pasado oscuro ... abrazar la esperanza en el tronco de la tumba vacía.
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Poeta
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Yo estaba todavía en la oscuridad y se hundió a su sensualidad y de pronto, triste, me sonríe desde el cielo, la luna, Y vino a mí mirándome con ojos brillantes Si ofrece, tan desnuda, mi oficina Donde mis labios aterrizó poesía en vivo que no es más que el amor de la vida misma. Esa lágrima en mis lágrimas y se ríen de mi risa ver mis alegrías y mis penas sufrir El miedo de mi ira, y nido en mi tiempo libre la quema de color rojo en el pecho blanco y finalmente se besan los labios con delicadeza y me afecto mucho en sus ojos, susurrando para mí, princesa!
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Poeta
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Como un viajero de copo de nieve del viento, Me pregunto por la noche - Para ti, para mí, para nosotros ...
Ojalá, muy pronto, mis noches eran tuyos, Ya sea que su en mi alma, todas las calles Tan falto de luz de la luna!
Amor sin límites que a veces nos limita, de un amor prohibido es que a veces nos hace libres. Quería morir la muerte a la roca y la espalda. Así que cállate - grande es mi llanto No hay mucho más de lo que el amor
Tapas de negro los ojos abiertos .. Para que usted - en los sueños mueren sonriendo!
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Poeta
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Toma. Bebe. Te regalo cien poemas. Mis poemas.
Están hechos de sangre, de piel y de huesos. Haz con ellos un pequeño dedo.
Tapa el sol con ese dedo.
Del libro: 40 POEMAS Y OTROS TANTOS DESMANES, © Rogger Alzamora Quijano
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Poeta
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