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Que la guerra de mi vida siempre se ha luchado en dos frentes. Por un lado, el corazón, sin medida, loco, atrevido, inconsciente. Y en la otra parte, más escondida lucha la razón, la mente, la que antes de cruzar, mira, y cuenta hasta diez, paciente.
Y que diga sí el corazón y contradiga la mente -¡que no!-. Y si la una quiera fugarse pues la otra quiere quedarse. Y la lucha de siempre, la lucha en la que las dos sobreviven si vive una. Y es la pelea de costumbre, un perfecto equilibrio caótico entre besos y miedo.
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Poeta
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Caben en tu mirada mis miedos, y tus palabras. Tardes enteras de fuego, miradas como dedos, entrecruzadas. Cruzaremos tantas puertas, por mucho que estén cerradas... Y el rocío nos mojará las pestañas, envidioso de compartir el alba pero no poder tocarte, con su frío miedo, el alma. Llegaremos tarde a todo, porque nos perderán las sábanas. Se nos atragantan las horas separados, las palabras que vienen de lejos son muy débiles, son más vanas. Pero si estoy a diez centímetros de tu cara, y se me escapa "vida", "amor", si se me escapa decirte que te quiero cuando no nos separa nada, entonces puedes caer muerta, porque callada no soportarás el peso de mis palabras aladas. Tu perfume de locura, de frenesí, de hada se me ha pegado al pelo y no se marcha.
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Poeta
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La tela de mis vaqueros ardía. Me arrastré por el cielo, pegándole, sin querer, fuego. Y la noche se convirtió en día.
Lloré por no arrancarte una sonrisa, se reflejó en mi mirada la cola de nubes blancas, y el día se empapó, como mi risa.
Obviaste mis desvelos por tus ojos, grité toda la noche, destrozándolo todo, destellaban mis ojos de furia, me volví loco. Y así el día mojado, se torno tormentoso.
Pero antes de marcharte, te giraste y la última sonrisa de piedad me regalaste. Se calmó todo por un instante y un arco multicolor atravesó el aire.
Te fuiste de todas formas, y tras mil años, se aplacó mi furia, mi sed de venganza, volví a sonreír, tranquilo, templado, y así, tras la tormenta, vino la calma.
Yo no soy ningún dios, no controlo este mundo pero tras todo este tiempo he aprendido a crear uno.
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Poeta
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RIMA LXXIII
Cerraron sus ojos que aún tenía abiertos, taparon su cara con un blanco lienzo, y unos sollozando, otros en silencio, de la triste alcoba todos se salieron.
La luz que en un vaso ardía en el suelo, al muro arrojaba la sombra del lecho; y entre aquella sombra veíase a intérvalos dibujarse rígida la forma del cuerpo.
Despertaba el día, y, a su albor primero, con sus mil rüidos despertaba el pueblo. Ante aquel contraste de vida y misterio, de luz y tinieblas, yo pensé un momento:
—¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!
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De la casa, en hombros, lleváronla al templo y en una capilla dejaron el féretro. Allí rodearon sus pálidos restos de amarillas velas y de paños negros.
Al dar de las Ánimas el toque postrero, acabó una vieja sus últimos rezos, cruzó la ancha nave, las puertas gimieron, y el santo recinto quedóse desierto.
De un reloj se oía compasado el péndulo, y de algunos cirios el chisporroteo. Tan medroso y triste, tan oscuro y yerto todo se encontraba que pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!
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De la alta campana la lengua de hierro le dio volteando su adiós lastimero. El luto en las ropas, amigos y deudos cruzaron en fila formando el cortejo.
Del último asilo, oscuro y estrecho, abrió la piqueta el nicho a un extremo. Allí la acostaron, tapiáronle luego, y con un saludo despidióse el duelo.
La piqueta al hombro el sepulturero, cantando entre dientes, se perdió a lo lejos. La noche se entraba, el sol se había puesto: perdido en las sombras yo pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!
*
En las largas noches del helado invierno, cuando las maderas crujir hace el viento y azota los vidrios el fuerte aguacero, de la pobre niña a veces me acuerdo.
Allí cae la lluvia con un son eterno; allí la combate el soplo del cierzo. Del húmedo muro tendida en el hueco, ¡acaso de frío se hielan sus huesos...!
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¿Vuelve el polvo al polvo? ¿Vuela el alma al cielo? ¿Todo es sin espíritu, podredumbre y cieno? No sé; pero hay algo que explicar no puedo, algo que repugna aunque es fuerza hacerlo, el dejar tan tristes, tan solos los muertos.
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Poeta
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Si... los matices de tu cercanía contrastando cada estación, con frescura, calidez, alegría y la siempre infatigable pasión…
O quizás, ese no se qué… que desde tu sonrisa… una noche muy especial terminó por cautivarme sin prisa…
Tal vez ese cobijo tierno de tu mirada y tu voz, que obsequia paz, certeza, ese Edén soñado con devoción, en el que despeguen incesantes todos nuestros sueños y deseos…
Extraño, esta sensación de fantasía, que no tiene lugar ni tiempo, que se agiganta y multiplica en ese mágico instante en el que… solo importa que seamos tú y yo…
Creo que extraño más sobre todo… reiniciar, reinventar y entregar nuestros universos, al intentar una vez más, poseernos, desde un exquisito nuevo beso…
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Poeta
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Todos nacemos con padres un par, porque un niño es difícil de cuidar, porque cuando te has quedado sin energía al niño le queda mucha todavía, porque vives por ti y por él, lo llenas de amor dulce como la miel, lo abrazas y le deseas lo mejor, evitas que sea vicioso, fumador, das todo de ti por darle buena educación, por mantener la comunicación y saber cómo se siente, lo alientas a vivir intensamente y a luchar por lo que quiere, le enseñas que una sonrisa es muestra de felicidad, le enseñas a andar por la ciudad, le enseñas lo que es la vida. Comienza a crecer y de todo quiere aprender, nombres, colores, olores, quiere conocerlo todo, y permites que avance a su modo, tan solo ayudándolo un poco, lo llevas a la escuela para que aprenda a escribir, a leer, para que aprenda de las matemáticas y otras materias básicas que tanto tienen que ofrecer, lo alimentas lo mejor que puedes, lo cargas en tus piernas, y le enseñas sobre el paisaje al viajar, poco a poco el tiempo pasa, y el ya no es tan pequeño, pero esto no importa, ante tus ojos tiene la misma ternura. Llega la rebeldía, intentará salir con sus amigos y disfrutar de una libertad que cree que no siente contigo, al principio es confuso, pero vuelve a la normalidad, y sigue creciendo, un poco más, un poco más, comienza la universidad, estudia lo que ha elegido, lo que lo apasiona, la semilla que dentro de él ha crecido tantos años, ha pasado mucho tiempo, pero a pesar de su tamaño no cambia el sentimiento y lo amas tanto como cuando era un bebe, a pesar de que sabes que algún día se marchará, así es como debe ser. Ahora pasa más horas en la escuela y estudia de regreso a casa, pasa las noches haciendo las tareas y solo sale de vez en cuando, pero el amor no lo ha abandonado, ahora tiene una amada y aunque aún no la conoces solo quieres lo mejor para él, charlan por las noches y en el día acarician su piel, poco a poco él va plasmando lo que siente por ella en el papel, eligió la física por su ansia de conocimiento pero a cada sentimiento responde con un nuevo poema ese es su lema, vive la literatura a cada instante y es feliz, aunque le queda un largo camino por recorrer. Y a pesar de que es tan joven es todo lo que esperas que sea, porque el conocimiento es algo que desea, porque el dinero jamás ha sido su primea, porque el salario le es algo secundario si en su poemario él se haya satisfecho, porque aprendió a amar y que cuando busque a quien superar debe de hacerlo en el espejo, porque es un buen hijo aunque no un ejemplo, porque es tuyo y su amor es perfecto.
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Poeta
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HE ANDADO MUCHOS CAMINOS
He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas, he navegado en cien mares y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto caravanas de tristeza, soberbios y melancòlicos borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño que miran, callan y piensan que saben, porque no beben el vino de las tabernas.
Mala gente que camina y va apestando la tierra...
Y en todas partes he visto gentes que danzan o juegan cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio, preguntan adònde llegan. Cuando caminan, cabalgan a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa ni aun en los días de fiesta. Donde hay vino, beben vino; donde no hay vino, agua fresca
Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos descansan bajo la tierra.
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Poeta
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RÉQUIEM
¡Oh, Señor, Dios de los ejércitos, eterno Padre, eterno Rey, por este mundo que creaste con la virtud de tu poder; porque dijiste: la luz sea, y a tu palabra la luz fue; porque coexistes con el Verbo, porque contigo el Verbo es desde los siglos de los siglos y sin mañana y sin ayer, requiem aeternam dona eis, Domine, el lux perpetua luceat eis!
¡Oh, Jesucristo, por el frío de tu pesebre de Belén, por tus angustias en el Huerto, por el vinagre y por la hiel, por las espinas y las varas con que tus carnes desgarré, y por la cruz en que borraste todas las culpas de Israel; Hijo del Hombre, desolado, trágico Dios, tremendo Juez: requiem aeternam dona eis, Domine, el lux perpetua luceat eis!
Divino Espíritu, Paráclito, aspiración del gran Iavéh, que unes al Padre con el Hijo, y siendo El Uno sois los Tres; por la paloma de alas níveas, por la inviolada doncellez de aquella Virgen que en su vientre llevó al Mesías Emmanuel; por las ardientes lenguas rojas con que inspiraste ciencia y fe a los discípulos amados de Jesucristo, nuestro bien: ¡requiem aeternam dona eis, Domine, el lux perpetua luceat eis!
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Poeta
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RIMA LII
Olas gigantes que os rompéis bramando en las playas desiertas y remotas, envuelto entre la sábana de espumas, ¡llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán que arrebatáis del alto bosque las marchitas hojas, arrastrado en el ciego torbellino, ¡llevadme con vosotras!
Nube de tempestad que rompe el rayo y en fuego ornáis las sangrientas orlas, arrebatado entre la niebla oscura, ¡llevadme con vosotras!.
Llevadme, por piedad, a donde el vértigo con la razón me arranque la memoria. ¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas!.
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Poeta
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RIMA IV
No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira; podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso palpiten encendidas, mientras el sol las desgarradas nubes de fuego y oro vista, mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías, mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance las fuentes de la vida, y en el mar o en el cielo haya un abismo que al cálculo resista, mientras la humanidad siempre avanzando no sepa a dó camina, mientras haya un misterio para el hombre, ¡habrá poesía!
Mientras se sienta que se ríe el alma, sin que los labios rían; mientras se llore, sin que el llanto acuda a nublar la pupila; mientras el corazón y la cabeza batallando prosigan, mientras haya esperanzas y recuerdos, ¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran, mientras responda el labio suspirando al labio que suspira, mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas, mientras exista una mujer hermosa, ¡habrá poesía!
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Poeta
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